Pero no les bastaba y el año pasado decidieron regalarlo a quienes menos lo necesitan pero más lo desean: las grandes empresas internacionales.
Debió haber sido muy emocionante escuchar aquella transmisión de radio en la que el presidente Lázaro Cárdenas anunciaba que por fin México controlaría la riqueza del subsuelo y no ya las empresas norteamericanas y británicas que hacían como si fueran las dueñas de tierras y personas.
Incluso se dieron el lujo de retener contra su voluntad al mismo presidente Cárdenas, lo que al final marcó su destino.
Y toda esa energía y ese valor individual y colectivo fueron echados la basurero por quienes hoy gobiernan y se esmeran por reconstruir la "dictablanda" que por setenta años nos tuvo controlados.
Hoy hay menos derechos, menos recursos públicos, más servicios privatizados (y falta que regalen el agua) gracias a que hay más mexicanos que se3 conforman con ver el partido de futbol en la tele mientras se refrescan con una cerveza o alguna bebida más fuerte.
Propongo no hacerle caso a Javier Sicilia y salir a votar. No sabemos aún por quién, pero dentro de unos días dispondremos de más datos.
La pasividad general no nos ha dejado nada bueno, así es que nada perdemos con ir a las urnas, excepto quizá un poco de tiempo.