“A grandes problemas, grandes remedios”, dice un refrán popular y nosotros agregaríamos “aunque sean impopulares”. El gobierno municipal de José Luis Urióstegui parece haber adoptado ese dicho como estrategia para tratar de resolver los enormes problemas que les heredaron, aunque con ella se lleve sus aspiraciones políticas a futuro.
Sólo así se puede entender que, en plena temporada decembrina y después de dos años de pandemia, el Ayuntamiento de Cuernavaca establezca un programa tan impopular como el alcoholímetro.
Desde nuestro particular punto de vista, el espíritu de ese programa es magnífico, pero la misma sociedad lo hace ineficaz y al mismo tiempo lo descalifica.
La prueba de ello la tuvimos este fin de semana que se implementó por primera vez el programa “Conduce sin alcohol” en la capital morelense. Todavía nadie estrenaba “el Sector Satélite” cuando ya habían surgido en redes sociales infinidad de grupos que alertaban sobre los lugares donde se estaba realizando el operativo.
De esa manera, los que realmente van manejando en estado de ebriedad son alertados para buscar vías alternas de tal manera que quienes pasan por los retenes son aquellos ciudadanos que no tuvieron la necesidad de evadir la medida, pero sí sufren el congestionamiento natural que provoca el mencionado operativo.
En resumen, mientras cientos de ciudadanos somos molestados en nuestro derecho constitucional al libre tránsito en las avenidas principales a las 11 ó 12 de la noche, los jóvenes irresponsables que pudieron evadir el alcoholímetro están emborrachándose en algún bar o incluso casas particulares, de donde saldrán al amanecer para convertir las calles en pistas de carreras y muy probablemente tener accidentes mortales.
Por otro lado, ya sabemos que la secretaria de Protección y Auxilio Ciudadano, Alicia Vázquez Luna, es incorruptible, pero no podemos decir lo mismo de sus comandantes y patrulleros. La existencia del programa “Conduce sin alcohol” incrementará “el moche” o “mordida” que desde siempre ha existido por culpa del policía que recibe, pero también por culpa del ciudadano que ofrece.
Y que pena que ahora nuestra ciudad tendrá menos vida nocturna, pues si antes no salíamos por miedo a la inseguridad, ahora menos lo haremos por temor a la inseguridad… y al alcoholímetro. Obviamente el sector turístico será el más afectado.
La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados, Griselda Hurtado Calderón, lamentó que las autoridades no se hayan acercado a Canirac para tratar el tema y sondear con los empresarios si esta medida representará alguna clase de problema para sus agremiados que viven del turismo en su gran mayoría.
Obvio que si no le preguntaron es porque sabían que no estaría de acuerdo, al igual que los propietarios de bares y lo que antes conocíamos como discoteques, hoy llamados “antros”. De hecho, no creemos que haya nadie que esté de acuerdo con esa medida.
La pregunta que surge entonces es ¿por qué la implementaron? Y que conste que no es responsabilidad del presidente municipal, José Luis Urióstegui, sino de todo el Cabildo, donde hay morenistas, priístas, y de otros partidos.
Alicia Vázquez Luna insiste en que no es un programa con fines recaudatorios sino un ejercicio de salud pública, sin embargo, hoy sabremos cuánto se juntó por concepto de multas por manejar en estado de ebriedad y cuántos vehículos fueron remitidos al Corralón Municipal.
Y como si no fuera suficiente ese acto de molestia (aunque justificado, aclaramos), la semana pasada el comisario del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), Eleael Acevedo Velázquez, anunció una revisión de la tarifa del vital líquido como parte de las “acciones mínimas a realizar en el 2023”, tendientes a contrarrestar la grave crisis económica que vive la institución por la deuda heredada por administraciones anteriores y el saqueo sistemático que la tiene al borde del colapso.
A través de una presentación en Power Point se mostró la situación actual de la operatividad, los ingresos, egresos, manejo de recursos, los adeudos históricos presentados, así como una tabla comparativa de los costos por el servicio de agua en diferentes ciudades.
Entre las estrategias presentadas, se encuentra la reducción de nómina en un 20%, realizar un tabulador sin escalas, subsidio presupuestal, mejoramiento de ingresos, reducción en el consumo de energía, reducción de gastos, regulación de la nómina, revisión de tarifa y uso de energía renovable, acciones que serán presentadas ante la Junta de Gobierno, máximo órgano rector.
Eleael Acevedo, precisó que, de no cambiar dichas políticas de manera inmediata, el sistema operador estaría en riesgo del colapso en un periodo no mayor a dos años, por lo que, sería necesario un cambio de modelo administrativo.
Por eso es que sugiere: reducir la nómina en un 20%, congelando las plazas que queden libres por defunción, pensión o jubilación; unificar a un solo salario por puesto y no el que era con escalas a,b y c; mejorar ingresos a través de la estimación real de cartera vencida, regularización de tomas, adquisición de pipas, agilizar tomas de factibilidad y regular grandes consumidores, entre otras cosas.
Y por si esto fuera poco, todavía falta el proyecto de actualización de las Tablas de Valores Unitarios de Suelo y Construcción, que permitirá recaudar más dinero en impuesto predial, del cual un 40% se aplicará en la propia región catastral, pero que en términos prácticos se verá como un incremento en ese impuesto.
Desgraciadamente los ciudadanos queremos ver obras de pavimentación, de alumbrado público y muchas patrullas pero sin que se nos incremente ningún concepto de lo que actualmente pagamos al municipio. Queremos primero ver resultados y después -si nos convencen las obras- pagar impuestos pero en la misma cantidad que antes.
Así, mientras en varios puntos del estado hay alcaldes que realizan bailes, torneos de futbol, regalan cosas y pasan sus fines de semana fuera de sus municipios haciendo campaña, el de Cuernavaca no hace nada de eso, sino que se la pasa pagando cuentas que le dejaron sus antecesores y poniendo en práctica programas que pudieran ser efectivos, pero impopulares porque sus beneficios no se verán en el corto plazo.
Y aún así sigue apareciendo en las encuestas como el mejor prospecto para enfrentar al candidato o candidata de Morena en el 2024.
HASTA MAÑANA.