Hace casi seis años, el recién electo gobernador Cuauhtémoc Blanco daba a conocer su gabinete para el periodo 2018-2024, en el que resaltaban dos nombres: José Manuel Sanz Rivera, como jefe de la Oficina de la Gubernatura; y Pablo Héctor Ojeda Cárdenas como secretario de Gobierno. Jurídicamente el segundo tenía mayores facultades (sustituir al gobernador en sus ausencias, por ejemplo), pero en los hechos el primero era el más cercano, pues lo conocía desde sus inicios como futbolista.
Quienes trabajaron en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco durante los primeros años recuerdan que aquello era un verdadero suplicio, pues ambos personajes se disputaban el ser considerado “brazo derecho” del mandatario, y cualquier fuga de información era considerada una traición que ameritaba despido.
El nombramiento de Sanz no sorprendió a nadie. De hecho, esa figura creada por el anterior gobernador Graco Ramírez, le quedó “como anillo al dedo”, pues en el Ayuntamiento de Cuernavaca tuvo ese mismo cargo pero allá sí se lo inventaron los Yáñez (y lo conservó Antonio Villalobos) pues no existía en el organigrama ningún puesto que le hiciera competencia a la Secretaría de Gobierno. Hoy ya no existe.
El que sí resultó toda una sorpresa fue el anuncio del secretario de Gobierno, pues hasta ese momento nadie sabía quién era Pablo Ojeda. Ya después supimos que es hijo del connotado político priísta Pedro Ojeda Paullada, y que encabezó el equipo jurídico que defendió a Cuauhtémoc en diferentes procesos legales que requerían tener un representante en la ciudad de México.
De él se tuvo la sospecha de que formó parte de la red de corrupción y enriquecimiento ilícito del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, a través de los principales prestanombres de Duarte: Moisés Mansur Cysneiros y Juan José Janeiro Rodríguez. El secretario de gobierno siempre lo negó y, aunque el periódico Sol de México le publicó un amplio reportaje con todos los datos, nunca le hicieron nada.
Cansado de tantos dimes y diretes entre Sanz y Ojeda, el gobernador Cuauhtémoc Blanco decidió correrlos a los dos, por lo que el 4 de mayo de 2022 nombró a Mónica Boggio y Samuel Sotelo, como jefa de la Oficina de la Gubernatura y secretario de Gobierno, respectivamente.
Sirve lo anterior como antecedente para informar que, ayer miércoles, la gobernadora electa de Morelos, Margarita González Saravia, presentó a los últimos integrantes de su gabinete, entre ellos Juan Salgado Brito, titular de la Secretaría de Gobierno y Javier García Chávez, que estará al frente de la Oficina de la Gubernatura.
Lo primero que uno se pregunta es ¿por qué si están haciendo una supuesta reingeniería del organigrama de gobierno decidieron mantener una oficina que en la práctica ha dado más problemas que beneficios?
Desde ayer se notó ya la rivalidad política que va a existir entre Javier García Chávez y Juan Salgado Brito, cuando el primero prácticamente preparó el escenario para que hubiera un “estallido de aplausos y vivas” al momento que se anunciara su designación en el Museo Universitario de Arte Indígena.
Ya en alguna ocasión hablamos de la mala fama que precede al oriundo del Distrito Federal, sobre todo durante los gobiernos perredistas de Leonel Godoy en Michoacán y Graco Ramírez en Morelos, así como su oportuno (u oportunista) cambio de partido cuando el barco del PRD se comenzaba a hundir. “Si Margarita gana le hará creer que fue por él, pero si pierde buscará cualquier justificación para evadir su responsabilidad, porque esa es su naturaleza del Gato”, escribimos antes de las elecciones de junio en este mismo espacio.
Javier y Juan son diametralmente opuestos incluso en su personalidad. Javier es imponente físicamente, con sus ojos de felino, pero paranoico y torpe al hablar en público. Juan es amigable, conciliador, de baja estatura física pero alto nivel intelectual y campeón de oratoria desde adolescente. Uno proviene del PRD, el otro del PRI.
La pregunta que surge es ¿por qué ponerlos a competir?
En la presentación de ayer (la última de la serie), también se dio a conocer que Mario Caballero Luna será el coordinador de asesores mientras que Edgar Maldonado Ceballos se encargará de la Consejería Jurídica. Mario Caballero es una de las personas más cercanas a Margarita González Saravia, de quien incluso fue su jefe cuando encabezaba el Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y luego ocupó el cargo de coordinador de asesores de la Lotería Nacional.
De Edgar Maldonado escribimos el pasado 13 de junio en Estrategias:
“Lo mismo el abogado Edgar Maldonado, a quien Margarita conoció en el Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), y de ahí se lo llevó a la Secretaría de Turismo y Cultura del Gobierno Estatal, luego a la Lotería Nacional y en la campaña se encargó de todos los asuntos legales. Es el futuro consejero jurídico del gobierno estatal”.
El otro abogado que se ha ganado la confianza de la gobernadora se llama Gilberto González Pacheco, un joven cuernavacense con orígenes panistas (fue síndico municipal con Adrián Rivera Pérez y subsecretario con Marco Antonio Adame Jiménez), al que la gobernadora electa le ha encargado diferentes misiones muy delicadas y al parecer ha sabido responder a esa confianza. Aún no se sabe dónde estará, pero seguramente muy cerca de la mandataria.
Ayer también se hizo el anuncio del nombramiento del que será el responsable de la Seguridad Pública en Morelos, y que resultó ser Miguel Ángel Urrutia Lozano (ya lo habíamos pronosticado en esta columna). Cuando le preguntaron a Margarita González Saravia de dónde lo había sacado, dijo que era propuesta suya y que contaba con el aval del futuro secretario de Seguridad Pública Federal, Omar García Harfuch, así como de los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional, y Secretaría de Marina.
En realidad es al revés. Es una propuesta de Omar García Harfuch que no objetó la SEMAR y tampoco la SEDENA, y que Margarita aceptó porque Harfuch cuenta con toda la confianza de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
La llegada del policía civil Miguel Ángel Urrutia Lozano al estado de Morelos en lugar del almirante Antonio Ortiz Guarneros amerita un análisis muy amplio, pero ya se nos acabó el espacio.
HASTA MAÑANA.