Aunque se presume que en los próximos días varias diputadas y diputados pudieran anunciar su renuncia al partido político que hoy abanderan, y que por ende haya una recomposición en la Junta Política y de Gobierno, lo cierto es que no habrá cambios sustanciales en la relación con el Poder Ejecutivo, pues el grupo de los quince continuará imponiéndose en las votaciones por la vía del mayoriteo, lo que deja entrever que no habrá avances en materia legislativa en el año que inicia. Será una legislatura perdida, pues.
Tal como se esperaba, el pasado 25 de enero la diputada Mirna Zavala Zúñiga presentó su renuncia al Partido Encuentro Social (PES) y sólo es cuestión de tiempo para que se incorpore al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
No podía ser de otra manera, después del rompimiento del nuevo dirigente, Hugo Erick Flores con Cuauhtémoc Blanco y de sus 30 minutos de despotricar en contra del gobernador, era inminente su separación.
Mirna Zavala no es gente del PES ni mucho menos de Hugo Erick Flores. De hecho, Mirna Zavala tiene antecedentes panistas, pues fue ese partido el que la colocó en la entonces Auditoría Superior Gubernamental del Congreso y posteriormente en el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE), donde fue presidenta.
Después de ser ahijada política de Oscar Sergio Hernández Benítez se ganó la confianza del grupo de José Manuel Sanz Rivera desde el Ayuntamiento de Cuernavaca y cuando ganan la Gubernatura le encargan la Secretaría de Administración.
El hecho es que, por paridad de género, logra una diputación plurinominal (la primera posición era para Alfonso de Jesús Sotelo) bajo las siglas del PES, y es así como llega a la Quincuagésima Quinta Legislatura. Mientras la dirigencia del PES se la peleaban dos grupos en los tribunales electorales, Mirna siempre mantuvo una posición institucional a la hora de votar.
Desgraciadamente, por representar un solo voto, lo mismo da que sea como integrante de Morena o como diputada sin partido. Pronto sabremos cuál fue su decisión.
En el mismo caso está Ericka Hernández Gordillo, sobrina de la maestra Elba Esther Gordillo y quien llega —por segunda vez— al Congreso ahora bajo las siglas del partido Redes Sociales Progresistas (RSP), un partido en desgracia, pues la maestra lo dejó en manos del senador Ángel García YÁñez y él a su vez delegó todo a su pareja sentimental Rosario Herrera, pero ella está en la cárcel y no hay quien dirija ese instituto político.
Pudiera decirse que tanto Mirna como Ericka de pronto se vieron “huérfanas” políticamente hablando, lo que pudiera ser una ventaja.
Recapitulemos: durante los primeros meses de la actual legislatura ningún grupo tenía el número suficiente de votos para dominar el Congreso a pesar de que desde antes de iniciarla hubo varias reuniones convocadas por los exalcaldes Agustín Alonso y Francisco Sánchez.
Casualmente tanto Agustín como Paco no pertenecen al partido que los llevó al cargo, al menos no ideológicamente. En el caso del yecapixtlense, ya alguna vez contamos la historia de su padre, priísta de toda la vida, pero que aprovechó la ola azul para que su hijo Irving fuera alcalde, y de ahí ha logrado mantener el cacicazgo y ya van tres hijos que pasan por la alcaldía… y los que faltan.
Agustín Alonso es pragmático cien por ciento. Fue priísta, perredista, le coquetea a Morena, es “bejaranista” y, por mera estrategia electoral, compitió en las pasadas elecciones por el Partido Nueva Alianza.
Fueron ellos los que lograron aliarse con otras fuerzas políticas por mera conveniencia como fue el PRI, Movimiento Ciudadano, Morelos Progresa (hermanos Yáñez, más bien), y Partido del Trabajo de Tania Valentina, para completar los 15 votos necesarios para hacer lo que quieran con el Congreso.
Y como muestra de que se aliaron por mera conveniencia está el Fondo que instituyeron (muy parecido al Fideicomiso que hizo Graco Ramírez con la LIII legislatura) en el que etiquetaron recursos para obras en municipios, que casualmente recayeron en aquellos donde ellos siguen teniendo el manejo de las finanzas a través de sus parientes.
Para estar en condiciones de manejar a su libre arbitrio esos recursos, los ex alcaldes han intentado a toda costa sacar de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización a la titular, América López, a quien han amenazado con meterla a la cárcel con la ayuda del Poder Judicial, con quien hay una inmejorable relación.
Y es que América López es un peligro para los intereses del grupo en el poder. La Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso del estado que preside el diputado Agustín Alonso Gutiérrez mantiene detenidos 79 informes de resultados de auditorías aplicadas a cuentas públicas de municipios, dependencias y organismos públicos, correspondientes a los ejercicios fiscales 2018, 2019 y 2021, declaró hace unos días América López Rodríguez.
Este próximo 2 de febrero se va a llevar a cabo la audiencia constitucional en la que un Juzgado de Distrito habrá de definir de una vez por todas su situación jurídica. Recordemos que los diputados “se sacaron de la manga” una reforma legal para instituir un procedimiento que permitiera suspender temporalmente a la titular de la ESAF.
Contra esa resolución América López promovió un amparo, pero la suspensión provisional no tuvo efectos restitutorios, por lo que será hasta esta semana cuando se habrá de resolver en definitiva su situación legal.
Hay que reconocer la valentía de esta mujer que se ha enfrentado a todo con tal de continuar en el cargo, y que si regresa por la vía del amparo, tendrá que trabajar en condiciones muy difíciles pues el G-15 se ha encargado de imponer a Uriel González Sotelo como titular del Consejo de Vigilancia de la mencionada dependencia encargada de revisar las cuentas públicas de los Ayuntamientos y de los otros dos poderes del Estado.
También está por resolverse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) si se concede la suspensión provisional del acto reclamado dentro de la controversia constitucional que interpuso el gobierno del estado contra la modificación del paquete presupuestal en el que eliminaron la posibilidad de hacer transferencias para modificar el gasto público.
Quisiéramos pronosticar que nos espera un año de progreso y paz social en Morelos, pero lamentablemente no es así. Nos espera otro año de inactividad legislativa, de pugnas estériles y de reacciones impulsivas sólo para demostrar quién tiene más poder.
HASTA MAÑANA.