Las mujeres y hombres que ganaron las elecciones el pasado seis de junio en todo el territorio morelense llegaron puntuales a la cita en la residencia oficial en las calles de Jantetelco y Chimalacatlán, en la colonia Reforma. Eran 27 alcaldes y sólo cinco alcaldesas (que habrán de tomar protesta el próximo primero de enero del 2022 en sus respectivos municipios) los que estuvieron en la comida del pasado miércoles a la que invitó el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.
¿Cómo acomodar a 32 futuros alcaldes de diferentes partidos políticos en las seis mesas que se dispusieron en el jardín de la casa Morelos? Muy sencillo: en el orden que iban llegando tomaban un papelito que contenía un número, y según ese dígito era la mesa donde tenía que sentarse. Así se logró que las mesas fueran plurales y diversas.
Cuando ya estaban todos los convocados apareció en el escenario el gobernador Cuauhtémoc Blanco seguido del secretario de Gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas, quien ya había sostenido reuniones previas por regiones con los presidentes municipales electos.
Fue precisamente el encargado de la política interior del estado quien dio la bienvenida a las y los ediles, les presentó a todos los miembros del gabinete que estaban ahí presentes, y les pidió que cada uno de los invitados se presentara.
“Seguramente ya han leído o escuchado de mí, pero para los que no me conocen, yo soy José Luis Maya, presidente municipal electo de Zacatepec”, blofeó el hombre de la camisa blanca y el cubrebocas azul, bajo del cual se adivinaba una barba “de candado”. Y como no, si durante su campaña como candidato del Partido Encuentro Social sus contrincantes no dejaron de decir que era pariente del narcotraficante Abel Maya, pero aun así se impuso a la candidata favorita, la morenista Keila Figueroa.
Mismo caso del candidato panista a la presidencia municipal de Emiliano Zapata, Sergio Alba Esquivel, señalado de tener nexos con la delincuencia organizada y “balconeado” mediante un audio por estar ofertando dependencias del Ayuntamiento a cambio de aportaciones económicas. Y aun así ganó.
Ahí estaba también, con su inconfundible sombrero tipo Panamá, Agustín Alonso Mendoza, dos veces alcalde de Yautepec y va por una tercera. Ganó la presidencia municipal bajo las siglas de Nueva Alianza prácticamente sin hacer campaña, pues él convalecía de COVID 19 mientras su hijo del mismo nombre y apellido recorría las colonias con una fotografía tamaño natural pidiendo el voto para su padre que iba para alcalde y para él mismo que buscaba la diputación local. Y ambos triunfaron.
Otro que va por su tercer trienio al frente de un municipio es el abogado Jorge Toledo Bustamante. En el 2003 ganó por el Partido Acción Nacional; luego en el 2015 llegó bajo las siglas del Partido Humanista, y en esta ocasión, despreciado por el Partido Encuentro Social, al cuarto para las doce lo registró Movimiento Ciudadano y ganó.
De los que se reeligieron en el cargo estuvo el alcalde de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes, quien sólo agradeció el apoyo recibido del gobierno estatal en el primer trienio al frente del Ayuntamiento y felicitó a sus compañeros que obtuvieron el triunfo en las pasadas elecciones. Su participación duró 20 segundos.
El presidente municipal electo de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, fue un poco más amplio en su participación:
“Hace falta que después de una elección se hable de proyectos, de suma de esfuerzos, y no de los conflictos que se vivieron durante la elección. Yo celebro que nos hayas invitado, que el secretario de gobierno junto con su equipo haya convocado a cada una de las alcaldesas y los alcaldes electos, porque no sólo es el problema que vivimos al interior de cada municipio, sino los problemas que vivimos intermunicipales en las zonas conurbadas”.
“Creo que esta convivencia, el tener la oportunidad de dialogar con los integrantes del gabinete, con las secretarias de despacho, nos permite empezar a establecer vínculos para la solución de problemas o para empezar a conocer un poco más a fondo lo que se nos va a entregar”, agregó.
Insistió en la apertura que ha mostrado el gobierno del estado para el diálogo. “Hemos diferido ya en algunos aspectos pero también hemos encontrado respuestas que dicen ‘respetaremos las decisiones que se tomen desde los cabildos´”, acotó.
Al final habló el gobernador Cuauhtémoc Blanco. Les dijo que él también fue presidente municipal y conoce la problemática que aqueja a la mayoría de los ayuntamientos, no sólo por cuanto a la falta de recursos, sino también por los obstáculos que les ponen sus respectivos cabildos.
Pero les recordó que hace tiempo se intentó hacer una reforma constitucional para facilitarle el trabajo a los alcaldes, “pero algunos de ellos no quisieron aprobarla sólo por cuestiones políticas”.
También habló de la deuda que le dejó la administración anterior a nivel estatal y su compromiso de no endeudar más al estado. Les recomendó a los nuevos alcaldes fijarse bien en lo que firman durante la entrega-recepción para no incurrir en responsabilidades por acciones u omisiones de sus antecesores.
“La elección ya pasó, aquí tienen un amigo y es momento de trabajar unidos y coordinados para sacar adelante a Morelos”, expresó el gobernador, al tiempo de convocar a cerrar filas para poder enfrentar los retos que se vienen por delante, y a su vez, dar acompañamiento y gestionar con el Gobierno federal proyectos que detonen el progreso de la entidad.
Tras felicitarlos y reconocer el triunfo logrado en las pasadas elecciones, Cuauhtémoc Blanco manifestó que las puertas del Ejecutivo estatal siempre estarán abiertas para que a través del diálogo se logren las mejores coincidencias para Morelos.
“Díganme Cuau, díganme Gober, como ustedes quieran, pero recuerden que esta es su casa y que aquí tienen a un amigo”, les dijo.
Las alcaldesas y los alcaldes, después de disfrutar la carne asada que les prepararon los cocineros de la residencia oficial, se retiraron con la esperanza de que a partir de enero se inicie una nueva etapa en la vida de este estado en las que se olviden las rencillas políticas y se trabaje para el bienestar de los morelenses.
HASTA EL LUNES.