Y allí sigue esa excavación, abandonada casi de inmediato y sin mayores explicaciones, por lo que ahora los vecinos de esa calle tienen dos problemas: el drenaje en mal estado y la zanja que quedó.
No por casualidad ese candidato es Gustavo Rebolledo Hernández, un ejemplo extremo del político tradicional que ya gobernó Zacatepec y ya fue diputado y regidor.
La huella que dejó fue muy grande pero no se conforma y quiere agrandarla.
Es un caso extremo peor no el único de políticos que consideran que los votantes tiene un grave problema de amnesia y son capaces de olvidar hasta el peor de los agravios.
Ese olvido para ellos se manifiesta en otro voto a favor o incluso en la abstención, que tanto ayuda a esa clase de personas.
Ojalá que los electores de toda la entidad tomen en cuenta esa apreciación y demuestren con su participación en la urnas que al fin se han dado cuenta de lo que cuesta abstenerse o votar de manera irresponsable.
Espero que el siete de junio nos regalemos el gusto de decirle a más de un partido y más de un candidato que su tiempo se acabó. Es una oportunidad única.