Morelos en general, pero sobre todo Cuernavaca, goza de un enorme prestigio no nacional, sino mundial, como sitio de descanso y diversión. También nuestra zona de balnearios es muy apreciada. Podemos mencionar algunas ciudades con mucha historia y poco más como destinos turísticos.
Sin embargo, las denominaciones que mencioné nos obligan no sólo a refrendarlas día con día, sino a aumentar ese prestigio.
Por supuesto, las autoridades deben hacer lo necesario para que los problemas más evidentes del estado se resuelvan y no echen por tierra el esfuerzo conjunto de los prestadores de servicios turísticos y de los ciudadanos en general.
Sin embargo, todos los que vivimos en Morelos estamos obligados a participar en una mejora continua de lo que ofrecemos a los visitantes, a fin de recuperar el prestigio de nuestra tierra y de inyectar más recursos a la economía local.
Aquí existe una gran variedad de empresas de todos los ramos que produce empleo y genera riqueza, pero siempre el turismo ha sido la actividad que aglutina a los 33 municipios, gracias a la enorme riqueza natural, histórica y cultural que heredamos de nuestros ancestros y que está ampliamente repartida por nuestro territorio.
Tenemos que promover el turismo, ser cordiales y hospitalarios con los viajeros que tuvieron la iniciativa de conocer lo nuestro, a fin de que cuando regresen a sus lugares de origen nos recomienden y se establezca un círculo virtuoso que beneficie a toda la sociedad.
Ya tenemos, como dije arriba, líneas marcadas en la trayectoria correcta. Ahora es necesario hacer nuestro mejor esfuerzo.