Quien habla es un viejo comerciante del centro de Xochitepec. El tema sale después de una plática en torno a la embestida que ha iniciado el actual presidente municipal Alberto Sánchez Ortega contra todo el comercio, ya sea establecido o semifijo. “A la única que no molesta el director de Licencias es a la Fonda Lupita, propiedad de la mamá del presidente, aunque esté invadiendo parte de la vía pública”, se queja el xochitepequense.
Luego vuelve a rememorar el lujoso rancho ubicado en el ejido de Atlacholoaya, construido con los materiales más caros del mundo sobre 20 hectáreas donde había jirafas, gorilas y tigres. Ahí practicaban la caza de venados varios alcaldes y funcionarios de los gobiernos de Sergio Estrada y Marco Adame.
Tras la detención de “La Barbie”, el rancho quedó bajo la custodia de la Policía Municipal de Xochitepec, pero ellos mismos fueron los que se encargaron de saquearlo. Se llevaron hasta los ladrillos, despegaron los pisos y hasta las jaulas de los animales vendieron como fierro viejo.
“Fue un saqueo en tres etapas: primero vinieron los picudos y se llevaron los animales y lo más valioso; luego llegaron los funcionarios del estado y arrasaron con lo que quedaba. Y al final los policías y la gente del pueblo”, explica el comerciante.
De incluirse esta propiedad en la lista de los bienes que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere “devolver al pueblo”, tendría que venderse como terreno, pues a pesar de que contaba con establos, una plaza de toros, un pequeño zoológico, un salón de eventos especiales, un lago artificial, palapas, alberca, gimnasio, baños de vapor, cocheras, bodegas, cuartos, y varias habitaciones, hoy todo está prácticamente inservible.
Es uno de los nueve inmuebles que el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes Asegurados podría rematar mediante el “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”, instituido (al menos de palabra) por el actual gobierno federal.
El inmueble se encuentra relacionado con la averiguación AP PGR/SIEDO/UEIDCS/281/2009, y el juicio resolvió determinar la extinción de dominio y entregarlo a la PGR, ahora la Secretaría de Hacienda lo clasifica como un bien que podría ser rematado con la clave SIAB 1573118.
Este fin de semana trascendió en los medios de comunicación que los dos departamentos ubicados en los edificios Altitud, donde fue abatido Arturo Beltrán Leyva, podrían ser rematados.
Al respecto, cabe advertir a quienes estén pensando comprarlos en remate, que una cosa es lo que vale el departamento (porque también está saqueado), y otra muy diferente lo que se adeuda de mantenimiento. ¿Quién podría estar interesado en adquirir un departamento con muy mala vibra y que ni siquiera podría cobrar por mostrar “el lugar donde fue abatido el jefe de jefes”?
En la misma situación están el resto de inmuebles que alguna vez pertenecieron a la delincuencia organizada.
Sólo se salva “La Casa de las Quintas”, ubicada en el número 15 de la calle del mismo nombre, donde alguna vez estuvieron todas las oficinas del DIF, incluyendo la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia.
La casa en mención fue asegurada por la Procuraduría General de la República (PGR) en 2008 y entregada al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE). Mediante escrito, el DIF Morelos solicitó el inmueble en calidad de depositario, obteniendo respuesta favorable el 23 de agosto de 2010, todavía en el gobierno de Marco Adame Castillo.
Pero, contrario a lo que pudiera pensarse, el inmueble no es gratis. En el convenio firmado con el SAE se establece una renta mensual de 31 mil pesos más IVA, por lo que actualmente el uso de esa casa tan lujosa le representa una erogación al gobierno de 43 mil pesos tan sólo de renta, además de los gastos de mantenimiento y seguridad privada.
A finales del 2017 la mayoría de las oficinas que estaban en Las Quintas 15 fueron reubicadas a la avenida Adolfo López Mateos, colonia El Vergel, en un edificio que adquirió el Gobierno de Graco Ramírez en arrendamiento con opción a compra.
¿Se acuerdan de la Hacienda de la Luz de Amado Carrillo? Desconocemos las circunstancias y prometemos investigarlas, pero hoy se anuncia en internet como una construcción que se oferta como salón de fiestas, indicando que es una construcción de hace siglos que alguna vez fue un “trapiche” en el pueblo de Tetecala, pero nunca menciona que ahí vivió “El Señor de los Cielos”, y que cuentan los pobladores que en ese terreno está o estuvo enterrada una hija del capo que falleció ahogada.
Otra residencia que sí fue bien conservada y que a la fecha sigue siendo útil a la población es la casa de Amado Carrillo ubicada en Calzada de Los Estrada, colonia Vista Hermosa, que durante mucho tiempo fue oficina de Atención a Víctimas de la Procuraduría General de la República.
¿Y las casas de Daniel Arizmendi El mocha-orejas? No tenemos el dato, pero seguramente, al igual que muchas otras, ya fueron saqueadas y están abandonadas en lugar de ser utilizadas para instituciones de gobierno o bien de la sociedad civil.
Hay tantas asociaciones civiles que hacen una función social que podrían darle un mejor uso a todos esos inmuebles que fueron adquiridos con el dinero de secuestros, venta de drogas y otros delitos.
La idea de “devolver al pueblo lo que le fue robado” es bastante buena, sólo falta afinarla, y lograr que el trabajo que de por sí ya venía haciendo el SAE, lo realice esta nueva dependencia, pero con mucha más celeridad para evitar que “el pueblo bueno” lo saquee como ocurrió con el rancho de “La Barbie”, en el municipio de Xochitepec.
HASTA MAÑANA.