Nadie sabía el motivo, pero aquella noche del 22 de agosto del 2014 “el jefe Oscar” estaba particularmente muy contento y quería celebrar. Alguien de su equipo sugirió El Curazao, un centro nocturno de la avenida Insurgentes donde podrían cenar y después disfrutar del show de tabledance.
Así fue como el entonces presidente del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), Oscar Guillermo Guerra Ford, y su primer círculo de colaboradores, llegaron hasta el establecimiento ubicado en la delegación Álvaro Obregón, en la ciudad de México. Con ellos iba (según publicó el periodista Luis Guillermo Hernández), el médico morelense Víctor Manuel Díaz Vázquez.
La cuenta de la cena fue “decente”: $2,350 pesos. Aunque bien pudieron haberse cooperado, el jefe sacó la tarjeta de Crédito American Express que la institución le proporcionó para cubrir “gastos de representación”, y pagó el consumo, pidiendo la factura correspondiente.
Pero para esos momentos el alcohol ya había hecho su función, además de que las primeras chicas de la noche comenzaban a aparecer en el escenario donde había un tubo al centro, por lo que siguieron pidiendo tragos de las marcas más reconocidas y una que otra “copa de dama” que las cobran al triple.
No se sabe a qué horas salieron de ahí, pero cuando el jefe del área administrativa revisó el estado de cuenta que debía pagarse ese mes, detectó que —además de la primera cuenta de alimentos— había un cargo en la tarjeta por 14 mil 523 pesos y otro más por 3 mil 538 pesos. En total, 20 mil 411 pesos provenientes del erario federal para una “noche de copas” del presidente del INAI.
Más que la resaca física, a Guerra Ford le dio una tremenda “cruda moral”. Pagó de su sueldo todo lo gastado en Curazao esa noche, incluyendo los primeros 2 mil 350 pesos que en teoría sí podían ser considerados gastos de representación. Le pidió a su jefe administrativo que no se volviera a hablar del tema.
Sin embargo, como ocurre en la mayoría de las oficinas gubernamentales, muy pronto todo mundo sabía de “la parranda de los 20 mil pesos del jefe Guerra Ford y sus colaboradores”. De hecho, era un secreto a voces que al presidente le gustaba pagar sus cuentas con la tarjeta de crédito de la institución, y así quedó documentado en 94 facturas que no reunieron los requisitos administrativos para ser absorbidos por la institución federal.
Oscar Guillermo terminó su periodo como presidente en 2015 pero fue contratado por su sucesora Ximena Puente de la Mora como secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Transparencia. En 2020 el centro nocturno Curazao fue cateado por elementos federales, y clausurado por fomentar el delito de trata de personas.
El “pecado de Oscar Guerra Ford” hubiese seguido en el anonimato de no ser por el enfrentamiento institucional entre el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y la actual presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra.
Este año, el organismo autónomo libró –y ganó– una batalla legal para poder sesionar con cuatro comisionados, ante la embestida del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la mayoría parlamentaria de Morena para impedir los nombramientos.
En esta lucha, que llevó a la parálisis del organismo durante cinco meses –lo que retrasó la resolución de más de ocho mil impugnaciones– el INAI fue en reiteradas ocasiones el blanco de ataques verbales del presidente, quien planteó su deseo de desaparecerlo.
Y como ha venido ocurriendo a lo largo del sexenio, los “conservadores” (partidos políticos, empresarios y medios de comunicación) se pusieron del lado del INAI, en tanto que el partido Morena y los medios de comunicación abiertamente pro-AMLO, se han dedicado a denostar a los órganos autónomos, tachándolos de “gastalones”.
No faltó quien le filtrara a la revista Contralínea (la misma que divulgó supuestas conversaciones entre Uriel Carmona y diversos personajes de la política morelense) los pormenores del caso Guerra Ford.
La borrachera en el Curazao era del dominio público al interior del INAI, pero no había forma de comprobarlo. No faltó quién solicitara la relación de gastos rechazados del presidente Guerra Ford en 2014 y 2015, pero sus compañeros lo protegieron de la siguiente manera:
No obstante que los 94 gastos se realizaron con la tarjeta American Express –con número 3766-894309-71008– propiedad del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, el pleno del propio Inai –conformado por los pares del maestro Guerra Ford– censuró los datos bajo el supuesto de que se revelaría su capacidad adquisitiva. Para el Instituto, se pondría en evidencia su patrimonio si se daban a conocer los 94 gastos personales que el entonces comisionado hizo con dinero público, porque tuvo que restituir al erario el daño causado.
Con lo que no contaban es que Contralínea obtendría el estado de cuenta de American Express de agosto del 2014, en el que venían los pagos al tabledance clausurado por prostitución. Tras publicarlo, presentaron su renuncia Oscar Guerra Ford y el hoy comisionado del INAI, Rosendoevgueni Monterrey Chepov.
“Hasta ahora sólo han renunciado Guerra Ford y el también ex comisionado Rosendoevgueni Monterrey, pero las investigaciones persisten sobre el director general de Enlace con autoridades laborales, Víctor Manuel Díaz Vázquez y sobre Adrián Alcalá Méndez, éste último interesado en tomar las riendas del INAI a partir del próximo lunes”, publicó ayer el periodista Luis Guillermo Hernández en su cuenta X.
Lo que habría que decirle al periodista de la Cuarta Transformación, es que Víctor Díaz Vázquez en Morelos está en calidad de procesado por el delito de Ejercicio Ilícito del Servicio Público en la carpeta de investigación JC/1003/2021 que judicializó la Fiscalía General del Estado por hechos presuntamente cometidos cuando era presidente del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE) y que un juez penal lo vinculó a proceso.
Su apelación, al igual que otros cientos de expedientes, se encuentra en espera de resolución en segunda instancia en alguna de las Salas del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, donde las cosas transcurren muy lentamente porque siete magistraturas siguen acéfalas y los 11 que están trabajando no se dan abasto.
HASTA MAÑANA.