El 10 de abril de 1996 el presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León visitó el estado de Morelos para encabezar la ceremonia por el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, en la Hacienda de Chinameca, municipio de Tlaltizapán. Nunca más un presidente de la República volvió a venir a tan importante acontecimiento.
El gobernador era Jorge Carrillo Olea, quien integró su gabinete de seguridad con un grupo de capitanes del Ejército a quienes conocía desde el Estado Mayor Presidencial en tiempos de Echeverría. José Abraján Mejía, Cuauhtémoc Torga Rivera y Juan Manuel Ariño Sánchez, en ese orden, dirigían la Secretaría de Seguridad Pública.
“No quiero que ningún grupo llegue a importunar al presidente”, fue la orden del general Carrillo Olea. Y sus subordinados sabían que sus órdenes se acataban.
Ese día por la mañana, un contingente del Comité de la Unidad Tepozteca (CUT) que encabezaba Lázaro Rodríguez Castañeda, salieron de Tepoztlán, rumbo a Cuautla, para dirigirse a Anenecuilco, donde dejaron una ofrenda a Emiliano Zapata; de ese lugar se trasladarían al municipio de Tlaltizapán a dejar también una ofrenda floral en el cuartel general de Chinameca.
Sin embargo, a la altura del poblado de San Rafael Zaragoza se encontraron con varios vehículos de caña que se encontraban bloqueando el camino y un retén de granaderos formando una valla; por tal motivo, bajaron de los vehículos en que circulaban e intentaron cruzar dicha valla, por lo cual los elementos policíacos los agredieron con sus escudos y macanas, respondiendo los declarantes a esa agresión arrojándoles piedras a los policías, logrando con ello que se replegaran y los vehículos avanzaran.
“En ese momento los elementos de seguridad pública comenzaron a dispararles con armas de fuego; por ello, tuvieron que correr a esconderse atrás de los vehículos, percatándose de que en esos momentos caía desplomado el señor Marcos Olmedo Gutiérrez”, narraron los testigos.
Declararon que las personas que se encontraban arriba de los "microbuses" y camiones fueron bajadas de manera violenta y con palabras altisonantes; que fueron llevadas a las camionetas, de color blanco, de la Policía, las cuales se encontraban en el otro extremo de la nueva valla que habían formado los granaderos; que a los detenidos se les tuvo bajo el sol por muchas horas, sin agua ni comida, para luego trasladarlos a la ciudad de Cuernavaca a fin de que rindieran su declaración ante el Ministerio Público.
Un boletín de la Coordinación de Comunicación Social informó escuetamente de un enfrentamiento entre policías preventivos y un contingente de personas provenientes de Tepoztlán, con un saldo de una veintena de heridos de ambos lados.
Ya por la tarde trascendió que a un lado del módulo de Seguridad del municipio de Jojutla habían encontrado un cadáver. Era Marcos Olmedo, golpeado y rematado con un balazo en la cabeza.
“El 10 de abril en Morelos ya no sólo enmarcará la muerte de Emiliano Zapata, sino también la de Marcos Olmedo, por el delito de transitar por los caminos del sur abiertos a la delincuencia y cerrados a la ciudadanía”, escribió Miguel Ángel Granados Chapa en el periódico Reforma.
Se equivocó el maestro Granados Chapa (QPD). A 27 años de distancia nadie se acordó de Marcos Olmedo y el aniversario luctuoso del más grande héroe de nuestra revolución mexicana sólo sirvió para que mucha gente buscara atraer reflectores de a gratis.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, recordó al atila del sur, desde Palacio Nacional, en su tradicional conferencia matutina, conocida como “La Mañanera”.
"Un dirigente campesino auténtico, que cuando triunfa el movimiento maderista tenía muy buenas relaciones con Madero, pero por la intriga los separaron… Madero le ofreció una hacienda y la respuesta de Zapata fue muy fuerte, y eso demuestra lo que eran sus convicciones, y le dijo que no fue a la Revolución para hacerse hacendado, un dirigente cabal y con principios", dijo el mandatario, quien no envió —como se había venido acostumbrando— ningún representante a la ceremonia oficial en la Hacienda de Chinameca.
El año pasado conmemoró el aniversario luctuoso 103 con un video en sus redes sociales, dio un pequeño discurso mostrando una corona de flores, con una pintura al óleo de Emiliano Zapata a sus espaldas, y una canción de Amparo Ocho alusiva a la fecha.
En el 2019 se tenía programada una ceremonia en el interior de la Hacienda de Chinameca (incluso se puso una mampara y un templete) pero de último momento fue cancelada ante la llegada de contingentes provenientes de varios estados de la república, además de los grupos locales que se oponen a la Termoeléctrica, mismos que declararon a López Obrador, “persona non grata”.
En 2016, el entonces gobernador Graco Ramírez tuvo que salir por piernas antes de que lo apedrearan, y nunca volvió.
En esta ocasión la ceremonia oficial del Gobierno del estado se llevó a cabo en la estatua que alguna vez estuvo en la glorieta Emiliano Zapata y que en este sexenio fue reubicada en el entronque de la autopista con la avenida Vicente Guerrero y estuvo encabezada por el secretario de Educación, Arturo Cornejo, así como el titular de la 24ava. Zona Militar.
La directora de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia, adelantó el homenaje y desde el pasado domingo llevó una ofrenda floral a Chinameca, lugar donde asesinaron al General Emiliano Zapata. Estuvo acompañada de la familia Manrique Zapata, especialmente de Don Manuel, nieto del General, así como habitantes de Tlaltizapán, Ayala y otros municipios.
Lo que no podía faltar es la XXIV Cabalgata Zapatista de Huitchila a Chinameca, en la que incluso participó el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, acompañado del secretario del Ayuntamiento, Carlos de la Rosa Segura y el coordinador del Consejo Consultivo de Turismo del Municipio de Cuernavaca (COCTUR), Marcos Manuel Suárez Gerard.
Este evento se ha vuelto una tradición en Morelos y a nivel nacional, convocada por el fundador de la Cabalgata Zapatista, René Benítez y los ediles de Tepalcingo y Ayala, Jesús Juan Rogel Sotelo e Isaac Pimentel Mejía, respectivamente, así como el ex gobernador Jorge Morales Barud y el notario público Francisco Rubí Becerril, que desde muy temprana hora se encontraron en la comunidad de Huitchila en Tepalcingo. Irónicamente, la mayoría de sus participantes —a juzgar por sus aditamentos y calidad de los caballos— más bien se parecían a los hacendados contra los que luchaba el oriundo de Anenecuilco.
En esa misma cabalgata ocurrió un incidente: el senador Ángel García Yañez cayó de su caballo y se golpeó la cabeza, pero al parecer sin mayores consecuencias.
Por su parte, integrantes del Ayuntamiento de Jiutepec encabezados por el alcalde Rafael Reyes, conmemoraron el 104 aniversario luctuoso del general Emiliano Zapata Salazar la mañana de este lunes. Las autoridades municipales, acompañadas de la Comisaria y de los Comisarios Ejidales de Jiutepec rindieron honores a la bandera, presenciaron el izamiento a media asta del lábaro patrio, entonaron el Himno Nacional y colocaron una ofrenda floral en el busto de “El Caudillo del Sur”.
Otro grupo encabezado por dos universidades privadas y la diputada federal Alejandra Pani Barragán se entregaron reconocimientos, doctorados honoris causa, y escucharon una larguísima pieza de poesía… todo en nombre de Emiliano Zapata.
HASTA MAÑANA.