Quizás muy pocas personas hayan notado que en el Currículum Vitae del actual presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Jorge Gamboa Olea, hay un dato que pareciera irrelevante: Maestría en Política Criminal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y Maestría en Derecho Penal y Criminalística. Es decir que —para bien o para mal— tenemos a un policía como titular del Poder Judicial del Estado.
Conocemos a Luis Jorge desde que era auxiliar de Guadalupe Arredondo en la entonces Procuraduría de Justicia del Estado, y hemos seguido su trayectoria al igual que el de la mayoría de magistrad@s no solo del TSJ, sino también del TJA y el de Justicia para Adolescentes.
Tanto a él como a Adriana Pineda los vimos escalar puestos en la Procuraduría de Justicia (hoy Fiscalía General), y después saltar al Poder Judicial donde hoy ambos están en una posición privilegiada, pero con “la espinita” de regresar a la institución que los vio nacer como profesionales del Derecho.
De igual manera, tanto Adriana como Jorge, han tenido que sortear los vaivenes de la política para lograr sus objetivos: Gamboa no pudo convencer a Graco de que lo ayudara a ser presidente del TSJ; Adriana no tiene el aval de Margarita González Saravia para buscar la Fiscalía.
Sin embargo, si algo se le puede admirar a Gamboa es su capacidad para ganarse al jefe del Ejecutivo en turno. Ya describimos en este mismo espacio cómo se ganó la amistad del entonces gobernador Cuauhtémoc Blanco: con un partido de futbol.
El 25 de marzo del 2023 organizó un partido de futbol entre las leyendas del América y el equipo de la Comisión Nacional de Tribunales de la República Mexicana (Conatrib), encabezada por el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, (firme aspirante a presidir la nueva SCJN). Una carne asada y unas cervezas en el estado Centenario sellaron su alianza política que derivaría en órdenes de aprehensión contra funcionarios “graquistas” y Antonio Villalobos, a quién Cuauhtémoc le traía coraje.
Obviamente que su relación con el futbolista trajo como consecuencia que lo consideraran “cuauhtemista”, pero para equilibrar la situación rompió relaciones con un viejo amigo: Uriel Carmona.
Con la anterior legislatura Jorge Gamboa basó su estrategia en los Saucedo, padre e hijo, integrando a Iván en su equipo de trabajo, mientras que Víctor cabildeaba con los diputados temas como el presupuesto y la extensión del mandato como presidente. Terminada su tarea, corrió a Iván.
El tema de la presidencia descompuso la conformación política del Pleno del TSJ, pues Francisco Hurtado (cuñado de Rabín Salazar y ex coordinador de asesores de Uriel Carmona) se sintió traicionado porque supuestamente habían acordado con Gamboa que sólo estaría dos años en la presidencia y después le ayudaría a que él llegara.
Pero la principal traición fue no haberle avisado a Uriel que la Fiscalía de la Ciudad de México estaba solicitando una orden de cateo para detenerlo. En respuesta, un grupo de magistrados intentaron destituirlo en la primera sesión de agosto del 2023, pero logró impedirlo saliéndose del Salón de Plenos junto con su grupo de magistrados incondicionales.
La llegada de nuevos magistrados lo puso “contra las cuerdas” en el ring de la política. Su segundo informe de labores, el 17 de mayo del 2024, tuvo que darlo con un salón de Plenos lleno de empleados del TSJ y funcionarios del Poder Ejecutivo, pues 18 de los magistrados decidieron hacerle vacío.
La llegada de Margarita González Saravia como gobernadora significaba un nuevo reto para su permanencia en el cargo. Como gobernadora electa se reunió con tres grupos de magistrados, y ya después de asumir el cargo sostuvo una reunión en casa de Gobierno el 26 de octubre en la que los magistrados “disidentes” insistieron en que Gamboa era un presidente “espurio”.
La gobernadora dijo que no se metería en asuntos que sólo competen al Poder Judicial, y pidió que llamaran al secretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Urrutia, para encontrar alguna forma de coordinación entre esa dependencia y el TSJ para evitar que delincuentes burlaran la ley y obtuvieran su libertad.
De inmediato, Gamboa y Urrutia acordaron un curso para enseñarlos a policías a llenar el Informe Policial Homologado y los casos de flagrancia. Intercambiaron números y desde entonces se comunican prácticamente todos los días.
La nueva relación del Tribunal Superior de Justicia (al menos con su presidente y 8 magistrados) y el Poder Ejecutivo, quedó de manifiesto con la visita que hizo la gobernadora a las instalaciones del Poder Judicial y la inauguración de tribunales en Jiutepec.
Pero las habilidades del criminólogo Gamboa apenas estaban por comenzar.
El 27 de noviembre, elementos de la Policía adscritos a la Fiscalía Anticorrupción detuvieron a Sarahí Villalobos, quien ocupó la titularidad del Juzgado Tercero Civil del Cuarto Distrito Judicial durante algunos meses. En ese periodo, presuntamente la jueza simuló un acto judicial mediante el cual adjudicó unos terrenos a una persona moral y después escondió el expediente en su casa, el cual fue encontrado por los policías mediante un cateo.
“…también fueron encontrados diversos documentos que están siendo analizados pericialmente y que podrían revelar la participación de otros servidores públicos en estos y otros hechos delictivos”, termina diciendo un inusual comunicado de prensa emitido por el TSJ.
El pasado viernes, trascendió la detención de sujetos armados que “merodeaban” el Penal de Atlacholoaya y las instalaciones judiciales que se encuentran contiguas. El sábado, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana emitió un comunicado dando a conocer la detención de cuatro personas en posesión de armas.
“La tarde del pasado viernes 06 de diciembre, la Primera Sala radicada en Cuautla sin audiencia dictó libertad absolutoria respecto al auto de libertad dictado en resolución de la apelación contra de la sentencia condenatoria dentro del Juicio Oral JOC/045/2023, relacionado con dos personas identificadas como Rogelio Ángel “N”, de 28 años alias “El Diablo” y Francisco Yahir “N”, de 38 años, quienes se encontraban privadas de su libertad por estar cumpliendo una condena desde el 24 de Septiembre de 2022 por la comisión de un triple homicidio calificado”, dice el comunicado.
Agrega que “los integrantes de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad solicitarán se inicie una investigación exhaustiva a las autoridades judiciales para verificar si la libertad otorgada a las personas antes mencionadas fue conforme a derecho y deslindar responsabilidades, pues de acuerdo a las pruebas desahogadas ante el Tribunal de Enjuiciamiento se acreditó más allá de toda duda razonable el hecho delictivo y la participación, sorprendiendo el dictado de la sentencia por la Primera Sala de Cuautla fuera de Audiencia sin citar a las partes en juicio”.
Un dato que puede ser relevante: la jueza detenida es muy cercana a la magistrada María Luisa Sánchez Osorio (esposa del fiscal Uriel Carmona); y los magistrados que dejaron libres a Rogelio y Francisco, son parte del grupo que no está de acuerdo con la permanencia de Jorge Gamboa en la titularidad del TSJ.
HASTA MAÑANA.