México ha construido una sociedad tan grande que es ejemplo de muchas cosas a nivel internacional, sobre todo por la enorme influencia de nuestra cultura, manifestada a través de escritores, películas, pintores y demás artistas, pero también por brillantes científicos y a través de los miles de extranjeros que han venido a educarse a nuestras aulas o aquellos que decidieron residir en esta tierra.
Y esa influencia viene de siglos: simplemente el mismo día que nosotros celebramos el bicentenario lo hicieron los países que hoy forman Centroamérica y que en esa fecha formaban parte de nuestra república.
Hace dos siglos, México fue imán para varios de quienes en sus países encabezarían la lucha por la independencia del reino español y así puedo mencionar muchos casos sobre la influencia que ejercemos sobre el mundo y que -hay que decirlo- no hemos sabido aprovechar.
Esta gran nación (enorme en territorio, pero también en población y en riquezas naturales) es nuestro patrimonio y como tal debemos cuidarla. Sobre todo, debemos hacer lo posible por dejarla a nuestros herederos mejor de la que la hemos recibido.
No es fácil, por si lo lográramos hablamos de que viviríamos en progreso constante, lo que no es una meta irrealizable, sino cercana siempre y cuando todos trabajemos en la misma dirección.
Por lo pronto, hagamos nuestro mejor esfuerzo todos los días y seamos productivos, en la casa, en la escuela, en el trabajo, en todos nuestros ámbitos, porque ese sería el mejor homenaje a nuestro país.