Detrás de esa mole de concreto están las mujeres más peligrosas de este país, y la historia de cada una de ellas bien podría servir de inspiración para los guionistas de películas o series de acción y drama. Oficialmente su nombre es Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 16, pero todos lo conocen como “la Cárcel de Mujeres de Michapa”, porque se encuentra en un pueblo con ese nombre, dentro del municipio de Coatlán del Río, estado de Morelos.
Ahí estuvo La reina del Sur, la esposa de El Mencho, La Lety de Cancún, la Jefa de Morelos y Esperanza, quien acaba de ser sentenciada a 26 años de prisión al aceptar que mató por encargo a dos israelíes que también eran delincuentes, en la Plaza Artz de la Ciudad de México, en julio del 2019.
Como si fuera una “Rosario Tijeras”, la mujer que hoy tiene 36 años confesó haber recibido cinco mil pesos de anticipo y la promesa de otros 25 mil cuando concluyera el trabajo. Cumplió con el encargo, pero las cámaras de videovigilancia la siguieron hasta las afueras de la plaza donde fue detenida, por lo que no pudo cobrar el resto.
Todo quedó grabado en video y en un grupo de Whatsapp que los delincuentes crearon bajo el nombre de La Chamba. En un restaurante de la lujosa plaza al sur de la capital, una mujer con peluca y un hombre se levantaban de una mesa con el temple de unos sicarios entrenados y acribillaban de 16 tiros a dos israelíes ante el terror de decenas de comensales.
Era la tarde del 24 de julio de 2019. Vanessa Ballar, La Güera, fungía como anzuelo de los dos israelíes, que se sentaron con ella en la misma mesa para tratar un tema de lavado de dinero en un restaurante de comida china en la lujosa colonia de El Pedregal, al sur de la ciudad. Las autoridades dieron a conocer la identidad de Sutchi, uno de los dos asesinados. Había sido detenido en la capital en 2005 por una ficha de la Interpol y extraditado a su país, donde cumplió 14 años de condena por homicidio. Hacía solo unas semanas que había regresado a México y había retomado sus relaciones con el crimen local. Azoulay era, según la información oficial, su asistente.
Las pesquisas policiales concluyeron que se trató de una presunta traición del Cartel Jalisco Nueva Generación a los israelíes, con los que colaboraba. La Güera, detenida meses después por la policía capitalina, huyó ese día a la cocina del restaurante unos segundos antes de que fueran acribillados a balazos sus acompañantes.
En los mensajes de WhatsApp se lee cómo un grupo de unos siete sicarios y colaboradores, algunos enviados desde Jalisco, se organizaron para recoger las armas en una taquería. Dos de ellos, Esperanza y Mauricio Hiram Pérez, alias El Mawicho o El Mauri, se sentaron de espaldas a las víctimas en una mesa del restaurante. “Ahí mero, apá”, le indica un tal El Barbas a Mauricio por mensajes.
En cuestión de segundos, los dos criminales se levantaron de su mesa y se dirigieron directamente contra los israelíes y les dieron 16 balazos.
Afuera, otros sicarios le dispararon a un policía auxiliar para causar confusión y que sus tres compañeros pudieran huir caminando entre las decenas de clientes que corrieron despavoridos.
La única detenida ese día fue Esperanza, que en la huida olvidó una peluca en la salida del restaurante y eso provocó que las cámaras de videovigilancia siguieran sus movimientos hasta la calle. Lo primero que dijo a los policías que la detuvieron fue que se trató de un “asunto de celos” porque sostenía una relación amorosa con uno de los sujetos.
En una nota publicada por The Jerusalem Post indican que Alon Azulay y Jony Ben eran un par de criminales reconocidos en ese país.
El medio de comunicación indica que uno de los sujetos había sido liberado de la prisión israelí hace unos seis meses, posteriormente cuando se dio cuenta de que la policía lo estaba siguiendo, se mudó a México, probablemente porque tenía una novia ahí. También señaló que el otro individuo huyó de Israel en 2001.
En Tanto el Canal 12 de Tel Aviv señala que uno de los asesinados estaba relacionado con el reconocido criminal Erez Akrishevsky quien huyó a México hace 18 años y fue detenido hace unos días y deportado a Israel.
Esperanza y Vanessa fueron trasladadas al Penal de Michapa por su alto grado de peligrosidad, y también para protegerlas de un posible atentado. Por esa razón, la Fiscalía capitalina declinó competencia a favor de su similar en Morelos, por lo que correspondió a la Fiscalía Regional Sur Poniente, a través de la Unidad Especializada de Homicidios, llevar el caso ante los tribunales.
Pero no hubo necesidad de aportar pruebas ante el Juez Oral. Esperanza aceptó los cargos de homicidio en grado de coparticipación y se acogió al procedimiento abreviado, es decir, sin que se lleve a cabo la audiencia intermedia y el juicio oral.
Las imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia del restaurante donde se cometió el asesinato, así como los videos del C2, el C5, y de la propia plaza comercial, junto con los señalamientos de testigos, personal de seguridad privada y policías preventivos, recabados en gran medida por la fiscalía general de Justicia de la CDMX, permitió que el juez de la causa emitiera una condena de 26 años ocho meses de prisión en contra de Esperanza.
Vanessa, alias La Güera, tratará de obtener una sentencia absolutoria, pues según las investigaciones, su única participación en el doble crimen fue servir de “señuelo” para que los israelíes acudieran ese día al restaurante y que Esperanza y Mauricio los acribillaran. Mientras tanto, espera en el Penal de Michapa, que es muy diferente al de Atlacholoaya.
HASTA MAÑANA.