Ayer por la mañana, por unanimidad de votos en sesión ordinaria del Pleno del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el magistrado Arturo Loza Flores fue designado integrante de la Junta de Administración, Vigilancia y Disciplina de Poder Judicial del Estado de Morelos (antes Consejo de la Judicatura) y máximo órgano administrativo del Poder Judicial.
Su llegada tiene varias interpretaciones. Por principio de cuentas, que Jorge Gamboa Olea ya no tiene el control absoluto del Pleno, pues su candidato era Jaime Castera, quien no logró ninguna muestra de apoyo en la votación en la que también participó el magistrado Javier Mújica.
El grupo de “los nuevos” (siete ahorita y diez a partir de enero), con esto demostraron que no vienen a unirse al grupo de incondicionales de Gamboa, pero tampoco al grupo radical que encabeza Francisco Hurtado y Rafael Brito.
Una alianza entre los nuevos y los “anti-Gamboa” hubiese sido letal y ahorita estaríamos hablando de un nuevo presidente del TSJ. Pero no fue así.
Sin embargo, Gamboa tuvo que entregar una de las posiciones más importantes dentro de la estructura del Poder Judicial. Se trata de la Junta de Administración, Vigilancia y Disciplina de Poder Judicial del Estado de Morelos, que alguna vez se llamó Consejo de la Judicatura y que tenía a un representante del Poder Ejecutivo, otro del Legislativo y hasta uno de la Facultad de Derecho.
Actualmente sólo se compone de tres miembros: un presidente que es al mismo tiempo el titular del TSJ; una jueza que actualmente es Elvia Terán, y un representante de los magistrados, que había sido hasta hace unos meses el magistrado Norberto Calderón y que dejó vacante al culminar su periodo.
Este órgano tiene como función realizar acciones administrativas tan importantes como la asignación de plazas, los procesos de licitación y las compras directas. Además, es el encargado de aplicar sanciones a trabajadores y funcionarios del TSJ.
Después de conocer la importancia de este cargo, volvemos a la pregunta: ¿Quién gana con la designación de Arturo Loza? O más bien dicho ¿a qué intereses va a servir desde esa posición?
Si analizamos su curriculum vitae nos daremos cuenta que Loza Flores tiene una formación más política-administrativa que jurisdiccional. Fue durante muchos años funcionario del Instituto Estatal Electoral (hoy Impepac), luego director del Instituto de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal (IDEFOM) y últimamente asesor del diputado priísta Alberto Sánchez que en el último año se declaró morenista.
Loza no tiene nada de carrera judicial. En algún momento de su vida fue director del Sistema de Agua Potable de Xochitepec.
Hay una “leyenda urbana” que asegura que él fue quien falsificó la firma del entonces presidente del PRI estatal, Rodolfo Becerril Straffon, para que Ramón Ocampo Ocampo quedara registrado en la fórmula para el Ayuntamiento de Xochitepec. Al darse cuenta de ello, el jerarca priísta montó en cólera y acudió al Impepac a exigir que se retirara esa candidatura.
Se inició una carpeta de investigación en la Fiscalía Especializada de Delitos Electorales, pero alguien se encargó de darle carpetazo. Sólo la nota del entonces corresponsal de El Financiero, Edmundo Salgado, quedó como antecedente y puede ser vista en el link https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/cancelan-registro-a-candidato-a-regidor-por-falsificar-firma-en-morelos/ pero los empleados del Instituto tienen bien presentes la frase “y qué vas a hacer al respecto viejito”.
Luego entonces, todo parece indicar que Arturo Loza desde el Poder Judicial servirá al Poder Legislativo, específicamente al grupo que lo enquistó en la magistratura sin haber ocupado antes ningún puesto en el Poder Judicial. Es el grupo de los exalcaldes.
Se dice que la designación de Loza Flores se fraguó desde el sábado pasado en la cena que ofreció la presidencia del Tribunal a los jueces y magistrados con motivo del fin de año. Después de degustar Carpaccio de res y carne con verduras en el salón más lujoso del Hotel Holliday Inn, mientras algunos bebían whiskey y escuchaban el monólogo del comediante JJ, los magistrados nuevos se salieron a la terraza y acordaron que lo más conveniente era demostrar su poder desde el principio.
Por eso es que ayer, todos los nuevos integrantes del Pleno votaron por él, y a los demás no les quedó otra que apoyarlo.
La magistrada Bertha Rendón Montealegre prefirió no asistir para no participar en el circo.
Hasta este momento no ha surgido ningún tema que nos permita avizorar quién está con Gamboa y quién en contra. Digamos que todos están en estos momentos en su “luna de miel”, unos disfrutando del viaje que hicieron a Colombia con el pretexto de la capacitación, y otros con los detalles que les ha otorgado la presidencia, como son unas togas carísimas y la cena de fin de año VIP ya mencionada en el Holliday Inn.
A ver cuánto tiempo se mantienen así.
HASTA MAÑANA.