Ese cerebro de molusco acabó con la expectación con sus anuncios, así es que, como ya sabíamos qué pasaría, pues sólo era cosa de esperar que cayera el gol decisivo (en este caso el único) y pues de allí cada quien a lo suyo (muchos a festejar) y uno que otro a llorar, especialmente en España, donde hubo empresas y un banco que anunciaron grandes ofertas si su país ganaba la Copa.
A ese banco generoso le saldrá el chistecito en diez millones de euros y muchas empresas deberán regresar el dinero que cobraron por la compra de televisores, computadoras y otros electrodomésticos.
Mientras, políticos mexicanos y morelenses en lo particular: ahora sí se tienen que poner a trabajar porque ya acabó el Mundial y la gente ya no tiene circo.
Les tocará a ustedes escenificar los actos (seguramente volverán a sobrar payasos y trapecistas).