Hoy es 8 de marzo, día internacional de la mujer, y seguramente el sector femenino saldrá con la cantaleta de que “no hay nada qué festejar”. Diferimos, y aquí daremos las razones por las cuales consideramos que sí han avanzado mucho, demasiado en muy poco tiempo, al grado de que en poco tiempo seremos los hombres quienes tendremos que reclamar nuestros derechos a ser tomado en cuenta para cargos de elección popular.
Recordemos que las mujeres acudieron a las urnas por primera vez en las elecciones del 3 de julio de 1955, para elegir a los diputados federales de la XLIII Legislatura, es decir, hace apenas 69 años.
Durante décadas, el acceso de la mujer a los poderes del estado era prácticamente por excepción:
De una mujer en la 42 Legislatura (lo que representaba el 0.6 por ciento del total de legisladores) a 13 en 1964 y luego 32 en 1979; en el 2000 subieron hasta 80 pero aún así eran sólo el 16 por ciento de los 500 miembros de la Cámara, y en el 2009 llegaron a 140. Hoy sabemos que es obligatorio que la mitad de los integrantes de cualquier Cámara, debe ser del género femenino, y que en algunos casos han sido más las mujeres, como ocurrió en Morelos la pasada legislatura.
En el Poder Ejecutivo que encabeza Cuauhtémoc Blanco Bravo se comenzó con sólo tres secretarias de gabinete (Mirna Zavala, Margarita González y Cecilia Rodríguez), luego se aplicó la paridad total y ahora con los últimos cambios al parecer otra vez las mujeres están en desventaja.
En el Poder Judicial se ha cuidado mucho ese detalle, y el Pleno del Tribunal Superior de Justicia está conformado por mitad hombres y mitad mujeres, y si bien es cierto que el actual presidente es varón, no hay que olvidar que las dos últimas fueron presidentas.
En el Tribunal de Justicia Administrativa hubo un momento en que quedaron puros hombres, pero ahora lo van a nivelar con la convocatoria exclusiva para el género femenino de donde habrán de salir las dos integrantes.
En el Tribunal Estatal Electoral no hay paridad de género. Desde hace tiempo las mujeres son las que deciden.
Si hablamos de presidencias municipales, son muchos los ayuntamientos que están encabezados por mujeres, y en el caso de los Cabildos, las autoridades electorales han sido muy escrupulosos en cumplir al 100 por ciento las famosas “acciones afirmativas”, no sólo a favor de las mujeres, sino también para los indígenas, afromexicanos y homosexuales.
Hoy tenemos también a tres candidatas a la Gubernatura del estado, lo que garantiza que la próxima jefa del Poder Ejecutivo será mujer. Ya nos imaginamos si vivieran aquellos generales de la Revolución que compitieron por la Gubernatura, se volverían a morir al ver que hoy las mujeres no solo son útiles para hacer la comida y cuidar hijos.
Por si fuera poco, tenemos por primera vez una rectora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (Viridiana León Hernández), y no hace mucho la directora de la Facultad de Derecho fue designada de una terna de mujeres.
Entonces sí hay mucho qué festejar.
Sin embargo, en lo que queda mucho por hacer, es en la violencia contra las mujeres, y eso quedó de manifiesto ayer durante el evento presidido por el gobernador Cuauhtémoc Blanco en el centro cultural Teopanzolco, denominado foro “Buenas prácticas para el fortalecimiento de refugios que brindan atención integral a mujeres, sus hijas e hijos”.
En este acto, se escucharon experiencias y aportaciones de refugios del estado de Hidalgo, Ciudad de México y Morelos a través de videos en los que las mujeres y niños narraron el infierno que viven con padres o padrastros violentos.
Wendy Figueroa Morales, representante de la Red Nacional de Refugios, dijo algo que nos pareció fundamental: que los gobiernos que vengan con motivo del proceso electoral de junio de este año, respeten los programas que están funcionando en beneficio de la sociedad, y no quieran desaparecer todo lo que tenga que ver con la administración anterior.
Un discurso muy contundente fue el de la presidenta del Instituto de la Mujer del Estado de Morelos, Isela Chávez Cardoso, quien recordó que uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género es la alarmante falta de financiamiento.
Estableció cinco puntos fundamentales para lograr revertir este fenómeno: Invertir en las mujeres; acabar con la pobreza; poner en marcha un financiamiento transformador para la igualdad de género (la reducción del gasto público afecta directamente a las mujeres, ya que disminuyen los servicios de atención); avanzar hacia el desarrollo sostenible y una sociedad del cuidado, y poyar a los feminismos que impulsan el cambio.
“Señor gobernador, como presidenta del Instituto de la Mujer para el Estado de Morelos le reitero mi compromiso para seguir tendiendo lazos y vínculos interinstitucionales, los cuales abonarán al fortalecimiento de las instituciones públicas, puntualizando por siempre la permanencia y constancia de nuestros refugios en nuestra entidad federativa. Por todo esto, en el estado decimos fuerte y claro: todas las mujeres en todos los espacios, por un instituto de territorio de igualdad y libre de violencia”, dijo para finalizar.
No podemos festejar que Cuernavaca, Cuautla y Yautepec se encuentren entre los 50 municipios prioritarios de violencia contra la mujer según un estudio realizado recientemente, ni que sea uno de los estados con mayor índice de feminicidios.
Sin embargo, sí se debe reconocer que hay acciones de los tres niveles de gobierno tendientes a reducir la violencia contra las mujeres, niñas y niños. Pero no hay que olvidar que estas agresiones físicas o verbales, abusos sexuales y ataques mortales, provienen de miembros de la misma familia, y contra eso muy poco pueden hacer las autoridades.
HASTA MAÑANA.