“Yo siempre he apoyado a las mujeres, pero en esta ocasión toca hombre, ni te apuntes”, le dijo la presidenta de la Junta Política y de Gobierno del Congreso del Estado, Tania Valentina Rodríguez a Leonora Valentina Jiménez Franco, una de las aspirantes a ocupar el cargo de comisionada en el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE), el pasado viernes después de la ceremonia de la instalación del Sistema Estatal Anticorrupción en Los Belenes.
Ya estamos viendo una de las desventajas de la tan llevada y traída paridad de género que tanto ha presumido doña Isabel León Trueba: ya se lanzó la convocatoria y legalmente cualquier persona que reúna los requisitos puede inscribirse, pero en términos prácticos ya está decidido que habrá de ganar un varón.
¿Y sí en la lista de candidatos se inscriben puros hombres “maletas” y entre las mujeres tenemos las mejores y más preparadas profesionistas? ¿Tendremos al primer comisionado del IMIPE que no llegue por méritos sino porque no puede haber tres mujeres en un órgano colegiado?
En todo caso, que la convocatoria diga “para elegir al comisionado del IMIPE (mujeres abstenerse)”.
Así las cosas, ya tenemos la primera característica del próximo comisionado del IMIPE que habrá de sustituir al médico (que no doctor) Víctor Díaz Vázquez, dicho por Tania Valentina y escuchado por varios que nos quedamos al término de la ceremonia en que Roberto Coranguez Esquivel fue ungido como el presidente del Sistema Estatal Anticorrupción.
Ahora entremos al terreno de las elucubraciones que a veces resultan ciertas.
Agregaríamos entonces que el próximo comisionado debe ser priísta. Ésta suposición nace de la costumbre arraigada del llamado “derecho de silla”, y creemos que a nadie le queda duda de que Víctor Díaz Vázquez llegó al cargo por la vía del PRI.
Y es que, cuando nació el IMIPE, los partidos fuertes eran PRI, PAN y PRD; y desde entonces se puso como regla no escrita que cada partido colocara un consejero, hoy llamados comisionados, y que los fuera sustituyendo cada término de periodo.
Sin embargo, no se pierda de vista que hoy el PRI no tiene la misma fuerza que hace algunos años, de ahí que surja la posibilidad de que el nuevo comisionado del IMIPE sea más bien un morenista.
Y una tercera característica: que sea amigo o recomendado de Mirna Zavala Zúñiga. Esto lo decimos porque nos comentan fuentes al interior del Congreso, que para la elección del presidente de la Comisión de Derechos Humanos pudo más la recomendación de la secretaria de Administración que la paridad de género. Para desventaja de Clara Soto, María Ampudia y otras mujeres que buscaban esa posición, sus congéneres diputadas levantaron sus manitas al unísono a favor del recomendado de Mirna, a pesar de que “tocaba mujer” (en términos de lo que dijo Tania Valentina).
Debemos aclarar que en esta ocasión sí se nos hace válida la opinión de Zavala Zúñiga para la designación del consejero del IMIPE, y no por su cercanía con el poder, sino porque sabe de Transparencia. Me atrevo a decir que Mirna Zavala junto con Eleael Acevedo y Alí Sosol sentaron las bases de lo que hoy es el IMIPE, y se aventaron verdaderas broncas contra el gobierno estatal en turno y los ayuntamientos que no entendían por qué tenían que hacer públicos sus gastos y contestar a cualquier ciudadano sus preguntas por más absurdas que éstas sean.
Una última premisa que pudiera definir quién será el nuevo comisionado del IMIPE es algo que hemos venido señalando desde hace años y que por desgracia se sigue poniendo en práctica: PARA SER CONSEJERO DEL IMIPE TIENES QUE HABER TRABAJADO CON UN DIPUTADO.
Y ahí sí la historia es implacable: Eleael Acevedo era director del Instituto de Investigaciones Legislativas; Esmirna Salinas era auxiliar del diputado David Salazar Guerrero; Víctor Díaz siempre ha trabajado con Jorge Arizmendi; Mireya Díaz era auxiliar de Juan Ángel Flores y hasta Marco Antonio Alvear Sánchez (que fue designado por la pasada legislatura pero no ha podido tomar posesión) era empleado del Congreso.
Las excepciones fueron Ariel Homero López, que no trabajaba en el Congreso pero su militancia priísta es más que conocida, y la última presidenta, Ivonne Rosales Sotelo, desconocida para el panismo morelense, pero que aseguran fue recomendada por el comité ejecutivo nacional.
¿Seguirá la actual legislatura con esa costumbre de poner a sus empleados en organismos autónomos? Lo sabremos muy pronto.
Las diputadas que controlan el Congreso, y los escasos diputados que están ahí sólo para completar la veintena (Duque, Galindo y Casas son los ejemplos más patéticos), han dado muestras de que no hay congruencia entre lo que dicen y lo que hacen.
Se tardaron meses en analizar la lista de prospectos para la CDHMOR supuestamente para designar a la mejor persona, y terminaron inclinándose por el que llevaba “línea” del Ejecutivo. Por lo que respecta al titular de la Entidad Superior de Fiscalización y Auditoría están en aprietos porque ya adelantamos que los dados están cargados para que asuma ese cargo un contador que tiene un rancho en Jojutla y que le da servicio de asesoría a todos los “políticos de campo”, es decir, que combinan la actividad política con la cuestión agropecuaria, como podría ser Amado Orihuela o el mismísimo senador Ángel García Yáñez.
Si no es él será Uriel González, quien ya comenzó a negociar su permanencia con la contratación de funcionarios que “casualmente” resultaron ser familiares o allegados de los nuevos diputados. Hay que recordar que a él lo dejó como encargado del changarro el perredista Vicente Loredo, quien hoy se dedica a dar asesoría a presidentes municipales a través de una empresa privada.
No cabe duda que las costumbres se heredan de una legislatura a otra. Los ciudadanos sufren una transformación en cuanto se sientan en la curul y se convierten en lo mismo que sus antecesores.
Como prueba de ello está la designación de los ganadores del Premio “Soto y Gama” que se entregará este 12 de julio. En la lista de ganadores sobresale el nombre de Araceli Salas, cuya capacidad como abogada no se pone en tela de duda, pero que por mera coincidencia actualmente es la asesora jurídica del presidente de la Mesa Directiva, Alfonso Sotelo. Sus amigos de toda la vida, Héctor Habib Rubio Assad y Roque González Barreiro, también están en la lista.
HASTA MAÑANA.