El pasado jueves 19 de octubre corrió como reguero de pólvora la noticia de que un colombiano se había fugado del Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) de Atlacholoaya. La Comisión Estatal de Seguridad Pública, de la que depende el sistema penitenciario, negó tal hecho, argumentando que el interno había obtenido su libertad por orden de una juez especializada del tribunal de enjuiciamiento de primera instancia del Tribunal Superior de Justicia.
Lo que no informó la autoridad, es que, efectivamente, Santiago Meza fue absuelto del proceso por el que estaba privado de su libertad, al verse beneficiado por las bondades del nuevo sistema de justicia penal que permite un acuerdo reparatorio con la víctima.
Lo que no dice, es que había otro proceso en el que también le habían dictado prisión preventiva, pero al director del Penal y a su jefe del jurídico “se les pasó” checar ese detalle y lo dejaron ir.
No conocemos el oficio fechado el 19 de octubre del presente que firmó la juez especializada del tribunal de enjuiciamiento de primera instancia del primer distrito judicial, pero hemos visto otros documentos y en todos el juzgador aclara que la resolución con la que queda en libertad, no lo exime de otros delitos que tenga pendientes.
Los servidores públicos encargados de cerciorarse que no tenga procesos pendientes es el director jurídico del Cereso y su jefe directo, el director del Penal.
En el presente caso, se trata del encargado de despacho del penal de Atlacholoaya, César David Chávez Patiño; un empleado del área jurídica de nombre Rodrigo Benítez Avelar y un comandante de turno de seguridad y custodia. Ellos fueron los que firmaron la libertad de Santiago Meza, y la única sanción que les impusieron fue cambiarlos de centro penitenciario.
Santiago Meza González fue detenido el 6 de mayo de 2022 junto con otro sujeto, también colombiano, de nombre Jhon Eduardo, y dos mujeres, todos por delitos contra la salud y posesión de vehículo de procedencia ilícita.
Las cuatro personas promovieron una suspensión condicional y su proceso lo siguieron en libertad, pero meses después Jhon Eduardo y una de las dos mujeres procesadas, fueron asesinados.
El 12 de septiembre de ese mismo año, Santiago fue detenido por segunda ocasión por agentes de Investigación Criminal, adscritos al Grupo de Robo de Vehículos y fue vinculado por el delito de posesión de vehículo automotor de procedencia ilícita y posesión de cuatro armas de fuego, pero extrañamente el agente del Ministerio Público del Fuero Común nunca informó a la Fiscalía General de la República (FGR) por cuanto al delito del fuero federal.
Santiago M. G. obtuvo su libertad, pero durante el tiempo en que permaneció privado de su libertad, la Fiscalía le inició un tercer proceso penal en su contra junto con José Luis L. G. por robo de vehículo con violencia, y por ese motivo se mantuvo la medida cautelar de prisión sin condena.
Fue el pasado jueves 19 de octubre, cuando un tribunal de enjuiciamiento emitió sentencia de absolución a Santiago y ordenó su libertad inmediata, desde el juzgado, porque supuestamente no tenía pendiente ninguna otra causa penal en su contra.
Pero no fue así porque derivado de su primera detención, Santiago incumplió con uno de los acuerdos reparatorios a los que se comprometió por lo que se acogió a un juicio abreviado por delitos contra la salud y fue sentenciado a seis meses de prisión.
Una fuente cercana al caso reveló que la carpeta relacionada con esa causa fue desaparecida y por ese motivo, la noche del jueves, el encargado de despacho, César David Chávez y Rodrigo Benítez fueron cambiados de adscripción a la cárcel distrital de Jonacatepec. Nadie dio parte al Ministerio Público, ya sea de la Fiscalía General que encabeza Uriel Carmona, ni a la Fiscalía Anticorrupción que dirige interinamente Edgar Núñez Urquiza.
Hay dos preguntas que surgen: ¿Cuántas veces han ocurrido este tipo de errores? ¿Cuánto cuesta ser beneficiado con una pifia como esta?
Por otra parte, nos han contactado las familias de internos para denunciar lo que parece ser el inicio de un fraude. Resulta que hay un señor que está reuniendo expedientes de personas privadas de su libertad que ya estén sentenciadas, a las que ofrece incluir en una lista para recibir no solamente un beneficio de preliberación, sino también un trabajo cuando salgan.
Este señor ha estado haciendo reuniones en las que les dice que tiene un hijo abogado que trabaja en el Congreso Federal o en la PGR (sic), que está integrando una lista de los beneficiados.
“El ya lleva tres meses supuestamente checando algunos expedientes de algunos presos que pudieran salir libres. Él pregona y grita que tiene un hijo licenciado en la cámara te voy a mandar la foto porque hasta nos dio la foto del lugar que él tiene un hijo muy reconocido ahí que él es el que lo mandó a Morelos a realizar ese ese programa de manera oculta para que los del CERESO no estén por enterados”, dice el mensaje enviado a este columnista.
“Ya tiene aquí supuestamente a 17 familias que les trajeron los expedientes de sus familiares presos ya les dijo que ya le autorizaron de pues sí pues de la PG la autorización para que salgan liberados que solamente hay que pagar una multa entonces pues esto ya no me suena bien”, agrega.
Además de eso le está prometiendo ingresar gente como empleados a esta dependencia y que van a tener un trabajo pagado este no hay límite de edad ni estudios de nada porque las oficinas para llevar esos trámites ya se van a poner aquí en Morelos.
“Me duele pensar en familias que vayan a hacer extorsionadas entre ellas mi hermana porque su hijo está en la cárcel y ya le dije hermana está esta situación así y así a raíz de una plática que tuve con otra amiga y me dijo la forma de operar en una extorsión que le hicieron pues es exactamente la misma forma entonces ya le dije hermana tengo mis dudas no acciones no des dinero y sí me siento desesperada”, termina diciendo la misiva.
Así que, si usted estimado lector sabe o es parte de esta lista que están haciendo de personas privadas de su libertad, desconfíe y no entregue ninguna cantidad de dinero.
HASTA MAÑANA.