Hasta antes de leer el Acuerdo IMPEPAC/CEE/711/2024 publicado en el periódico oficial “Tierra y Libertad” del pasado 6 de diciembre, suponíamos -como seguramente muchas personas-, que el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, había favorecido al Partido de la Revolución Democrática (PRD) por la relación de su presidenta, Mireya Gally, con el instituto político que llevó a la Gubernatura al tristemente célebre Graco Ramírez Garrido Abreu.
Sin embargo, después de “chutarnos” las 215 páginas del periódico oficial que sustentan dicha resolución, nos queda claro que no hubo ninguna amigable concesión, y que los abogados tanto del PRD como del IMPEPAC trabajaron a marchas forzadas para sacar ese expediente que permite que un partido que estaba prácticamente muerto “resucitó” para seguir en el escenario electoral.
En esa resolución que está disponible para todo público, se muestra la ruta jurídica que siguieron los perredistas para obtener una resolución que -por cierto- ningún partido político impugnó dentro del plazo legal. ¿Y quién habría de hacerlo? si los morenistas andan como locos tratando de cumplir las encomiendas que les dejó AMLO antes de dejar la presidencia. Panistas y priístas, acérrimos enemigos del Partido del Sol Azteca, hoy son sus aliados.
El documento comienza explicando que mediante Acuerdo de la entonces Comisión Federal Electoral de fecha veintinueve de julio de 1987, se otorgó el registro como Partido Político Nacional a la Organización denominada Partido Mexicano Socialista. Sin embargo, con fecha veintiséis de mayo de mil novecientos ochenta y nueve, la entonces Comisión Federal Electoral aprobó el cambio de denominación del referido instituto político a “Partido de la Revolución Democrática”.
Hace toda una cronología del proceso electoral del pasado 2 de junio, hasta llegar al punto de los resultados, estableciendo que, si bien la candidata de Morena obtuvo el triunfo para la Gubernatura con 325 mil 263 votos, el segundo lugar correspondió al Partido Acción Nacional con 171 mil 854 sufragios, el tercero a Movimiento Ciudadano con 134 mil 870, seguido del Partido Revolucionario Institucional con 69 mil 727, el PT con 51 mil 404, el Verde con 47 mil 439, y el Partido de la Revolución Democrática obtuvo (con Lucía Meza Guzmán como candidata), un total de 31mil 662 sufragios, lo que representa el 3.42 por ciento de la votación total.
También menciona que el partido del Sol Azteca no tuvo derecho a un representante en el Congreso Local porque sólo obtuvo el 2.77 por ciento de la votación total para diputados, siendo que el mínimo es de 3 por ciento. A nivel nacional, el instituto político no alcanzó ni siquiera el mínimo de votación para seguir subsistiendo, por lo que se declaró su desaparición.
Hay que recordar que el PRD también había perdido su registro a nivel local desde las elecciones del 2021, por lo que se inició el proceso de liquidación del partido, pero pudo participar en el 2024 con la representación del PRD nacional y porque la normatividad así lo permite.
A algún perredista “se le prendió el foco” y presentaron un escrito al Impepac solicitando su registro como partido político local, con fundamento en lo establecido por el artículo 95 de la Ley General de los Partidos Políticos que a la letra dice:
“Si un partido político nacional pierde su registro por no haber alcanzado el porcentaje mínimo de votación en el último proceso electoral ordinario federal, podrá optar por el registro como partido político local en la o las entidades federativas en cuya elección inmediata anterior hubiere obtenido por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida y hubiere postulado candidatos propios en al menos la mitad de los municipios y distritos, condición con la cual se le tendrá por cumplido y acreditado el requisito del número mínimo de militantes con que debe contar, establecido en el artículo 10, párrafo 2, inciso c), de esta Ley”.
El escrito solicitaba que el partido conservara el nombre del extinto partido político nacional, pero siempre seguido del nombre de la entidad federativa que corresponda, es decir, Partido de la Revolución Democrática Morelos.
“…lo establecido en el Lineamiento 9, no puede ser interpretado de manera aislada y restrictiva del derecho fundamental de asociación política. Al contrario, debe interpretarse de manera conjunta, armónica y sistemática, a fin de privilegiar ese derecho; de no hacerlo así, se configuraría una restricción desproporcionada del mismo. Ya que, además, debe tomarse en consideración que no existe disposición legal que obligue a los partidos políticos a postular una cantidad mínima al formar una coalición o candidatura común”, dice el documento que firmaron Sergio Prado Alemán, Matías Quiroz, Ricardo Calvo, Maricela Carrillo, Abraham Rivera, Paloma Suárez y Laura Serrano, en su calidad de integrantes de la Comisión Ejecutiva del otrora PRD.
Pero había un obstáculo: ante el INE, aparecían como integrantes de la Dirección Ejecutivo Estatal las ciudadanas Gabriel Ramírez Bautista, Reyna Mayreth Arenas Rangel, Wendi Heréndira Cervantes Chávez y los ciudadanos Juan Escutia Bahena, Eder Eduardo Rodríguez Casillas y Omar Loza Montiel.
Todos ellos, a decir de los solicitantes del registro local, “solicitaron su renuncia a los cargos y al padrón de personas afiliadas al Partido Político denominado de la Revolución Democrática”.
Por lo anterior, el pasado 11 de noviembre, el Consejo Estatal del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, aprobó por unanimidad el proyecto elaborado por el secretario ejecutivo, Manzur González Cianci Pérez, en el que se declara procedente la solicitud de “REGISTRO COMO PARTIDO POLÍTICO LOCAL” del “PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA MORELOS”, al haber alcanzado al menos tres por ciento de la votación válida emitida en las Elecciones ordinarias de Gubernatura y asimismo se acredita que postulo candidaturas en 33 de los municipios que participaron en el Proceso Local y 12 en los distritos con los que cuenta el Estado de Morelos.
Hay que reconocerle a los impulsores de este nuevo partido político (Sergio Prado y Matías Quiroz, principalmente) su tenacidad para hacer valer los argumentos jurídicos arriba mencionados, y el trabajo para elaborar en tiempo récord sus estatutos y declaración de principios, así como la realización de sus asambleas de militantes.
Ahora, el reto es comenzar desde abajo (literalmente desde cero porque actualmente no reciben prerrogativas), y convertirse en un partido político competitivo y no un negocio de familias o grupos. La historia del PRD es increíble: de gobernar un estado a perder el registro en apenas 12 años. Es un caso digno de análisis político, sociológico y de comunicación.
Estaremos atentos a esta nueva etapa del Partido de la Revolución Democrática.
HASTA MAÑANA.