Lunes 18 de abril. Once y media de la noche. Avenida Reforma esquina con Tepozteco, en las escaleras del establecimiento Seven Eleven. Una patrulla de la Policía Municipal de Cuernavaca marcada con el número 1905 se encuentra estacionada y con la torreta encendida.
Los elementos tienen a unos 10 muchachos con las manos sobre la pared y los están “basculeando” como se dice vulgarmente. Me detengo y comienzo a intentar grabar con mi teléfono celular.
Los policías dejan a los chavos y se vienen contra mí para interrogarme. Les explico que soy un ciudadano común y que estoy a una distancia razonable para no estorbar en su trabajo, así que pueden seguir con lo que estaban haciendo.
Les había echado a perder el negocio. En el argot policiaco se sabe que una de las formas de allegarse recursos extras es participar en esos operativos de revisión, sobre todo a jóvenes que temen que sus padres se enteren y prefieren entregar lo poco que tienen a soportar los regaños de sus padres.
Teléfonos celulares, dinero en efectivo, o ya de menos cigarros es lo que se obtiene en esas “basculeadas” a muchachos a los que amenazan con remitir al sector por estar tomando en la vía pública. Pero cuando aparece alguien con un teléfono celular, “ya bailó Berta”, como dicen ellos.
Pero el tiempo perdido no podía quedar así nada más. El comandante que se identifica como Rubén Durán Muñoz me dice que me va a remitir al juez calificador porque ha encontrado una cerveza en mi vehículo (que dejó a medio tomar el amigo al que había llevado a la colonia Antonio Barona).
Decido dejarme llevar sólo para experimentar lo que viven las personas que son trasladadas al sector. Me ponen una esposa en mi muñeca derecha y la otra en uno de los tubos de la patrulla. Nunca me quitaron el teléfono celular, así que le dejo un mensaje a la maestra Alicia Vázquez Luna, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana:
“Maestra, me está llevando la unidad 1905 por faltas administrativas. Me detiene el comandante Rubén Duran -8 años de servicio-. No tengo ninguna queja, me acerqué a documentar la detención de unos chavos. Y me llevan por una lata de cerveza en mi auto. No pido ninguna consideración”.
Y así, mientras los jóvenes que estaban bebiendo cerveza en la vía pública los dejaron ir, a mí me llevaron detenido por violar el artículo 125-1 del Bando de Policía y Buen Gobierno que textualmente dice “alteración al orden público”.
En su declaración, el comandante Rubén Durán Muñoz asentó que “siendo las 00:30 horas, al realizar un recorrido de seguridad y vigilancia sobre San Diego de Vista Hermosa, a la altura de la tienda con razón social (no le pone ninguna razón social) se visualizaron 10 masculinos los cuales se encuentran en las escaleras de dicha tienda (sin decir cuál), por lo que se les solicita una inspección corporal mismos que acceden (sí como no), por lo que arriba un vehículo de la marca Nissan tipo Sentra y un masculino baja del mismo indicándonos que por qué hacemos eso, mismo que al aproximarse a los oficiales empieza a tomar video, mismo que despide aliento etílico el cual dice que viene tomando y que no tiene nada de malo”.
Así fue como conocí las instalaciones del Sector de Satélite, las cuales son muy diferentes a las del Sector del mercado, las que conocí como funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública del 2003 al 2006 y muchas veces que fui a sacar de ahí a familiares y amigos.
A la una y media de la mañana la juez calificadora Jenyffer Uribe me dejó en libertad mediante el pago de mil 154 pesos que corresponde a la multa por “alterar el orden público”. La multa por manejar en estado de ebriedad es mucho más alta, pero –salvo el dicho del comandante Durán- no se acredito que fuera en estado etílico.
Es evidente que fue una represalia del comandante Durán Muñoz por haberle echado a perder su operativo.
No iba a escribir nada al respecto, sin embargo, el pasado 29 de abril vi una publicación en Facebook de una ciudadana de nombre Esmeralda Nava que narra lo siguiente:
“Acabo de presenciar un abuso de autoridad como muchos que desgraciadamente ocurren en nuestro país, unos policías municipales de Cuernavaca sacaron del interior del 7 eleven de Río Mayo a dos hombres, los cuales subieron a la camioneta, según dicho de uno de los empleados el cual me comento que el nunca dio el consentimiento para sacarlos o solicitó el apoyo, en cuanto me percate de lo que sucedía me quede para observar el comportamiento de los policías, los cuales revisaron el vehículo que se encontraba abierto esculcando las pertenencias que se encontraban en su interior, inmediatamente llamaron a una grúa para que se llevara el vehículo la cual llegó casi al instante, fue cuando me acerque con los hombres que ya tenían en la camioneta y les comente que su coche no tenían porque trasladarlo en grúa puesto que su coche funcionaba, además de que se encontraba en el estacionamiento de la tienda de conveniencia y les di mi tarjeta de presentación al ver que la autoridad estaba actuando indebidamente (obvio los policías se molestaron, siempre guarde mi distancia y me conduje con el debido respeto a la autoridad me retire sin estropear su trabajo), minutos después llegó otra camioneta (ya saben para reforzarlos pues habían detenido a delincuentes peligrosos y además una abogada metiche los estaba observando), sacaron a una chica del interior del establecimiento, ella inmediatamente corrió al coche y sacó una mochila reclamando algo a los policías, la sometieron por la fuerza y la subieron, en cuanto al vehículo que insisto no estaba abandonado ni en vía pública, estaba en el estacionamiento donde ninguno de los encargados solicitó que lo movieran o que se lo llevarán, pues con todo y que muchas personas estábamos observando lo sucedido, algunos con cierto miedo y otros tomando video, subieron el vehículo a la grúa y se lo llevaron al igual que a estas tres personas, los hechos sucedieron aproximadamente a las 23:30 del jueves 28 de abril, no dudo que posiblemente estas personas estaban ingiriendo bebidas alcohólicas, con toda honestidad no se veían tomados ni vagos, y en el supuesto de que estuvieran tomando, son faltas administrativas PERO EL ACTUAR DE ESTOS ELEMENTOS POLICÍACOS, DEJA MUCHO QUE DECIR, EXHORTO A LAS AUTORIDADES A CAPACITAR Y DEPURAR A SUS CORPORACIONES POLICÍACAS, si queremos erradicar la inseguridad y la delincuencia tenemos que empezar por tener policías que actúen adecuadamente, se que esta publicación será leída por una persona que admiro por su ética profesional y que me jacto de haber sido su alumna, y a un gran litigante que aunque no fue mi maestro, pero es conocido por su trayectoria como litigante y que preside la presidencia municipal de nuestro municipio, segura estoy de que tomará en consideración esta denuncia, trabajando juntos sociedad y autoridades tendremos un mejor Cuernavaca”.
Si a esto le agregamos los hechos ocurridos en la Paloma de la Paz durante las protestas de los grupos feministas, cuando quedó evidenciada la falta de preparación de los elementos de la Policía Municipal, entonces es cuando nos preguntamos ¿con estos elementos piensa Alicia Vázquez Luna cumplir el encargo que le fue encomendado?
Ya en otras ocasiones nos hemos referido a las cualidades de la actual titular de Seguridad Pública de Cuernavaca que son muchas, pero lamentablemente tiene trabajando con ella a personas que no comparten esos méritos y sólo buscan obtener beneficios económicos u obedecen a intereses personales.
HASTA MAÑANA.