Más allá de la sospechosa sesión nocturna del pasado jueves 23 de noviembre en la que fueron designados una decena de magistradas y magistrados del Tribunal Superior de Justicia, y de la lluvia de críticas que recibió la LV Legislatura local, ahora lo más importante es analizar la nueva conformación del Pleno del TSJ.
“Ahora forman parte de la familia del Poder Judicial, lo cual los hace libres, independientes y soberanos. Los invito a que se despojen de cualquier color político por el cual ustedes hayan accedido a este Tribunal”, dijo Jorge Gamboa Olea en la sesión del viernes en la que protestaron al cargo. Más que una invitación, era una súplica.
Recordemos que en las últimas tres convocatorias a Pleno, no hubo Quorum para estar en condiciones de sesionar. La incondicionalidad de cuatro magistrados (Elda Flores, Jaime Castera, Andrés Hipólito y Carmen Aquino) no fue suficiente para doblegar al grupo “disidente” de siete togados (Francisco Hurtado, Rafael Brito, Marta Sánchez, Bertha Rendón, Juan Emilio Elizalde, Manuel Díaz Carvajal y Guillermina Jiménez Serafín).
Ahora, con la llegada de 10 nuevos miembros del máximo órgano del Poder Judicial del Estado (aunque sólo 7 se deberán integrar de inmediato al Pleno, los otros 3 hasta enero), habrá 21 magistrados y el presidente. Si los disidentes consiguen que cuatro de los nuevos se les sumen, al actual titular le esperan meses muy difíciles.
Haya sido como haya sido, hoy ya son magistrados y magistradas las siguientes personas:
Javier Mújica Díaz, Nancy Giovanna Montero Mercado, Rolfi González Rodríguez, María Luisa Sánchez Osorio, Juan Gabriel Vargas Téllez, Cecilia Verónica López González, Arturo Loza Flores, Miriam Janet Uribe Peralta y José Anuar González Cianci Pérez y Anahí Bahena López.
Comencemos por ubicar a aquellos que son producto de un compromiso político o partidista, ya que incluso antes de la votación se sabía quién designaría a quien:
El ex diputado Javier Mújica Díaz que era asesor del Partido del Trabajo; Cecilia López que es hijastra del priísta Jorge Meade Ocaranza y Arturo Loza Flores que trabaja desde hace mucho con el diputado Alberto Sánchez.
Los “graquistas”: Rolfi González Rodríguez y Anahí Bahena López. El primero es esposo de la magistrada Guillermina Jiménez Serafín, quien llegó al cargo apadrinada por el tabasqueño y suponemos que en esta ocasión él también intervino. En el caso de Bahena López, es esposa de Ángel Colín, el último secretario de Gobierno en el sexenio de Graco, aunque también fue directora jurídica en el gobierno municipal de Agustín Alonso.
En el caso de Juan Gabriel Vargas Téllez y José Anuar González Cianci, a quienes han tachado de “graquistas” queremos hacer una acotación. Efectivamente Vargas Téllez aparece como abogado del ex gobernador en un par de expedientes, pero también hay que decir —como lo escribimos en una columna pasada— que el oriundo de Cuautla es uno de los mejores abogados penalistas con que cuenta esta entidad. Es hijo de Rafael Vargas Juárez, prestigiado litigante en la zona oriente, y hermano de David Vargas, quien fuera subprocurador de aquella región. Es licenciado, maestro y doctor en Derecho, además de impartir cátedra en diversas instituciones. Así cómo no lo iba a contratar el ex gobernador, al igual que muchos otros importantes clientes que tiene su despacho.
En el caso de Anuar González Cianci, conocemos su trayectoria desde adolescente. Es hijo del doctor Víctor Manuel González Cianci y de la señora Noemí Pérez (QPD). Licenciado, maestro y doctor en Derecho, catedrático en varias universidades. Si bien es cierto que trabajó en el sexenio de Graco Ramírez, nos consta que nunca fue de sus protegidos. De hecho, siempre fue el encargado de despacho de la Consejería Jurídica porque Juan Salazar (quien sí era de sus consentidos) se fue a la Fiscalía Anticorrupción.
En estos dos únicos casos, consideramos que, independientemente de la forma como hayan llegado a la magistratura, será una garantía para el Poder Judicial el tener a dos elementos expertos en el Derecho.
Por cuanto a María Luisa Sánchez Osorio, también queremos dejar en claro que la señora tiene toda la experiencia necesaria como jueza y como notaria. Eso nadie lo pone en duda. Sin embargo, políticamente hablando, consideramos una provocación del fiscal hacia el gobierno federal, el gobierno estatal y al propio Poder Judicial. Es un mensaje de que “para que vean que sí las puedo, no solamente tengo a mi cuñada en el Pleno, ahora también ahí les va mi esposa”.
Así las cosas, en los próximos días veremos al Pleno partirse en varios grupos, y uno de ellos se puede llamar “Los Urielistas”, que conformarán la esposa, la cuñada y el ex asesor del fiscal, Francisco Hurtado, además de algún otro que decida sumarse a su causa.
De Nancy Giovanna Montero Mercado y Miriam Janet Uribe Peralta no tenemos nada qué decir pues no conocemos su trayectoria, aunque su currículum vitae revela que están bien preparadas académicamente. En las siguientes sesiones veremos si están a favor o en contra de Gamboa.
La lista de nuevas magistradas y nuevos magistrados también tiene interpretaciones políticas. No hay nadie identificado con la actual administración gubernamental. No le dieron una sola posición al gobierno estatal.
Tampoco al Poder Judicial. Las juezas y los jueces se quedaron esperando sus magistraturas. Tradicionalmente entraban por lo menos dos jueces, pero esta vez los 14 diputados (ya no son quince), les valió un pepino el respeto a la carrera judicial.
También les valió los múltiples llamados de las agrupaciones de abogados y organizaciones civiles como “Morelos Rinde Cuentas” para transparentar el proceso de designación. De mala gana subieron los curriculums vitae de los aspirantes pero se negaron a subir los ensayos y las entrevistas.
Los “rabinistas” tampoco consiguieron nada. Miguel Lucia y Carlos Benítez Urióstegui se quedaron esperando la llamada.
Por lo menos en dos casos, las magistraturas sí se vendieron “al mejor postor y en efectivo”. Una diputada y un diputado decidieron echar por la borda su reputación. En los próximos días se sabrán los nombres, ellos lo negarán y no habrá forma de comprobarlo, pero en los pasillos del Congreso todos lo saben. De todos modos, su carrera política ya está acabada, no tenían nada qué perder y unos cuantos milloncitos les servirán para mantenerse algunos años.
HASTA MAÑANA.