“En conclusión, esta Comisión estima necesario renovar y establecer nuevas líneas de acción que permitan atender con prontitud la problemática de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, para ello resulta prioritario proponer al Consejo Universitario revocar el nombramiento conferido a la doctora Graciela Quiñonez Bahena por esta soberanía universitaria e inmediatamente designar un individuo en calidad de titular interino de la Dirección de la referida unidad académica”, retumbó en salón de Rectores, mientras una turba de estudiantes celebraba en el exterior.
Luego vendría la votación: 109 votos a favor, 4 en contra, 10 abstenciones y 2 votos nulos de un total de 125 consejeras y consejeros asistentes a la sesión.
Así culminaba una anunciadísima destitución de la primera mujer en ocupar la Dirección de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, que irónicamente ocurre unas semanas después de que asumiera el cargo la primera mujer rectora en la máxima casa de estudios.
Para muchos, el destino de la doctora en Derecho se definió aquel 9 de noviembre del año pasado, cuando solicitó que se sometiera a debate la posibilidad de emitir un voto cerrado y no a mano alzada para la elección de Rectora en el siguiente Consejo Universitario “con la intención de evitar la coacción y proteger el proceso de posibles vicios”.
Su propuesta no solamente fue rechazada, sino que evidenció su oposición a la corriente de la candidata Viridiana León Hernández.
Lo demás llegó por añadidura.
Ayer, un funcionario de la UAEM leyó un documento que contiene hechos tan subjetivos como los siguientes:
Un estudiante acusa que la directora “se burlaba de sus escritos”. Algunas alumnas le imputan que mandó lavar una pared que un grupo de estudiantes había ocupado para hacer un mural en el que expresaban sus ideas, y que les impidió usar el auditorio para llevar a cabo un evento con la activista Kenia Cuevas.
Que en enero de 2023, un denunciante se postuló para consejero técnico pero por órdenes de la directora comenzaron a realizar reuniones con estudiantes para que no lo apoyaran y se alinearan a favor del equipo de la dirección.
Un alumno de ciencias políticas afirma que en el 2021 “cuando tomaba clases de sistemas jurídicos contemporáneos con la doctora Graciela, la profesora invisibilizaba sus participaciones sin respetar la libre expresión de las ideas por no compartir su ideología política, lo que afectó su promedio”.
Una trabajadora se quejó de que el 28 de octubre del 2022 fue invitada a una fiesta de cumpleaños de la maestra Graciela y que el lunes 31 “la promovente recibió mensajes de Whatsapp, adjudicándole un comportamiento inadecuado, recibiendo insultos y que con eso llegó a ofender a terceros, y el día 7 de noviembre la doctora Graciela le pide las llaves de la jefatura; la regañaba cuando entraba a los sanitarios de la dirección, a la sala de maestros donde dejaba por lo regular su mochila y bolso de comida”.
Otro más: “La catedrática criticaba mucho al gobierno actual, y al pedir la opinión de los estudiantes y no parecerle la respuesta que le daban, le decía que se callaran o los sacaría de la clase, lo que originó que su calificación fuera baja, con ello visibilizaba sus participaciones sin respetar la libre expresión de las ideas por no compartir la ideología política”.
Entre otras cosas, Graciela Quiñones fue destituida por decir —según ellos—: “Me da vergüenza que ustedes pretendan graduarse de mi facultad, no puedo creer que personas como ustedes pretendan ser abogados”
La resolución de la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario, misma que fue leída ayer en público, es bastante subjetiva:
“La creciente problemática de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales ha desequilibrado las líneas de mando establecidas por nuestra Ley Orgánica así como en el estatuto universitario, lo que implica una crisis de gobernabilidad con un interlocutor natural de nuestra Universidad, lo que hace insostenible un diálogo con quien ha individualizado la problemática social que enfrenta, lo cual es un signo inequívoco de pérdida de legitimidad”, afirma en uno de sus párrafos.
Asegura que “un titular de una Unidad Académica debe renunciar también cuando una falla de dirección política o de ejecución ha sido de tal magnitud que pierde la confianza de la comunidad universitaria depositada en él, habida cuenta que es el responsable directo e inmediato de la dirección, organización, operación y control de su unidad académica”.
La pregunta que surge es ¿quién determina en qué momento se pierde la confianza de la comunidad universitaria? ¿Bastará con que un grupo de estudiantes instale un campamento afuera de la unidad académica para que la directora o el director tenga que renunciar?
“Si el titular de una unidad académica no abre el camino a la pacificación y la concordia, no existen las condiciones para una administración eficaz que requiere una convivencia social armónica y libre de violencia institucional. Debió de ejercer el encargo mediante un liderazgo ponderado pero firme cuyo fin último es el bienestar general pues el encargo otorgado al titular de una unidad académica es eminentemente representativo lo que implicar encontrarse en permanente diálogo público, por tanto debe de comportarse con la rectitud del deber las políticas institucionales permanentemente a través de la pregunta de los diversos actores, estudiantes y profesores que en el seno del Consejo Técnico pueden ser objeto de interpelaciones y de censuras por parte de los consejeros si faltan a su deber de dirección política”, aseguran los redactores de la resolución.
Habrá que guardar ese documento para futuros conflictos en los que se involucren directores afines a la dirigencia sindical.
Afortunadamente, en la sesión del máximo órgano de gobierno institucional, la rectora de la UAEM y presidenta del CU, Viridiana Aydeé León Hernández, nombró a Gloria Rosario Vergara Salinas, como directora interina de esta facultad por el periodo del 30 de enero de 2024 al 25 de septiembre de 2025.
La nueva directora es hija de Raúl Vergara Mireles y Gloria Salinas, ambos profesionistas del Derecho, y ella goza de una buena aceptación en la mayoría de los profesores, administrativos y alumnos ya que laboró en la institución cuando su padre era director.
La hoy ex directora, Graciela Quiñones Bahena, se despidió de sus compañeros con un mensaje contundente: “… hay que actuar con dignidad, honradez y demostrar con trabajo realizado el amor a la Facultad y no alentando a la denostación, injuria y calumnia o por parte de terceros para ganar adeptos”.
HASTA MAÑANA.