La aparición de entrevistas y columnas en medios estratégicos del país y del estado de Morelos en torno a un personaje hasta ahora desconocido para el grueso de los morelenses de inmediato despertó suspicacias en el círculo político de una entidad en la que se suponía que ya estaba todo definido.
¿Quién está atrás del “autodestapado” General de División Diplomado del Estado Mayor Presidencial, Alfonso Duarte Múgica? Fue la pregunta del día este lunes tras la aparición de una entrevista en un medio de comunicación que antes era impreso y hoy sólo es digital.
“Es Graco el que esta atrás de ese general. Si lo publicó ese medio de comunicación de ocho columnas no puede ser otro que Graco”, me comentó un veterano periodista.
Paco Guerrero, ex corresponsal de La Jornada, no se anduvo con medias tintas:
“La repentina irrupción de un general en el panorama de las candidaturas para la gubernatura de la entidad, trae mar de fondo. Un general del Ejército Mexicano, especialmente en estos tiempos, no se va a ir por la libre a buscar una candidatura a gobernador. Tuvo que tener la aprobación del secretario de la defensa nacional. Y el secretario de la defensa nacional tuvo que tener la aprobación o la orden del presidente de la república. El secretario no se va a ir por la libre tampoco, especialmente con López Obrador. O sea que vamos a tener candidato General y gobernador General”, vaticinó en su muro de Facebook.
Otra fuente ubica al abogado, historiador y empresario Roberto Abe Camil como el intermediario entre el general y varios medios de comunicación locales.
Llama la atención el tuit del coordinador del Diplomado en Marketing Político de la Ibero, Gustavo Adolfo Pérez Rojas: “Se destapa candidato por la oposición en Morelos: Desde su huerta de retiro en Puente de Ixtla, Morelos, Alfonso Duarte Múgica (ex general) no puede ser omiso ante el desgobierno. Un héroe que redujo la delincuencia en el Norte con un modelo real de seguridad”.
Pero no hay que perder de vista que el primero que habló de este hombre —desconocido totalmente para el grueso de la población morelense— fue el director de Excelsior, Pascal Beltrán del Río: “El general de división (retirado) Alfonso Duarte Múgica –quien fungió tres veces como comandante de región y llegó a ser mencionado como potencial secretario de la Defensa Nacional– ha estado explorando la posibilidad de ser nominado candidato a la gubernatura de la Alianza por México”, escribió el 16 de mayo pasado.
Tres días después, el influyente semanario Zeta de Tijuana, publicó el inminente destape del General Duarte Múgica, pero su directora Adela Navarro se fue más allá: “Buscando una solución y políticas de contención de esta inseguridad y violencia (que se vive en Morelos), el General Duarte Múgica ha encontrado el apoyo de una parte importante de la comunidad morelense para buscar la candidatura al Gobierno del Estado en 2024, cuando se renovará tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo y las cabeceras municipales”.
¿Cómo puede la comunidad morelense dar apoyo a un aspirante a la gubernatura que no conoce? Nos preguntamos.
“De concretarse la aspiración del General Duarte a lograr la candidatura al Gobierno del Estado de Morelos, esta sería, hasta el momento, por la Alianza Va por México. El militar en el retiro ya ha sostenido pláticas con Marko Cortés, dirigente del Partido Acción Nacional; tiene el aval de Jesús Zambrano, líder del Partido de la Revolución Democrática, y, aun cuando no se ha reunido con Alejandro Moreno, del Partido Revolucionario Institucional, ha entablado diálogo con Pablo Casas y Joaquín Hendricks. Tal parece que la alianza opositora va con el General”, acota Adela Navarro.
Nos preocupa que, coincidentemente, es Tijuana de donde salió Jesús Alberto Capella, jefe de seguridad pública de Graco Ramírez. Primero Capella recomendó a Graco con el efímero gobernador Jaime Bonilla, y luego el tabasqueño hizo que su amigo Carlos Joaquín González lo contratara en Quintana Roo como responsable de seguridad.
El general Duarte Múgica fue jefe de la zona militar II con sede en Tijuana y posteriormente comandante de Región cuando Capella era secretario de Seguridad Pública de esa ciudad. Mala señal.
En todas las publicaciones antes mencionadas lo ponen como un héroe y narran anécdotas que mediáticamente le convienen, pero omiten otras.
Por ejemplo, que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 87/2011, que confirmó que se utilizaron instalaciones militares para que soldados torturaran a 25 víctimas. En la recomendación se menciona que el General Duarte Múgica, como jefe de la Segunda Zona Militar, recibió notificaciones de la PGR por detener a estas personas y mantenerlas arraigadas. El caso llegó hasta la Corte Penal Internacional (CPI).
La publicación de ayer fue tan extensa como favorable para su imagen, difícil de creer que haya sido gratuita.
Entre las loas existen datos rescatables, como es el hecho de que a los veinte años fue ayudante del presidente José López Portillo (¿otro guardia presidencial como Carrillo Olea?). También, aporta una interesante radiografía de la delincuencia:
“La economía de la delincuencia se ha desarrollado de tal manera que soborna autoridades, recluta gente desocupada para que sirvan como halcones, como sicarios, consiguen casas de seguridad, compra armamento y crea una situación peligrosa en las áreas urbanas y, cuando la población es demandante de mayor seguridad, se convierte en un problema político local, en donde las autoridades políticas locales necesitan apoyo de las autoridades federales porque la seguridad municipal o estatal no es capaz de garantizar por sí misma la seguridad”, dice.
Quizás sin pretenderlo, la entrevista de ayer aporta un dato que se contrapone a la información de sus “destapadores”:
Mientras que otros aseguran que es oriundo de Morelos, el trabajo periodístico publicado ayer asegura que nació en la Ciudad de México, pero que desde muy joven se avecindó con su familia en Puente de Ixtla, en donde su madre le inculcó un profundo amor por la patria y admiración por el Ejército, al que ingresó a los dieciséis años.
Por lo menos Carrillo Olea sí nació en Jojutla y vivió su niñez y adolescencia en esa localidad, para después incorporarse al Colegio Militar, donde inició su carrera profesional para volver muchas décadas después a gobernar su estado natal.
En cambio, el general Duarte Múgica reconoce que sólo lleva cuatro años viviendo en Puente de Ixtla, a partir de que se retiró de la milicia. Luego entonces, ni es morelense, ni tiene tanto tiempo como para conocer la problemática del estado que pretende gobernar.
HASTA MAÑANA.