Tan mal estamos, que la sectores enteros nos comienza a culpar de todos sus males, aunque no haya justificación para tal señalamiento y gente como el diputado panista Rufo Villegas acusa al gremio de ser culpable de que no se aprobará una propuesta demagógica que él presentó para supuestamente beneficiar a los comunicadores.
Claro, eso último ya es el colmo, primero por la intencionalidad de dar beneficios a un sector de la población que es igual a todos los demás pero que esta persona quiere agradar para tener puntos a su favor en la próxima contienda electoral (como cuando Santiago Creel le regaló a Televisa permisos para abrir casinos) pero como la jugada no le salió dice que fueron los mismos periodistas los culpables, cuando todo mundo sabe que el quehacer legislativo no se hace con periodistas, sino en arreglos secretos.
Pero todo se enmarca en el mismo contexto: los que ejercemos el periodismo debemos rescatar nuestro quehacer, que es básico para la vida saludable de la sociedad, debemos enseñarle a la gente a diferenciar entre periodistas y no periodistas (una cara bonita que lea noticias no es necesariamente una periodista) y debemos practicar todos los géneros informativos y no quedarnos en las notas a las que hoy nos limitamos.
Eso, creo, puede contribuir a limitar la violencia que contra nosotros se puede ejercer y a recuperar el papel que alguna vez desempeñamos mejor.