Doña Alicia Martínez es descendiente de Amador Salazar, que a su vez era primo de Emiliano Zapata Salazar. Ella ha vivido toda su vida en la avenida Leandro Valle de la colonia Gualupita, donde nació Amador y repartió terrenos a todos sus hijos, por eso es que muchas familias de esa zona llevan el apellido Salazar.
“Doña Licha” es actualmente regidora del municipio de Cuernavaca, y ayer me comentaba que se encuentra en una disyuntiva: forma parte del gobierno municipal que pretende realizar un proyecto turístico en el Parque Melchor Ocampo pero toda su familia y vecinos están en contra de que se realice cualquier modificación a este pulmón de la ciudad.
“El alcalde anda serio conmigo, pero yo no puedo traicionar a la gente que siempre me ha apoyado. Ya los Salazar que viven en Estados Unidos nos dijeron por face que qué está pasando porque les han llegado noticias de que se va a destruir el parque Melchor Ocampo”, me confió ayer previo a la ceremonia de matrimonios gratuitos que encabezó Antonio Villalobos Adán.
Me platicó que Amador Salazar nació en ese barrio siendo hijo de León Salazar y Gertrudis Jiménez. Sus antepasados le contaron que aquí llegaba Emiliano Zapata invitado por su primo.
Según los libros de historia local, en 1897 el entonces presidente Porfirio Díaz inauguró el parque con el nombre de su esposa Carmen Romero Rubio. El libro “Los compañeros de Zapata” de Valentín López González menciona que Amador Salazar se incorporó a la lucha maderista al frente de su propio grupo, operando en la zona central del estado de Morelos. En mayo de 1911 participó en el sitio y toma de Cuautla. Meses después fue uno de los firmantes del Plan de Ayala, proclamado el 28 de noviembre de ese mismo año. En 1912 luchó contra Francisco I. Madero y en 1913 permaneció en armas contra Victoriano Huerta. En abril de ese año fue miembro de la Junta Revolucionaria del Centro y Sur de la República, encargada de trazar las metas revolucionarias y de reorganizar las estructuras militares zapatistas. Obtuvo el grado de general de división del Ejército Libertador del Sur.
El 4 de diciembre de 1914 presenció, al igual que su primo Eufemio Zapata, la primera entrevista entre Francisco Villa y Emiliano Zapata. A principios de 1915, durante el gobierno de la Convención, se le encomendó la dirección y puesta en marcha del ingenio de Atlihuayan. En abril de ese mismo año fue nombrado comandante de la guarnición de la Ciudad de México, cargo que desempeñó hasta julio, debido a la ocupación de la plaza por las tropas constitucionalistas. Murió por una bala perdida en las cercanías de Yautepec, el 16 de abril de 1916, municipio donde una colonia lleva su nombre.
Son ellos, los descendientes de Amador Salazar y de Emiliano Zapata Salazar los que hoy están exigiendo que no se destruya nada de lo que construyó hace siglos Porfirio Díaz, ni que se tale un solo árbol del parque Melchor Ocampo, donde subsiste uno de los pocos “ojos de agua” de Cuernavaca.
Sin embargo, también cabe mencionar que ese sitio histórico y ecológico estuvo abandonado y nadie reparaba en su existencia hasta que se comenzó a hablar de la posibilidad de modificarlo.
La verdad sea dicha: el Parque Melchor Ocampo está convertido en un lugar que casi nadie visita, en primera porque está sucio y descuidado, y porque es muy peligroso transitar por esa zona a pesar de que existe una instalación de la Policía Municipal.
También consideramos injusto que haya gente que se opone a algo que todavía no conoce. Y es que el Ayuntamiento de Cuernavaca tampoco ha sido claro al informar qué es lo que proyecta poner en el Parque Melchor Ocampo.
Lo único que ha presentado el alcalde es una maqueta que a simple vista se observa que se reducirá el número de árboles, a lo que denominó el “proyecto madre” pero prometió dar una información más completa en cuestión de semanas.
Ayer, entrevistado después de la ceremonia de matrimonios gratuitos, Villalobos Adán aseguró que el proyecto del parque Melchor Ocampo de la capital del estado busca crear un centro turístico “estilo Coyoacán”.
Aseguró que el proyecto no pretende construir ninguna discoteca o restaurante dentro del parque, aunque sí reconoció que la idea es generar un espacio comercial donde puedan acudir los que no pueden asistir – por economía– a las plazas comerciales de lujo.
Informó que el proyecto tiene presupuestado 50 millones de pesos, y será la Universidad Autónoma del estado de Morelos (UAEM), la que desarrolle el proyecto general. Apuntó que el dinero previsto para el proyecto deriva de los ahorros de la comuna, y que en caso de no utilizarlos en el Melchor Ocampo, se invertirán en obras de pavimentación.
“No estoy aferrado al proyecto, si contamos con el respaldo de la sociedad se hace, si no, nos vamos con el reencarpetamiento de la ciudad”, declaró en forma textual.
Y es digna de reconocerse la actitud del presidente municipal. La historia nos ha demostrado que es precisamente la cerrazón y el hacer oídos sordos a lo que dice la gente, lo que ha provocado la caída de gobernantes o el fin de su carrera política.
Pero donde también debe haber apertura y no cerrazón es en las organizaciones que ya comenzaron toda una campaña “contra la destrucción del Melchor Ocampo”, cuando todavía ni siquiera se sabe de qué se trata el proyecto. Máxime cuando esas organizaciones nunca levantaron la voz cuando el parque era un basurero y un nido de delincuentes.
Si el proyecto ofrece la reactivación de la economía local con un mínimo de afectación al medio ambiente debe tomarse en cuenta, y que opinen solamente los que saben del tema, expertos en el impacto ambiental, no los que se oponen a todo sistemáticamente.
HASTA MAÑANA.