En los archivos del Ayuntamiento de Jiutepec quedaron los oficios firmados por los vecinos de Tejalpa en los que advertían de los riesgos que significaba realizar un evento de tales magnitudes en un espacio que carecía de las medidas mínimas de seguridad.
La inconformidad contra el “Diamante Negro” inició por parte de los vecinos desde el momento en que se supo que sería abierto al público, a finales del 2007.
Como una prueba contundente de lo anterior obran oficios firmados por vecinos de las colonias aledañas al “Diamante Negro”, en el que advertían de los riesgos de abrir un centro de espectáculos ubicado en un terreno que no tenía salidas de emergencia, así como una tarjeta informativa en la que la Dirección de Protección Civil también hacía la misma advertencia.
Los vecinos tenían la creencia de que la apertura de ese centro de espectáculos era un “pago de factura” de la administración municipal al empresario Arturo Arai, mejor conocido como “El Japonés”, por favores recibidos en campaña. “Sólo así nos podemos explicar que, a pesar de todas las voces que se oponían a la apertura del Diamante Negro, el alcalde haya apoyado al japonés hasta las últimas consecuencias”, comentaban las personas inconformes.
“Le recordamos con todo respeto, que muchos sin ser de su partido sufragamos a su favor, esto principalmente por ser de nuestra comunidad y con la promesa de que cuidaría de nuestros intereses; en este momento nuestro interés fundamental es la salud, seguridad y bienestar en todos sus aspectos de todos y cada uno de los cohabitantes de esta comunidad, motivo por el cual solicitamos su valiosa colaboración a efecto de que verifique nuestro dicho así como el no permitir la realización de los actos programados en las fechas anteriormente citadas”, dice un documento con fecha de recibido del 7 de febrero de 2008 según indica el sello de la presidencia municipal.
Otra misiva, ésta igualmente recibida en presidencia el 26 de febrero de 2008 dice:
“En vista de que no hemos recibido respuesta de su parte a esta fecha, los vecinos de los alrededores del predio ubicado en Privada Hidalgo Número uno, nos dirigimos nuevamente a usted para notificarle que hemos visto que las autoridades que intervinieron en otorgar los “permisos provisionales” al centro de espectáculos Diamante Negro, cierran sus oídos a las quejas que hemos manifestado tanto por escrito como verbalmente, ventilando la complicidad para transgredir la ley y pisotear los derechos de los ciudadanos que creíamos en un gobierno honesto y responsable”.
En dicho escrito, los vecinos inconformes reiteraban las normatividades que hasta ese momento se estaban infringiendo: Uso de suelo residencial; protección civil, equilibrio ecológico, estudio de impacto ambiental, bando de Policía y Buen Gobierno y ley general de Salud.
De igual manera, el 11 de febrero del 2008, el encargado de despacho de la Dirección de Protección Civil, César Hernández Rivera, dirigió un oficio marcado con el número PC/062/02/08 al presidente municipal perredista Rabindranath Salazar Solorio, en el que señalaba que el “Diamante Negro” carecía de un programa interno de protección civil, y que “el área de acceso se encuentra obstruida por vehículos en ambos lados de las calles, observando que la misma también es utilizada como salida de emergencia. Por lo que en caso de evacuación, representa un problema desalojar a los asistentes por esta avenida”.
Pero los vecinos consideraban que aún esta tarjeta informativa era benévola para “El Japonés”, pues advertía que la falta de una salida de emergencia era un “problema”, cuando su dictamen debió ser contundente y recomendar la clausura inmediata del establecimiento, en lugar de dar cinco días al propietario “con el objeto de minimizar riesgos ante una posible situación de emergencia”.
La obstinación criminal salió triunfante y el evento musical se inició. Eran alrededor de las 19 horas cuando una turba intentó entrar por el único acceso y salida del “centro de espectáculos”. Los que iban hasta adelante cayeron y la gente pasó por encima de ellos.
En la averiguación previa JT/1/503/08-02 quedó registrado el deceso de Vanessa Estrada Aguilar, Silvia Bahena Miranda y otra jovencita no identificada, además de decenas de lesionados. El evento fue cancelado.
Luego de que en las primeras horas posteriores al frustrado evento, las fuerzas panistas de Jiutepec iniciaron una serie de declaraciones a la prensa evidenciando que el responsable de que se hubiera realizado este evento era directamente el presidente municipal, Rabindranath Salazar Solorio, el alcalde perredista pidió el apoyo de Graco Ramírez Garrido, considerado desde entonces el perredista con mayor poder en Morelos e incluso a nivel nacional.
Fue Graco Ramírez quien habló con el secretario de Gobierno, Sergio Álvarez Mata (quien había prometido una investigación a fondo) y le advirtió que si seguía “el linchamiento” contra su alcalde, se rompería el pacto de no agresión y saldrían a relucir algunos datos comprometedores que él tenía en contra del gobierno estatal encabezado por Marco Adame Castillo.
De esta manera, después de que el líder panista Liborio Román Cruz Mejía ya había comenzado a hablar de un posible juicio político contra el alcalde, vino un silencio sepulcral en torno a este fatídico asunto.
Los protagonistas llegaron a la conclusión de que a nadie la convenía una guerra mediática a consecuencia de este lamentable acontecimiento, así que se sentaron a dialogar y acordaron “borrón y cuenta nueva”.
A través del abogado Benito Soto Santiago, la empresa radiofónica que organizaba el macro concierto, entregó la cantidad de 300 mil pesos a los familiares de Vanesa Estrada Aguilar, pero a cambio tuvieron que firmar un documento en el que no se reserva ninguna demanda civil o penal en contra de la radiodifusora.
El gobierno municipal de Jiutepec, por su parte, quitó de la Dirección de Protección Civil a Víctor Manuel Coronel Lara y puso en su lugar a Arturo Manuel Sotelo Ortíz.
A través de su oficina de Comunicación Social, el gobierno de Jiutepec sugirió a los medios con quienes tenía convenio de publicidad, evitar toda mención en torno al caso Diamante Negro.
HASTA MAÑANA.