A medida que se acerca el proceso electoral para la gubernatura de Morelos en el 2024, se menciona con mayor insistencia y en todos los círculos sociales que el Partido de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) postulará a una mujer para ese cargo y que la que más posibilidades tiene por su cercanía con el presidente de la República es nada menos que la hoy directora general de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia.
Eso ha tenido como consecuencia que casi todos los días, diversos grupos sociales se reúnan con ella y le manifiesten su apoyo para que busque la gubernatura el próximo año. Sin embargo, al mismo tiempo que se le acercan personas con las mejores intenciones y de buena reputación, no faltan los oportunistas de siempre, vividores de la política que sólo buscan vivir del erario.
Hoy nos referiremos únicamente a dos personajes que hemos visto muy cercanos a la servidora pública y aspirante a la gubernatura, de los que tenemos pésimos antecedentes.
Uno de ellos se llama Arturo Edmundo Zúñiga Hernández, hijo del ingeniero Ricardo Zúñiga Vázquez, quien fuera director de la Junta Local de Caminos y luego de Catastro.
Tenemos en nuestras manos un boletín de la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción, fechado en noviembre 22 del año 2021 que dice lo siguiente:
Por los delitos de Fraude Procesal, Falsificación de Documento, Falsedad de Declaración ante Autoridad, Abuso de Autoridad y Uso de Documento Falso, la Fiscalía Anticorrupción imputó al ex titular de la Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Morelos, quién presuntamente cometió dichos actos delictivos para obtener de manera irregular su pensión por jubilación al 75 por ciento, cobrando mensualmente más de 39 mil pesos.
El viernes 19 de noviembre, en sala 5 de la Ciudad Judicial de Atlacholoaya, la agente del Ministerio Público de la Fiscalía Anticorrupción presentó más de 15 datos de prueba contra Arturo “N”, quién presuntamente presentó constancias laborales expedidas por los ayuntamientos de Tlaltizapán y Zacatepec y así tramitar su pensión por jubilación de cesantía en edad avanzada.
Sin embargo, de acuerdo a la investigación de la Fiscalía Anticorrupción, no existen expedientes laborales que acrediten que Arturo “N” haya trabajado en los ayuntamientos señalados, incluso, su currículum evidencia que nunca laboró en dichos lugares.
Tras realizar la imputación, la agente del Ministerio Público solicitó a la Jueza, como medida cautelar la prohibición de acudir a los ayuntamientos de Tlaltizapán y Zacatepec, en tanto, se le concedieron 144 horas a la defensa para la audiencia de vinculación.
Podrán decirnos que nadie es culpable hasta que lo declare un juez penal y que la sentencia haya quedado firme, y en eso tienen toda la razón, pero en política hay algo que se llama “fama pública y buena reputación”, que es algo que no tiene el médico de Tlaltizapán que ya se le anda pegando a la aspirante Margarita González Saravia.
Incluso, junto con su hermano Ricardo (quien también tiene cuentas pendientes en la Fiscalía), ya andan ofreciendo candidaturas de Morena con la venia de “la próxima gobernadora de Morelos”, y uno de los primeros incautos es un médico oftalmólogo que se apellida De la Roca, quien ya comenzó a instalar anuncios con publicidad “encubierta” con el slogan “se ve bien” y la foto del doctor.
El nombre de Arturo Edmundo Zúñiga Hernández también aparece en la Controversia Constitucional 54/2013 que promovió el Ayuntamiento de Jojutla (presidido por Hortencia Figueroa) en contra de otro oportunista: César Bahena Valle, quien pretendía obtener una jubilación millonaria con cargo al erario municipal. ¿Y quién creen que le firmó uno de los documentos que fueron declarados apócrifos? Pues el doctor Zúñiga Hernández, quien ahora pretende regresar al Gobierno estatal a través de Margarita González Saravia.
El otro oportunista y acomodaticio que han visto rondando a Margarita Saravia es Javier García Chávez, mejor conocido como “El Gato”, de quien también tenemos “su corrido”.
Nació en Michoacán, pero desde joven vivió en la ciudad de México, donde ingresó al Instituto Politécnico Nacional a la carrera de Economía. No terminó la carrera porque lo suyo lo suyo era la grilla, tal como quedó de manifiesto en las notas periodísticas que lo ubican como dirigente del Comité de Lucha Estudiantil y fundador de la Organización Nacional de Estudiantes del IPN.
Del movimiento estudiantil paso al movimiento de damnificados del sismo del 85. Carlos Monsivaís lo menciona en su libro “No sin nosotros” como uno de los privilegiados que representó a los afectados por el terremoto en una reunión con el presidente de la República. Casualmente, en 1988 aparecía ya como precandidato a diputado, aunque no ganó. Lo intentaría nuevamente en 1994 pero tampoco tuvo suerte.
Fue miembro del Sindicato de Telefonistas hasta que lo invitaron a dar clases en Nicaragua, ya que desde 1980 era simpatizante del Comité de Solidaridad con el pueblo de Nicaragua. A su regreso, se integró a la administración del Gobierno del Distrito Federal como subdirector de Regularización Territorial, y luego como director general de Desarrollo Social, coordinador de asesores en la delegación de Milpa Alta y director de Participación Ciudadana en Coyoacán, cuando el PRD era gobierno.
En el 2007 apareció como director general del Sistema DIF-Guerrero con Zeferino Torreblanca, el primer gobernador perredista. Cual mercenario de la política, en 2010 se fue a su natal Michoacán para apoyar a otro perredista, Leonel Godoy. Le dieron la Dirección de Análisis y Desarrollo Político en el gobierno michoacano, un cargo que más bien parecía una “aviaduría”. Después le inventaron el cargo de “coordinador general de relaciones interinstitucionales”, pero para ese momento ya tenía en mente otro proyecto: la gubernatura de Morelos para su amigo Graco Ramírez, quien lo había designado subsecretario de asuntos electorales del PRD.
Así, se vino a vivir a Morelos y comenzó a operar la organización “Gente x Gente”, una red de ciudadanos en apoyo a la candidatura de Graco Ramírez. En 2012 el michoacano le levanta la mano al tabasqueño en tierras morelenses. En pago, le tuvieron que inventar un cargo que justificara su salario, que no era cualquier cosa. Le pusieron “Coordinación General de Análisis Político y Proyectos Estratégicos”, pero que en la práctica servía para seguir coordinando las redes de apoyo “GxG”.
Para el 2015 logró sin problemas la candidatura a diputado federal por el distrito que abarcaba Jiutepec, Temixco y Emiliano Zapata, derrotando al polémico priista-perredista-humanista-panista-independiente y ahora morenista, Arnulfo Montes Cuen.
En el 2017, el ya candidato al gobierno de Morelos por el PRD, Rodrigo Gayosso, le pidió a Javier que le entregara la base de datos de “Gente por Gente” y éste se negó. Ahí vino el rompimiento, pero no entre Graco y Javier, sino con su hijastro.
Los favores hechos a Morena como diputado federal le valieron la diputación local para el proceso electoral del 2018, a pesar de que –como ya se dijo- El Gato llegó a Morelos en 2011. El nuevo sexenio pintaba bien para el experredista, pues no solamente sería diputado local, sino presidente de la Junta Política. Sin embargo, unos días antes de la definición el grupo de Morena se comenzó a desmoronar. Se salió Pepe Casas, luego Andrés Duque, hasta que perdió fuerza y sólo quedó como presidente de una comisión, a la que renunció días después.
Si Margarita no quiere que la ubiquen como graquista, debe “pintar su raya” con quien fuera el principal movilizador del tabasqueño.
HASTA MAÑANA.