Ya hemos dicho en varias ocasiones que el comisionado Estatal de Seguridad del Estado de Morelos, Antonio Ortiz Guarneros, es un buen hombre, proveniente de una de las instituciones de mayor prestigio en este país: la Marina Armada de México. Pero además es un funcionario que carece de malicia, incluso a la hora de contestar a las preguntas de los reporteros.
No en pocas ocasiones su ingenuidad o franqueza ha dejado mal parada a la CES, como cuando dijo que las mujeres son asesinadas porque “algunas de ellas sí tenían actividades no muy propias de una dama”. Luego tuvo que ofrecer una disculpa pública.
Más recientemente recomendó a los usuarios de la autopista México-Cuernavaca no detenerse para no ser asaltados en el poblado de Tres Marías, lo que ocasionó las críticas de los medios de comunicación incluso nacionales.
Luego, en su afán por evitar que se dijera que en Morelos hay “secuestros exprés”, balconeó a un obispo al declarar que el prelado había entrado a un motel “acompañado de una persona del mismo sexo”.
Anteayer lo volvió a hacer. Fue entrevistado al terminar la Mesa para la Construcción de la Paz en la zona militar, sobre su posible sustituto como responsable de la seguridad pública en Morelos.
“Yo tengo a mi gallo, pero ya lo platicaré con la gobernadora electa. Por supuesto que creo que habría continuidad con él, pero la decisión es de la señora gobernadora”, declaró Ortiz Guarneros.
Un reportero preguntó si ese candidato actualmente trabajaba con él a lo que respondió que sí, por lo que enseguida se le cuestionó si se trataba de su asesor, el capitán Mario Isaac Vargas Santomé, a lo que se limitó a responder “por ahí” mientras sonreía divertido.
Sin embargo, cómo ha venido ocurriendo en este periodo previo a la entrada de la nueva administración, ser mencionado como posible integrante del nuevo gabinete puede resultar contraproducente. Así le ha pasado a varios que en su momento fueron mencionados como posibles “ratificables”.
En este caso, más le hubiera valido a Santomé que su jefe no lo mencionara, pues los reporteros inmediatamente se lo preguntaron a la gobernadora electa.
Tras un evento de Caminos y Puentes Federales, Margarita González Saravia, fue cuestionada si se espera que alguien del equipo de Ortiz Guarneros quede al frente de la Comisión Estatal de Seguridad, como él mismo lo ha hecho público.
—¿Una persona de la Comisión quedará al frente de su gobierno en materia de seguridad? —cuestionó Justino Miranda.
—No sé a qué se refería (el almirante Guarneros)—contestó desconcertada Margarita González.
—Que alguien de su equipo quedaría al frente— insistió el reportero.
—Al frente no—respondió la gobernadora electa, cortando de tajo las aspiraciones del capitán Santomé, considerado “el cerebro” del comisionado estatal.
“Nosotros traemos una propuesta para la Secretaría de Seguridad Pública, no quiere decir que no tomemos en cuenta perfiles valiosos que existan en cada una de las secretarías, pero nos tenemos que hacer cargo de nuestra propia dirección y de cada una de ellas”, explicó.
En cuanto a la seguridad dijo que espera que los 36 municipios que integran el estado acepten participar en el Mando Coordinado y que este miércoles tenía planeado visitar a los alcaldes que le faltaban para hacerles saber que se trabajará en colaboración.
El delito que ha registrado un mayor aumento son los feminicidios, con 81.25 por ciento, entre el primer semestre del 2019, primer año del gobierno de Blanco Bravo, en comparación con el mismo periodo de este año, ya que los casos pasaron de 16 a 29.
Otro delito que ha mostrado ir al alza es la extorsión debido a que las carpetas de investigación pasaron de 92 durante los primeros seis meses del 2019 a 165 en el mismo periodo de este año, lo que implica un crecimiento en la incidencia delictiva de 79.3 por ciento.
Los homicidios se incrementaron 62.4 por ciento en los periodos estudiado, ya que los casos pasaron de 461 a 749. El delito de abuso sexual creció un 18.4 por ciento, puesto que las carpetas de investigación pasaron de 255 a 302 entre un año y otro.
Por otra parte, ya declaró Margarita González Saravia que la estrategia de seguridad será la que establezca el gobierno federal a través de Omar García Harfuch, lo que permite suponer que la designación del titular de la CES (o como se llame ahora) vendrá directamente del centro del país, como ocurrió hace seis años con el vicealmirante Guarneros, a quien nadie conocía pero llegó recomendado por el secretario de la Marina.
El gobierno federal nunca pudo recriminarle al estatal su estrategia de seguridad si sólo se estaban alineando a lo que decía López Obrador, y el jefe de seguridad fue designio de él.
¿Qué pasará ahora? Lo más seguro es que en su informe que le proporcionará a la futura gobernadora, el almirante en retiro la pondrá al tanto del contenido de una denuncia que él interpuso ante la Fiscalía General de la República en el 2019, en la que daba cuenta de los nexos entre diputadas y diputados de la anterior legislatura, así como alcaldes y un senador con líderes de la delincuencia organizada.
Suponemos que a esa denuncia se debió la detención de una mujer que se hacía pasar por colaboradora de las autoridades, y que extorsionaba lo mismo a alcaldes que a narquillos de poca monta.
Tratará de convencerla de que mantenga en el cargo a Vargas Santomé, quien tiene información privilegiada de mucha gente importante en Morelos (algunos del equipo de Margarita), y que eventualmente haría llegar a sus jefes de la Secretaría de Marina.
Y le ofrecerá quitar de en medio al enemigo público número uno de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para que ella pueda poner al fiscal que quiera. Es una tentadora oferta.
HASTA MAÑANA.