Cuando Alejandro Martínez Bermúdez pizcaba naranjas en la Unión Americana en 2008, jamás le pasó por la mente que quince años después sería titular del máximo órgano político de uno de los tres poderes del estado. Una serie de circunstancias lo llevaron hasta donde se encuentra hoy, con un nivel de vida que disfruta al máximo, consiente de que cuando termine la actual legislatura, volverá a ser un simple ciudadano.
Y es que el líder nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Mario Delgado Carrillo, ya anunció que Alejandro y dos diputadas más, no tendrán cabida en ese instituto político al considerarlos traidores a la causa.
Martínez Bermúdez es el típico caso de los que nacen en la pobreza, se hacen millonarios de la noche a la mañana y después regresan a sus orígenes. Originario del estado de Guerrero, llegó a vivir a la colonia Satélite siendo un niño y trabajó de canastero en el mercado y cantaba en los camiones.
Con apenas la secundaria emigró a Estados Unidos donde laboró en los campos agrícolas, regresando en el 2008, cuando se hace comerciante y después líder de tianguistas. Se involucra en el naciente partido de Andrés Manuel López Obrador y logra que lo incluyan “de relleno” en la fórmula del expresidente municipal de Huitzilac, Ulises Pardo Bastida, para las elecciones del 2021.
Se registró como suplente del candidato a diputado por el primer distrito local, sin más esperanzas que “hacer currículum” dentro del partido y quizás ocupar la curul un par de meses. “Nadie sabe para quién trabaja”, reza un dicho popular, y esta historia es un claro ejemplo.
Resulta que a Ulises Pardo (un litigante de medio pelo oriundo de Tres Marías), se le ocurrió registrarse como indígena para asegurar la diputación local por Morena. Para ello obtuvo una constancia firmada por el ayudante municipal del poblado indígena de Coajomulco, municipio de Huitzilac, Cléofas Romero Torres, en la que daba fe de su origen étnico.
Con lo que no contaba era que un grupo de habitantes de esa localidad se rebelarían y en una asamblea celebrada el 12 de junio del 2021 no solamente desconocerían el documento firmado por Cleófas, sino que lo destituyeron y nombraron en su lugar a José Dolores Castillo.
Carlos Ricardo Ávila Solís, quien pretendía también la candidatura y que sí es indígena, impugnó la resolución del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) que dio entrada a Pardo Bastida como candidato a diputado local, y luego un Juicio de Protección de Derechos Políticos y Electorales ante el Tribunal Estatal Electoral. Ambas instancias rechazaron la petición, por lo que el asunto llegó hasta la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El error que cometieron tanto Ávila Solís como otras dos mujeres que interpusieron sus respectivos juicios, fue que se enfocaron en demostrar que Pardo Bastida había mentido, y de su suplente sólo pusieron que “tampoco es indígena”, sin aportar mayores pruebas.
Al resolver los juicios acumulados, los magistrados federales consideraron que el Impepac al momento de realizar la designación de diputaciones por el principio de representación proporcional, debe verificar que dos de ellas correspondieran a personas indígenas, por lo que si las personas autoadscritas (autoadscripción simple) como indígenas del estado de Morelos consideran que las diputaciones indígenas no las representan de manera efectiva, porque no se depositaron en personas con una pertenencia en las comunidades indígenas de la entidad (autoadscripción calificada), en contra de dicha designación pueden promover juicio de la ciudadanía sobre ese tema, aportando los argumentos y pruebas que estimen adecuados para destruir la presunción de la referida autoadscripción calificada, esto es, en dicho juicio pueden ofrecer pruebas enfocadas a, por ejemplo, desvanecer la validez de la constancia o documentación con la que se derivó la autoadscripción calificada de las personas designadas…” De modo que, le asiste la razón a la parte actora al señalar que, en el presente caso, el Tribunal Local debió examinar la problemática planteada sobre la autoadscripción calificada de las candidaturas electas”.
Y resolvió:
“Al respecto, esta Sala Regional considera que los agravios de la parte actora son infundados respecto de la candidatura suplente y, fundados sobre la candidatura propietaria. Lo anterior porque concerniente a la candidatura suplente, del análisis de los argumentos y pruebas expresadas por la parte actora, no se desvanece la validez de la constancia en la que se determinó que la candidatura suplente acreditó su autoadscripción calificada y, en consecuencia, tampoco la presunción de validez reforzada (ante la etapa de resultados) de cumplir con ese requisito.
“Sin embargo, respecto a la candidatura propietaria, esta Sala Regional considera que el examen (bajo la perspectiva intercultural que el caso amerita) de los hechos y pruebas aportadas por la parte actora, se obtiene que la presunción de cumplir con el requisito de autoadscripción calificada (derivada de la etapa de registro y obtenida con la constancia expedida por la ayudantía municipal de Coajomulco) se derrumba, pues la asamblea comunitaria (de Coajomulco) no reconoce al candidato propietario como parte de su comunidad ni valida la constancia expedida por la ayudantía municipal”, dice la sentencia emitida el 19 de agosto del 2021.
Alejandro Martínez Bermúdez no lo podía creer: su compañero de fórmula (quien pagó toda la campaña y aparecía en la boleta) quedaba fuera de la jugada y él se convertiría en diputado.
Así, el primero de septiembre del 2021 protestó formalmente como diputado local y se integró al grupo parlamentario de Morena. Sin embargo, meses más tarde se alió con diputados del PAN, PT, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano, para conformar el llamado G-15, un grupo que se caracterizaría por llevar la contra al gobierno de Cuauhtémoc Blanco y defender a toda costa al fiscal general del estado, Uriel Carmona.
Los diputados de Morena se dividieron y, después de diversas negociaciones, el primero de febrero del 2023, Martínez Bermúdez se vio convertido en coordinador del grupo parlamentario de Morena, Alejandro Martínez Bermúdez, y nuevo presidente de la Junta Política y de Gobierno del Congreso del estado, para el segundo periodo del segundo año legislativo de la LV Legislatura.
Desde esa posición, el diputado morenista se ha visto muy beneficiado económicamente, sobre todo por el fiscal Uriel Carmona y por los aspirantes a magistrados del Tribunal Superior de Justicia. Una ex trabajadora denunció que el legislador le exigía una parte de su sueldo, y que eso ocurría con la mayoría de sus compañeros.
El que fuera líder de la colonia Satélite, y que de la noche a la mañana se vio convertido en millonario (incluso se dio el lujo de viajar a Nueva York, pero ahora con visa), ha confiado a sus cercanos amigos que está consiente de que su carrera política se acaba el próximo mes de agosto, por lo que está ahorrando todo lo que se pueda, para no volver a la pobreza.
HASTA MAÑANA.