A unas horas de que termine el año, bien vale la pena hacer un balance de todo lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos 12 meses en la administración pública, tanto en los tres poderes del estado como en algunos municipios. Ponemos a su consideración un análisis que tratamos de que sea con la mayor objetividad posible, pero siempre sujeta a la opinión del público lector, quien tiene la última palabra.
PODER EJECUTIVO. – Podríamos afirmar que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo mejoró en su contacto con la gente. Vemos más actividades en municipios y un mejor manejo de su discurso, aunque sigue estando a la defensiva a la hora de las entrevistas “banqueteras”, pero todavía le quedan casi dos años para atender el tema.
PODER LEGISLATIVO. - Decepcionante sería la palabra, pues cada vez que consideramos que será la peor legislatura de la historia, llega una nueva que la supera. En este caso, la Quincuagésima Quinta llegó con muchas expectativas, sin embargo, en un año demostraron que sólo buscan el poder político y económico. Y sí, la actual legislatura pasará a la historia como la que tuvo dos fallecimientos de personas que ocuparon la misma curul, la primera por causas naturales, pero la segunda -nos referimos a la diputada Gabriela Marín- fue un cobarde y artero asesinato que desgraciadamente sigue impune. Lo peor de todo es que, aprovechando la muerte de la diputada, varias y varios pidieron protección con cargo al erario estatal.
PODER JUDICIAL. – Después de un periodo de dos años que se caracterizó por los tribunales cerrados por pandemia, el magistrado Rubén Jasso Díaz dejó la presidencia del Tribunal Superior de Justicia tras ser traicionado por una magistrada y dos magistrados. Sin ser morenista, la administración de Jasso Díaz se caracterizó por una “austeridad republicana”, pero en cuanto llegó Jorge Gamboa Olea tal pareciera que trae “la maleta llena”. Los empleados y funcionarios están muy contentos, pues de repente hay dinero para todo, hasta para rifar un coche, dos viajes a Las Vegas y traer a Francisco Céspedes a su convivio de fin de año.
MUNICIPIO DE CUERNAVACA. – En cuanto a la capital del estado, no sabemos que sea más trascendente, si la llegada de José Luis Urióstegui o el encarcelamiento de su antecesor, Antonio Villalobos Adán, quien ahorita está preso en el Penal de Atlacholoaya por no haber pagado las cuotas del Instituto de Crédito, pero faltan todavía una treintena de carpetas de investigación pendientes de judicializar.
Por su parte, Urióstegui Salgado ha tenido que cargar todo el primer año de su administración con dos pesadas lozas: la impagable deuda que le dejaron sus antecesores, y las encuestas que lo ubican como el mejor candidato de la oposición a la gubernatura del estado, aunque las mismas dejen por sentado que quien ganará será el partido Morena. Es decir, que el segundo lugar lo tiene asegurado, y con eso los panistas se dan por bien servidos.
En unos meses, Urióstegui tendrá que tomar la decisión más importante de su vida: pedir licencia como alcalde para buscar una eventual candidatura a gobernador dejando muchos proyectos a medias, o buscar la reelección para terminar el trabajo para el que dice que se preparó toda su vida.
Todos los alcaldes y funcionarios del gobierno federal que tienen aspiraciones para el 2024 están “placeándose” los fines de semanas en el interior del estado de Morelos, menos Urióstegui. Dice que no tiene tiempo para pensar en otra cosa que no sea Cuernavaca, pero lo más extraño es que se ha dedicado a hacer cosas que -a ojos del ciudadano común- son antipopulares. Por ejemplo, una actualización del sistema catastral que nadie se había atrevido a hacer precisamente para no generar encono social, y que Urióstegui sí está haciendo. Lo mismo pasará con el Sistema de Agua Potable, donde aparentemente habrá incremento en la tarifa, aunque solamente sea un ajuste. Nadie verá con buenos ojos el que le llegue el recibo más alto que antes, como tampoco han visto bien que hagan circular a vuelta de rueda a decenas de automovilistas para cachar a unos cuantos conductores ebrios.
Definitivamente el 2023 sería determinante para consolidar su candidatura al gobierno del estado o su nominación como el mejor alcalde de Cuernavaca, aunque tenga que esperar seis años más para buscar la titularidad del Poder Ejecutivo en Morelos.
OTROS MUNICIPIOS. – En Jiutepec y Jojutla sus respectivos alcaldes, Rafa Reyes y Juan Ángel Flores, sobresalen del resto de los municipios morelenses por la sencilla razón de que lograron su reelección en el cargo, de ahí que lleven ventaja, pero al mismo tiempo es una gran responsabilidad porque no tienen el pretexto de que sólo son tres años para concretar la mejoría en sus localidades.
Y otra de sus ventajas es que, al tiempo de cumplir con sus gobernados, también están haciendo campaña con miras al 2024. Ellos podrán, a mediados del próximo año o incluso después, pedir licencia para dedicarse de lleno a pedir el voto en busca de la gubernatura del estado o lo que se venga.
Pero si hablamos de ventajas los municipios que las tienen todas son Yecapixtla y Yautepec, pues resulta que en ambos casos el alcalde entrante es pariente del alcalde saliente, y los ex alcaldes hoy son diputados de la actual legislatura. Así que no solamente tienen la garantía de que les van a “cubrir las espaldas” -como se dice coloquialmente- sino que Agustín Alonso y Francisco Sánchez lograron etiquetar una buena cantidad de dinero para sus respectivos municipios, aunque todavía falta que quede firme el presupuesto.
FISCALÍA. – Seguramente Uriel Carmona Gándara no olvidará nunca el año 2022, en particular el día en que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y —para muchos— la próxima presidenta de este país, lo acusó públicamente de ser un protector de delincuentes. Pareciera que a todos se nos olvidó ya el caso Ariadna, pero tarde o temprano va a resurgir. Los morelenses merecemos saber quién miente, pues tan grave es que se haya encubierto a un feminicida con una necropsia que daba como causa de muerte una broncoaspiración por intoxicación etílica, como que la Fiscalía capitalina esté fabricando un delito. Y eso lo sabremos en el 2023.
SEGURIDAD PÚBLICA. – Tanto en el plano nacional, estatal y municipal la seguridad pública fue un desastre en el año que termina y todo parece indicar que así seguirá por mucho tiempo. Los cárteles de la droga se matan impunemente todos los días y decir que “se están matando entre los malos” no es una justificación válida porque en esos ajustes de cuenta hay daños colaterales. Los últimos días del 2022 tuvimos a un empresario restaurantero asesinado, lo mismo que una abogada de la región oriente. Una familia en Jojutla fue atacada en su propia casa en plena noche de navidad, y un joven contador público pagó con su vida el no haber permitido que le robaran el dinero propiedad de la empresa para la que trabaja.
Sólo en eso último, las Policías de los tres niveles de gobierno están reprobadas.
Deseamos a todos nuestros lectores que pasen muy bien la noche de año nuevo y que el 2023 venga acompañado de salud, dinero y amor para todos.
HASTA EL PRÓXIMO LUNES.