Esta es una historia real, pero los nombres han sido cambiados para proteger a la víctima y los testigos, y para no violar el derecho a la presunción de inocencia.
Jonathan se levantó del paradero y recorrió con la vista la fila de microbuses que se acercaban a baja velocidad, pero no ubicó ninguna ruta 13 que lo llevara a su casa.
Iba a sentarse nuevamente cuando vio un Tsuru blanco sin placas que se detuvo frente a él.
“Qué onda wey, ¿vas a jalar a la party o qué pex?”, escuchó Jonathan, quien reconoció a Luis Ángel, su compañero de salón, que venía de copiloto en el Tsuru.
- No puedo wey, tengo que estudiar para el examen- se disculpó Jonathan.
- Ándale, nomás unas micheladas ahí cerca de la Universidad, hay promo- terció Brayan, que venía manejando.
- No gracias, deveras. Pero si van a la Uni denme un aventón a mi casa. Ya ves que vivo por Domingo Diez.
El muchacho se subió en el asiento trasero del Tsuru. Sólo hasta ese momento se dio cuenta que otro vehículo venía atrás de ellos.
-Son compas de la Prepa, también van con nosotros a echarse unas chelas- explicó Luis Ángel.
Los dos vehículos tomaron la autopista y llegaron a la Paloma de la Paz. Jonathan iba a bajarse en la glorieta pero pronto lo convencieron de acompañarlos al antro. “Sólo una michelada de a litro y ya”, advirtió mientras pedían una mesa para cinco en el concurrido lugar, ubicado muy cerca de la máxima casa de estudios.
Jonathan notó la ausencia de Brayan y otro más que iba en el segundo vehículo. “Es que ese wey vive aquí cerca y cuando venimos nos deja estacionar el coche de Brayan en su casa para no dejarlo en la calle. Pero ahorita viene”, le explicó Luis Ángel, quien era al único que realmente conocía porque iba en su mismo salón de la Preparatoria Nocturna Uno. A los demás sólo los ubicaba de vista.
Pasaron las horas y los cinco jóvenes seguían ingiriendo bebidas embriagantes. Alrededor de las 9 de la noche Jonathan y Luis Ángel fueron al baño. Cuando venían de regreso vio que una chica lo saludaba con mucha familiaridad.
- Ella es Leticia, está en el equipo de Tocho igual que yo- le dijo Luis Ángel a manera de presentación.
- Mucho gusto Leticia, soy Jonathan y voy en la Prepa Uno igual que éste wey- contestó Jonathan mientras le daba un beso en la mejilla a la joven.
- Igual y ahorita nos tomamos unas chelas no? Ya me aburrí de que acá puro machín- ofreció Luis Ángel y la muchacha asintió con la cabeza.
Siguieron tomando y al rato Jonathan vio que Luis Ángel, Brayan y la muchacha que le habían presentado ya estaban en otra mesa, y parecían muy divertidos.
En una de las ocasiones en que se paró al baño ya no vio a la chica ni a sus amigos. Le preguntó a los otros dos que permanecían en la mesa.
“Ahorita viene tu amigo, fueron a dejar a la chava a su casa, pero no te preocupes, tienen que regresar a entregarme las llaves de mi casa, porque se las presté para que sacaran el Tsuru”, le dijo el otro preparatoriano del que sólo recuerda que se llama Gonzalo.
Pasaron las horas y Luis Ángel y Brayan no regresaban. Gonzalo ya estaba enojado porque quería irse a su casa pero ellos se habían llevado sus llaves.
“Son mamadas. Dijeron que sólo iban a llevar a la chava. Y ahora ni contestan el celular”, decía a cada rato el muchacho.
Ya pasaba de la medianoche cuando aparecieron Brayan y Luis Ángel. Gonzalo estuvo a punto de golpearlos pero intervinieron los demás preparatorianos.
-Es que tuvimos un pedote- se justificó Brayan.
-Si wey, se nos murió la chava y tuvimos que deshacernos del cuerpo-, comentó entre dientes Luis Ángel.
- Sí como no. Mejor di que siguieron chupando con ella y acá nosotros como pend…
Ahí terminó la noche de “party” de los preparatorianos. Pagaron la cuenta y cada quien se fue a su casa.
-¿Ya viste lo de la chava que encontraron muerta en la autopista?- escribió Priscila, la novia de Jonathan por el Messenger.
- Sí, algo escuché en las noticias. ¿Pero pues ya es normal que las maten no? – contestó el muchacho.
- Lo que me llama la atención es que ella entrenaba con los Venados Black, igual que tu amigo Luis Ángel, con el que me dijiste que saliste la noche del jueves.
- Pero Luis Ángel no es capaz de matar una mosca- bromeó Jonathan.
- Es ella. Mira. (le envía un link donde viene la foto de Leticia).
La conversación ya no siguió por Messenger, sino por teléfono.
- ¡No manches! Es la misma que se fue con Luis Ángel y Brayan. Entonces no estaban mintiendo, sí se les murió la chava- dijo Jonathan visiblemente exaltado.
- ¿Cómo que se les murió? A ver Jonathan, ¿quién se murió? ¿En qué problema estás metido?
Ya no siguieron hablando.
Días después, una voz femenina hizo una llamada anónima a la Fiscalía General del Estado:
“Quiero denunciar que a Leticia, la que encontraron enfrente del Rojo Azafrán la mataron dos estudiantes de la Preparatoria Nocturna 1. Uno se llama Brayan y el otro Luis Ángel. Estuvieron conviviendo con la chava en un bar que se encuentra muy cerca de la UAEM. De ahí salieron los tres y cuando ellos dos regresaron le dijeron a sus compañeros que habían tenido un pedote y que se les había muerto la chava”.
HASTA MAÑANA.