Mejor hablaré hoy de que las campañas se han convertido en un inesperado mecanismo para combatir el desempleo juvenil, porque son j´povenes la mayor parte de quienes son usados por todos los partidos como carne de cañón para promover la imagen de sus abanderados.
Con el tierno sol de los últimos días, estos "militantes" tienen que pasar largas jornadas en la calle, lo mismo en el reparto de volantes que con pancartas y banderas que se agitan al paso de los automovilistas.
Ignoro cuánto paguen por realizar esa actividad, pero los niveles de desempleo entre los muchachos hace que haya muchos dispuestos a cobrar lo que sea con tal de tener un ingreso.
Dichosos los que hayan apostado por el candidato a candidata que resultará ganador o ganadora, porque algunos de ellos podrán colarse en la nómina oficial. Los demás regresarán a su triste realidad después del 7 de junio.
Otra de las "virtudes" de las campañas es que han vuelto a llenar las calles de gente a altas horas de la noche. Los activistas de todos los partidos caminan por las calles a las once o doce de la noche -o incluso más tarde- luego de concluir sus labores. Los negocios de comida abiertos a esa hora tienen clientela, y en general una fracción de la gran cantidad de dinero de los partidos se ha sentido en la economía local.
Lástima que sólo sea algo pequeñísimo y que no duré mas que un suspiro.