Conocimos al comandante José Luis Estrada Aguilar a través de los relatos de nuestro amigo y colega Mario Tamez, reportero de La Opción de Morelos y después editor de la revista Crónicas del Crimen. Era tan reconfortante leer que muchos de los homicidios que se cometían en Cuernavaca y su zona conurbada (década de los noventa) terminaban con la aprehensión de los responsables, y eso sucedía porque el comandante de Homicidios de la Procuraduría de Justicia de Morelos tenía un olfato especial para resolver los casos.
Podría decirse que José Luis Estrada era “un héroe sin capa”. Incluso, su apariencia física no era la típica de un policía de aquellos años. Chaparrito, morenito, cabello corto, sin botas vaqueras ni cinturón “pitiado”. Era un criminalista empírico que más tarde -al igual que un buen número de policías judiciales-, estudiaría la carrera de Derecho y se titularía como abogado.
José Luis Estrada fue uno de los pocos detectives privados profesionales que existían en Morelos, y en los últimos años era un investigador al servicio de las víctimas, sin dejar su hobbie que era la seguridad privada y las armas.
Quisimos referirnos a este personaje por dos razones: la primera es la falta de eficacia en el área de investigación de homicidios de la Policía de Investigación Criminal (no resuelven un carajo); y que el comandante José Luis Estrada Aguilar fue asesinado el pasado fin de semana en Yautepec.
Supuestamente el móvil del crimen fue el robo de su motocicleta. No lo sabemos a ciencia cierta. De hecho, nos enteramos por la publicación en Facebook de Adela Manzanarez (ex directora de Averiguaciones Previas), y del periodista Paco Guerrero, pero no hemos encontrado ningún comunicado oficial al respecto.
Ironías de la vida: el único que resolvía homicidios en este estado, falleció a causa de un homicidio que lo más seguro es que pase a engrosar la larga lista de casos sin resolver.
La Policía de Investigación Criminal (antes llamada Policía Judicial, después Policía Ministerial pero que sigue siendo la misma), atraviesa por una grave crisis al igual que la Fiscalía en General. Si se le quiere encontrar un mérito al actual coordinador general, Héctor Barreto Orihuela, es que conoce la corporación desde abajo, pero nada más.
La realidad es que, mientras que los delitos se cometen por decenas diariamente, sus elementos se hacen famosos por agredir a una reportera, por insultar a la familiar de un detenido, por detener a un indigente frente al Palacio de Justicia y, últimamente, por hostigar a las amigas de Ariadna Fernanda y quitarles sus teléfonos. Ah, se nos olvidaba: fueron a la Ciudad de México a tratar de obtener los videos que involucran a Rautel en el homicidio de la joven.
Y ya ni hablamos del ridículo que hicieron hace meses cuando detuvieron a un par de mozalbetes en la autopista acusándolos de que querían atentar contra su jefe, el fiscal Uriel Carmona. Esa se la disculpamos porque ya supimos que quien andaba de paranoico era el propio funcionario y que ellos sólo obedecieron órdenes. Al final, tuvieron que pagar una lana para que los jóvenes no les demandaran daños y perjuicios.
Todo lo anterior se les perdonaría si fueran bien eficientes para resolver los asuntos. Pero no. Y es que también Héctor Barreto tiene bien poquitos elementos, descontando todos los que andan haciendo labores de escoltas con servidores públicos y otros que no lo son.
Ayer precisamente el fiscal Uriel Carmona se reunió con abogados, amigos de quien fuera mucho tiempo trabajador de la Procuraduría de Justicia y de la Defensoría Pública, Sergio Flores, donde acudió también el secretario de Gobierno, Samuel Sotelo Salgado, quien conocía al abogado desde tiempo atrás.
No hay avances, según nos confió uno de los abogados asistentes. Lo mismo que ya todos sabemos: que al parecer fue una víctima circunstancial de un intento de ejecución de una mujer que se subió al vehículo donde iban Sergio y su hijo.
Hace más de 25 años se juntaban diariamente en los juzgados contiguos a la Penitenciaría de Atlacomulco, Samuel Sotelo, siendo juez; Alicia Vázquez Luna, en su carácter de Ministerio Público; y Sergio Flores Delgado, como defensor de oficio. Quién iba a decirlo que años más tarde el último de ellos sería cobardemente asesinado en una ciudad en la que la responsable de la Seguridad es nada menos que Alicia, y que a nivel estatal Samuel Sotelo tiene mucho qué ver.
No podemos ocultar nuestra indignación por la muerte a manos de delincuentes de nuestros amigos José Luis Estrada Aguilar y Sergio Flores Delgado. Nos duele en lo profesional y en lo personal porque los conocimos de cerca.
Sin embargo, también nos duele el homicidio de Martin Garduño Campa, de 63 años, padre de un funcionario de Protección Civil de Cuernavaca, quien fue asesinado el viernes por la mañana abajo del puente de Galerías, presuntamente por robarle la camioneta que traía.
Asimismo, el de otra persona de nombre Raymundo Rodríguez, a quien no teníamos el gusto de conocer. Su cuerpo quedó frente a un cajero automático, en la avenida Teopanzolco, por lo que se manejó la versión de que lo habían matado para asaltarlo. Es poco probable, pues los cajeros sólo dan nueve mil o diez mil pesos en efectivo.
La realidad es que, OTRA VEZ, dos sujetos a bordo de una motocicleta (ya detuvieron como a 40 de estos vehículos en diferentes retenes y siguen matando gente con el mismo modus operandi) llegaron hasta donde estaba Raymundo y le dispararon en la cabeza.
Insistimos en que no lo conocíamos, pero hay un usuario de Facebook que se llama Raymundo Rodríguez y que podría ser él. De todos modos, difícilmente se esclarecerá el móvil del homicidio, pues -como lo decíamos al principio de la columna- no hay verdaderos investigadores en ese grupo, ni tampoco en la Fiscalía, donde la única que los sacaba de apuros se cansó de esperar una oportunidad y pidió ser magistrada de Justicia para Adolescentes.
El fiscal Uriel Carmona está tan agobiado viendo cómo defenderse política y mediáticamente del partido Morena a nivel nacional por el caso Ariadna Fernanda, que ni siquiera ha designado a nadie en la Unidad Antisecuestros y en la Fiscalía de Delitos de Alto Impacto no se ha formalizado el nombramiento.
HASTA MAÑANA.