Ya analizamos los currículums vitae de Alejandra Hernández García y Eduardo Horacio López Castro y no encontramos nada extraordinario que los distinga de los más de 50 aspirantes a las dos magistraturas del Tribunal Superior de Justicia en sustitución de Guillermina Jiménez Serafín y Andrés Hipólito Prieto. Ambos son nacidos en Morelos y, en el caso de ella, tiene carrera judicial, lo que representa puntos a su favor.
Como ya es del dominio público, por unanimidad de los 20 integrantes de la LV Legislatura, este martes 26 de marzo se eligió a los dos nuevos magistrados del Tribunal Superior de Justicia para un periodo de 14 años a partir del rendimiento de su protesta constitucional, lo que ocurrió de inmediato pues “casualmente” los beneficiados estaban en el recinto legislativo.
Es conveniente aclarar que no tenemos nada en contra de la nueva magistrada y el nuevo magistrado, ambos merecen nuestro respeto y reconocimiento a su preparación académica y trayectoria.
Alejandra Hernández estudió una carrera técnica en el CETIS 43 de Xochitepec, su licenciatura en Derecho en la Universidad del Valle de Cuernavaca (quien lo diría, ya son varios funcionarios importantes egresados de ahí, después de que la apodaban La Unicuac); y su maestría y doctorado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
A diferencia de otros aspirantes, ella no inició desde abajo en el Poder Judicial. Fue meritoria en el Juzgado Sexto de lo Civil en Materia Familiar y de Sucesiones del Primer Distrito Judicial en el Estado de Morelos, pero después se fue a trabajar a la iniciativa privada en la prestigiada firma Muñoz Bacab y Abogados y en varios bancos, hasta que pudo ingresar al Tribunal Superior de Justicia en el 2012.
Su carrera judicial inició propiamente como secretaria de acuerdos menor adscrita al Juzgado Segundo Menor Civil de la Primera Demarcación Territorial del Estado y de ahí saltó a secretaria de Estudio y Cuenta, adscrita a la Tercera Sala del TSJ. Con el mismo rango estuvo desde 2012 hasta la semana pasada, que era secretaria de Estudio y Cuenta adscrita a la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, adscrita a la Ponencia 13 (magistrado Francisco Hurtado) de enero de 2023 a la fecha.
Isidoro Edie Sandoval Lome, por ejemplo, inició como oficial judicial y de ahí fue escalando puestos hasta llegar a magistrado visitador. Si hablamos de preparación académica, la gran mayoría de juezas y jueces tienen doctorado.
Luego entonces, la llegada de Alejandra no significa un reconocimiento a la carrera judicial, y mucho menos una concesión al presidente del Tribunal Superior de Justicia, quien se queda con tres votos dentro del Pleno. Y todos los demás en contra.
Dicen los que están bien enterados, que la propuesta vino del Partido Acción Nacional, específicamente de Alfredo González Sánchez, presidente del Comité Directivo Municipal del blanquiazul, e impulsada por el magistrado Francisco Hurtado Delgado.
Y si la nueva magistrada trae blusa azul, el nuevo magistrado lleva camiseta naranja casi fosforescente:
“Asesor Jurídico de la Fracción Parlamentaria de Movimiento Ciudadano, con responsabilidad en elaborar y emitir opiniones legales respecto de iniciativas, dictámenes y diversos asuntos jurídicos concernientes al desarrollo de la actividad legislativa. 1 de enero de 2016 - 15 de octubre de 2016 (…) secretario técnico de la Comisión de Reglamentos, Investigación, Prácticas y Relaciones Parlamentarias, 1º de septiembre de 2021 - 31 de julio de 2023; secretario Técnico de la Comisión de Gobernación y Gran Jurado, con responsabilidad en la elaboración de iniciativas, radicación, substanciación, estudio y elaboración de proyectos de dictamen de los procedimientos sancionadores y dictámenes ante el Congreso de Morelos. 1º de agosto de 2023 - 31 de agosto de 2023”, dice su currículum vitae.
Un dato adicional es que es hijo de Javier Horacio López Buenrostro, abogado general de la UAEM hace algunos años, y es “guayabo” de nacimiento.
Sin pretender demeritar su preparación académica, Horacio López Castro sólo tiene licenciatura. Nicolás Garduño, Elías Barud, Jaime Bermúdez, quienes también asesoran diputados, son doctores en Derecho.
Luego entonces ¿cuál fue el criterio para que Alejandra y Horacio fueran designados POR UNANIMIDAD?
Haya sido como haya sido, el hecho es que cada vez se torna más sombrío el panorama para el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Gamboa Olea, que después de tener más de 11 magistrados a su favor, hoy sólo cuenta con el apoyo y el voto incondicional de Jaime Castera, Elda Flores y Carmen Aquino, según quedó demostrado en la votación para el cambio de oficial mayor del Pleno.
Recordemos que Gamboa Olea fue designado por dos años, en mayo del 2022, pero en cuanto pudo negoció con los diputados de la Quincuagésima Quinta Legislatura para que emitieran una iniciativa de reforma a la Constitución según la cual los presidentes del TSJ durarán en el cargo forzosamente cuatro años, iniciando con él.
Hay una controversia constitucional que interpuso el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, Israel Hernández Cruz, misma que se está desahogando en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y seguramente no se resolverá antes del 17 de mayo, cuando Gamboa presentará su segundo informe de labores.
La expectativa de Jorge Gamboa Olea es quedarse hasta el 2026. En aras de la “gobernabilidad” el magistrado presidente ha tenido que entregar “la cabeza” de su oficial mayor, de su magistrado visitador, y muy seguramente de la secretaria general de Acuerdos.
Si la situación se le vuelve más adversa, la gran pregunta es ¿a quién impulsarán los nuevos magistrados para encabezar el Tribunal Superior de Justicia?
HASTA MAÑANA.