Lo único que nos faltaba a los morelenses: El Poder Judicial cuenta actualmente con dos presidentes del Tribunal Superior de Justicia. Uno de ellos es Jorge Gamboa Olea, y el otro Juan Gabriel Vargas Téllez; ambos dicen ser los auténticos y legítimos, y cuentan con el apoyo de la mitad de los integrantes del Pleno de esa institución.
Después de varios intentos, ayer por fin se llevó a cabo el Pleno del TSJ convocado por su presidente, Jorge Gamboa Olea, y todo inició con normalidad, tratando asuntos de rutina y transmitiendo en Facebook Live. Sin embargo, a los cinco minutos de iniciada la sesión, el magistrado Juan Gabriel Vargas solicitó que se verificara si había quorum legal, lo que realizó la Oficial Mayor indicando que estaban presentes 15 magistradas y magistrados, por lo que se cumplía con ese requisito para sesionar.
Acto seguido, solicitó la modificación del orden del día a fin de que abordara la propuesta de destituir a los dos integrantes de la Junta de Administración, Vigilancia y Disciplina, Arturo Loza, y Elvia Terán por incumplir con sus responsabilidades de informar a sus representados, los magistrados y los jueces, respectivamente.
Luego pidió el uso de la palabra la magistrada María Luisa Sánchez Osorio, esposa del exfiscal Uriel Carmona Gándara, quien acusó a Gamboa de ser misógino y de estar condicionando el pago del aguinaldo a cambio de que se desistiera de un amparo. La secundó el magistrado Francisco Hurtado Delgado, agregando que ya se había dado cuenta de que las magistradas Alejandra Hernández y Anahí Bahena, incondicionales del presidente, habían abandonado el salón para romper el quorum.
Juan Emilio Elizalde siguió con los reclamos al presidente, a quien reiteró que no reconoce como su presidente toda vez que su periodo de tres años ya terminó y nadie lo eligió para que se mantuviera en el cargo por más tiempo. En ese momento se cortó la transmisión de Facebook Live.
Minutos más tarde regresó cuando estaba haciendo uso de la palabra la magistrada Bertha Rendón Montealegre, cuya intervención no se entendió por problemas con el audio.
Fue entonces cuando Jorge Gamboa pidió nuevamente que se verificara si había quorum legal. “Cuando se inició la sesión había quince magistrados presentes, pero ahorita sólo hay 13”, confirmó la secretaria general.
Gamboa Olea pronunció un discurso en el que rechazó los señalamientos de sus compañeros, principalmente de la magistrada Sánchez Osorio, diciendo que no es misógino, y reclamando al magistrado Hurtado el haber dicho que las magistradas que habían abandonado la sesión eran “esquirlas” (quiso decir esbirras), pues “ellas son mujeres que tienen más carrera judicial que usted”.
Se despidió diciendo que “la reforma judicial cada día encuentra más sustento y más justificación de que nos vayamos todos por no servir al estado de Morelos y a la justicia, por atender intereses personales por encima de los institucionales”. Se levantó y abandonó el salón.
Ya sin él, los magistrados que quedaron exigieron continuar con la sesión haciendo valer el quorum original en virtud de que los ausentes no habían justificado su retiro. De pronto, la secretaria general de acuerdos, fingiendo un ataque de tos, también abandonó el salón. Ya en una ocasión Gamboa se había salvado de la destitución por la falta de esa funcionaria, por lo que inmediatamente nombraron a otra en su lugar. El magistrado decano, Manuel Díaz Carvajal, tomó el lugar de Gamboa y se dio la votación en la que fue electo presidente el magistrado Juan Gabriel Vargas Téllez.
Cabe mencionar que, en su intento por evitar el “golpe de estado”, Gamboa recurrió a todos los recursos que tuvo a su alcance: hizo sonar la alarma -como si hubiera un sismo o una amenaza de bomba-; Protección Civil del Estado ordenó el desalojo de las instalaciones; y por último les bajaron el swicht de la energía eléctrica. Pero los magistrados estaban decididos a continuar lo que habían iniciado, así que, Vargas Téllez tuvo que leer su declaratoria de toma de protesta con la ayuda de la lámpara de un celular.
Cuando ya se había consumado el acto, hizo su aparición el histriónico vicefiscal Anticorrupción, Edgar Núñez Urquiza, quien -fiel a su costumbre- llegó acompañado de policías con armas largas, intimidando a los empleados de los magistrados.
“Recibimos una llamada del presidente del Tribunal denunciando un delito de Coalición de Servidores Públicos y acudimos para tomar medidas precautorias”, se justificó ante los reporteros y el propio magistrado Juan Gabriel Vargas. Procedieron a sellar el salón de plenos y las oficinas de presidencia, sin saber que el acto ya había sido consumado.
Más tarde, Jorge Gamboa Olea y ocho magistrados (su boletín menciona que diez) ofrecieron una conferencia de prensa en la que señalaron que la acción de sus compañeros violó el artículo 35, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Morelos, que establece que el Magistrado Presidente debe presidir las sesiones y que estas solo son válidas con quórum legal.
“Dado que no se cumplió con estos requisitos, la supuesta destitución del Magistrado Presidente es inválida y quienes participaron en ella incurrieron en actos que puedan ser constitutivos de un delito”, dice el comunicado.
Recordó que el 21 de agosto de 2023, la Juez Segundo de Distrito en Morelos concedió una suspensión definitiva en la que ordenó que no se llevara a cabo la votación para designar o elegir un nuevo Magistrado Presidente. “Podrán argumentar que se trata de un acto nuevo, pero no lo es. El resultado es el mismo: la destitución ilegal del Presidente del TSJ”, señaló Gamboa Olea.
Lo cierto es que, lo primero que hicieron los magistrados disidentes, fue enviar sendos oficios al Poder Ejecutivo y al Legislativo, informando que hay nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia y que su nombre es Juan Gabriel Vargas Téllez, para los efectos legales a que haya lugar.
Por eso decimos que hoy Morelos amanece con dos titulares del Poder Judicial. Pero esto apenas comienza.
HASTA MAÑANA.