Los mexicanos venimos de una tradición de siglos de trabajo en equipo, de labores grupales enfocadas al bienestar común, pero sobre todo del respeto mutuo.
Antes el concepto de barrio, de buen vecino, construían una fuerte identificación y una solidaridad que llevaba a la gente a ponerse de acuerdo para lograr cosas que por sí solos nadie podría conseguir, y que permitían ala comunidad contra con canchas deportivas o mejores escuelas, por citar sólo dos ejemplos, sin contar con el mejoramiento que los vecinos impulsaban de los servicios públicos.
Al desatarse esa avalancha de gente y de casas que sobrevino después de los sismos de 1985, la forma de vivir en nuestra patria chica se modificó de forma muy radical y quienes se conocían de toda la vida de pronto eran una minoría ante tantas personas llegadas de otras latitudes.
Al mismo tiempo, la corrupción oficial permitió la construcción desordenada de casas hasta en sitios que no eran adecuados e incluso peligrosos, no sólo para los que se asentaba allí sino para sus vecinos, que comenzaron a sufrir por la falta de agua, el exceso de basura o las inundaciones provocadas por la ocupación de los cauces naturales.
Todo eso destruyó una buena parte del tejido social y las relaciones de cooperación y convivencia que se habían establecido a lo largo de décadas.
No necesito enumerar cuales han sido los resultados. Mejor debo invitarlos a retomar la forma de vivir basada en los valores de otros tiempos, que empiezan por el respeto y pasan por la ayuda mutua, para superar de manera grupal nuestros problemas.
Así se podrán establecer lazos entre los niños y jóvenes y los adultos que los rodean, pero sobre todo podrá trabajarse con el ejemplo para que ellos, los que forman parte de las nuevas generaciones, aprendan a colaborar en cosas de provecho para todos.
Reponer esas líneas de comunicación perdidas nos ayudará a reencontrarnos con lo nuestro y a recuperar la forma de vivir que no debimos nunca haber descuidado.
Como siempre, la acción y el ejemplo son nuestras mejores armas.