La jornada electoral del pasado domingo dos de junio nos dejó infinidad de lecciones, tanto a los políticos como a los ciudadanos, mismas que debemos tomar en cuenta para futuras decisiones. La principal —consideramos— es que no se puede ganar una elección golpeando despiadadamente a los contrarios (aunque sea con publicaciones anónimas pagadas en Facebook), porque la reacción puede ser al contrario de lo que se esperaba.
Cuando comenzó aquella campaña en espectaculares haciendo notar las diferencias físicas entre las dos principales candidatas, advertimos en este mismo espacio que habría gente que lo tomaría a mal, y que se pondría del lado de la señora a la que le buscaron su peor foto para exhibirla junto a otra con exagerado Photoshop.
Quien haya tenido la idea de “hacer pedazos” a Margarita González Saravia en redes sociales, utilizando incluso la inteligencia artificial para crear conversaciones con “el gato” y con la candidata Jessica Ortega, anoche mismo debió haber hecho maletas.
Fue algo tan estúpido como azuzar a la gente a “chingar margaritas”, palabras textuales del senador Ángel García Yáñez en uno de los últimos eventos masivos de la campaña. Lo peor del caso es que García Yáñez sí se quedará como senador de primera minoría por otros seis años, y la que abanderó la coalición se quedará “chiflando en la loma”.
Tal como se lo advertimos a Lucy Meza, al renunciar a Morena y aliarse con todos los partidos que habían sido sus enemigos, se estaba jugando todas sus cartas a una sola apuesta. “Efectivamente, si no gano la elección no tengo ningún premio de consolación”, me dijo en aquella ocasión. Ni modo que le den chamba en Cuautla, Cuernavaca o Yecapixtla, que son algunos de los municipios que ganó la coalición Dignidad y Seguridad por Morelos, Vamos Todos.
También le advertimos que no debería permitir que se subieran al proyecto personajes de dudosa reputación. Uno de ellos perdió estrepitosamente en las urnas y para colmo está en la cárcel. El otro, gastó como nunca, y perdió como siempre.
Quizás Lucy Meza pensó en decirles a todos que sí, y después deshacerse de ellos, pero no le alcanzaron los votos para ganar la Gubernatura, y desgraciadamente ahora va a ver cómo, todos esos que se acercaron para tomarse la foto con ella como candidata, hoy poco a poco se van a ir alejando, varios de ellas y ellos a ocupar cargos que ganaron por su imagen. Terrazas y Jonathan, los más claros ejemplos.
Algo que aprendimos el pasado domingo fue que la gente sí sabe aplicar el voto diferenciado, y que sí sabe quién es quién. Sólo así podemos entender que Israel Piña haya arrasado en Temixco, pero que su candidato a diputado por ese distrito, el priísta Jorge Meade González, haya sido derrotado por la morenista Jazmín Solano.
Un caso similar lo tenemos en Jiutepec, donde todo parece indicar que Rafael Reyes se levantará con el triunfo por ese distrito, y su compañero de partido, David Ortíz, fue superado por el candidato de la Coalición PAN, PRI, PRD y RSP, Eder Rodríguez Casillas, en la presidencia municipal de esa localidad.
En Cuautla, gana la diputada local y pierde estrepitosamente el actual presidente municipal, Rodrigo Arredondo, ambos de Morena. Y así por el estilo.
La sorpresa que nos llevamos todos fue en Tepoztlán, donde las apuestas se dividían entre José Luis Meza Rodríguez, el candidato de Morena, y el candidato de Movimiento Ciudadano, Andrés Robles, al que incluso intentaron sacar de la jugada con una denuncia ante las instancias electorales.
Y la noche del domingo, cuando consultamos el PREP, seguramente todos exclamamos: ¿Quién chingados es Perseo Quiroz? Hasta el momento de redactar esta columna, el doctor en Derecho y ex director de Amnistía Internacional (hoy lo sabemos porque ya lo googleamos) se mantiene arriba en el conteo de votos.
En una columna anterior expusimos algunos casos de líderes sociales que trabajaron durante años en busca de una candidatura pensando en que serían designados por el partido de moda que es Morena. Sin embargo, a la mera hora esos líderes fueron hechos a un lado y en su lugar fueron designados los recomendados de la dirigencia.
Expusimos tres casos: Tlaltizapán, Zacatepec y Emiliano Zapata. En el primer caso, Nancy Gómez se perfilaba como la candidata de Morena, pero al final se impuso la recomendación de “Los Agustines” y le dieron la candidatura a Gabriel Moreno Bruno. En Zacatepec, la gente decía que el indicado para la candidatura de Morena era el actual alcalde, José Luis Maya; pero alguien operó para que designaran candidata a Keyla Figueroa. En Emiliano Zapata, Santos Tavarez se perfilaba como el candidato del partido de moda, pero Matías Nazario insistió en que la coalición apoyara a Fernando Aguilar Palma, bajo las siglas del MAS.
Hoy, al momento de redactar la presente columna, Nancy Gómez aventaja en Tlaltizapán bajo las siglas del partido Verde; en Zacatepec José Luis Maya lleva 1,367 votos contra 1,080 de Keyla; y en Emiliano Zapata van “parejeando” Santos Tavarez, Fernando Aguilar y Sergio Esquivel. Dijera Juan Gabriel: ¿Pero qué necesidad?
Algo que quedó demostrado en la jornada electoral del domingo, es que la gente sí percibe cuando un Ayuntamiento trabaja y paga impuestos cuando confía en sus autoridades. El domingo, cuando la gente se trasladaba a sus casillas a votar, observaban que en algunas calles había zanjas y máquinas paradas, pero alguien tuvo la buena idea de poner una lona diciendo: “Estamos reconstruyendo la ciudad, y viene lo mejor”.
Las estadísticas demuestran que más gente comenzó a pagar su predial cuando entró José Luis Urióstegui a la administración municipal. Y quizás se tardó un año completo, pero al siguiente comenzó a realizar obras de pavimentación, cambio de red hidráulica, bacheo y embellecimiento de áreas verdes. Cambió todas las luminarias, y no se endeudó, al contrario: pagó lo que le habían heredado sus antecesores.
Ciertamente seguimos sufriendo la falta de agua, y las bandas de narcotraficantes se andan matando todos los días entre ellos, pero eso es en todo el estado, y el país.
A Alejandra Flores la designaron muy tarde. Tuvo que armar una campaña sobre la marcha, y lo único que le quedaba era criticar esto último de la actual administración. Sin embargo, le afectó mucho la figura del último presidente municipal, el tristemente célebre “Lobito”, quien hoy anda como si nada en su motoneta pero todo mundo sabe que las motocicletas de lujo las tiene guardadas en su casa o las tuvo que vender para pagar a los abogados que lo sacaron de la cárcel.
Ayer hubo celebración en el zócalo convocada por Margarita González Saravia para festejar su triunfo como candidata a la Gubernatura. Atinadamente Alejandra Flores no acudió, pues habría hecho el mismo ridículo que Urióstegui hizo aquel 2012, cuando acompañó a Graco Ramírez a celebrar cuando su triunfo no estaba asegurado. Esa foto (y la otra donde sale riendo a carcajadas junto a Antonio Villalobos), le ha costado mucho en su carrera política.
HASTA MAÑANA.