El reciente caso de dos ciclistas europeos asesinados en Chiapas me hizo recordar el de Harry Devert, ocurrido en el 2014. En el caso del polaco Krzysztof Chmielewski y del alemán Holger Hagenbush, México era uno de los destinos de su vuelta al mundo en bicicleta, pero desaparecieron el 21 de abril mientras viajaban por Chiapas, con dirección a la península de Yucatán; fueron hallados muertos, en la carretera de San Cristóbal de Las Casas a Ocosingo.
Ciclistas de varios países llevaron a cabo una rodada nocturna -“Luz hasta el cielo”- y además encendieron velas en una plaza de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, en homenaje a los dos ciclistas europeos asesinados.
Es triste e indignante reflexionar en la atemporalidad de lo escrito hace cuatro años: en México es difícil que aparezcan los desaparecidos. Hoy recordamos el caso de Harry Devert (1981-2014), ocurrido hace cuatro años:
Harry Russell Edouard Devert, de 32 años y residente de Pelham, Nueva York, trabajaba como corredor bursátil, tal como lo señala en su blog “A New Yorker travels” (“Los viajes de un neoyorquino”) y cuyo primer post escribió en el mes de junio del año 2013. Incluso los tatuajes en su brazo y hombro derechos evidenciaban su pasión por los viajes: un globo terráqueo y las olas, además de sus iniciales, mientras que los dos símbolos en el pecho izquierdo eran asiáticos.
Hasta octubre del año pasado y durante cinco años, Harry Devert visitó países como Paraguay, Brasil, Colombia, India, Venezuela, España, Francia, Perú, Tailandia, Bélgica, Alemania, Argentina, Italia y Holanda, entre otros, además de México; entre cientos de anécdotas sobre los sucesos que vivió en sus travesías, relata viajes a lugares como “Laos, Angkor Wat, Banaue y Batad, Minca, Kolkata, Vietnam”, y agrega que también ha contemplado “la aurora boreal en Islandia”.
Diversos lectores cuestionaban a Harry en su blog acerca de cómo lograba ahorrar para viajar tanto, y la respuesta era simple: negociando acciones por su cuenta, online; de esta manera, ahorraba suficiente dinero para vivir de manera sencilla y salir de viaje frecuentemente: su pasión.
Devert escribió que su primer acercamiento con las finanzas lo tuvo gracias a su abuela: cuando era un niño, se sentaba cada domingo a su lado, lápiz y bloc de notas -con páginas de color amarillo- en mano, mientras ella le dictaba la lista de acciones en las que había invertido y también en las que estaba interesada; posteriormente, él escribía anotaciones correspondientes al mercado bursátil, mismas que le revisaban y corregían. Otro dato interesante que comparte es que su abuela fue la primera periodista -femenina- que trabajó para Associated Press (AP) y posteriormente para la cadena CBS.
“ … Soy un apasionado de la vida y amo vivir. No estoy seguro de cual sea la finalidad de existir, pero amo debatir sobre dicho propósito, interminablemente. (…) Valoro a todas las personas que han llegado, se han ido y se han quedado a lo largo del curso de mi vida, hasta ahora. Representan en gran medida quien soy y lo que represento. (… ) Soy un gitano de corazón”.
En la última publicación del blog de sus memorias viajeras -misma que tituló “Sentido de la aventura”, en enero del 2014-, recordaba una de las historias más impactantes en su vida. Cuando tenía ocho años de edad, su padre lo llevó a la celebración del viaje de un marino francés que tenía como meta navegar alrededor del mundo. Siendo también ciudadano francés, Harry recuerda que el marino, de elevada estatura, saludó a su padre y después se arrodilló frente a él, mirándolo fijamente a su altura, como si estuvieran solos, y le dijo: “Alors, mi pequeño buen hombre, ¿piensas que lo lograré? Harry asintió y la cara del marino se iluminó. “Yo también espero conseguirlo”, le dijo. “Trataré lo mejor que pueda; pero si no lo consigo, al menos lo habré intentado. Y eso es importante, creer que puedes lograr lo que deseas”.
Al parecer el barco del marino francés tuvo un problema en algún lugar del Océano Índico, pero Devert jamás olvidó el sentimiento que reinó esa tarde, resultado de que tantas personas “se reunieran para celebrar un sueño, una aventura”; así que él mismo comenzó a soñar con viajar alrededor del mundo, sin olvidarse tampoco de las historias que su padre, George, le contaba sobre sus propias aventuras.
“He elegido mis batallas”.
En octubre del 2013, Harry Devert detalló en su blog la siguiente aventura: viajar desde Nueva York con el propósito de llegar al mundial de Brasil y posteriormente trasladarse a Ushuaia, Argentina: en motocicleta, aunque nunca había conducido una. Incluso por esos días adquirió dicho vehículo: una Kawasaki, color verde olivo, con placa de circulación NY67SD67 y número de VIN “jkaklea182da00194”; un número “1”, en color negro, era visible en el costado derecho del vehículo, un poco más abajo del asiento, además de una calcomanía de globetrotter -“trotamundos”- en el tanque de la gasolina.
Devert “desapareció” en México el 25 de enero del 2014. Se dirigía desde Michoacán a Zihuatanejo, Guerrero, en donde planeaba visitar la playa donde el personaje “Red” del actor Morgan Freeman, en la película “The Shawshank Redemption”, se retira para pasar sus últimos días; traducida en nuestro país como “Sueños de libertad”, la película se basa en la novela de Stephen King que describe una representación utópica del mar.
A las 15:18 horas de ese día de enero y mediante “WhatsApp”, el “trotamundos” se comunicó con su novia Sarah Ashley Schiear, escribiéndole que acababa de salir de “un área escoltada después de una hora y media, zona demasiado peligrosa para mí”, y que “aparentemente hay otra escolta militar esperándome en alguna otra ciudad; estoy un poco retrasado por tantos militares en la vía, una locura“. “Espero poder hablar contigo esta noche cuando (espero) finalmente llegue”, fue la comunicación final desde el número 011 52 1 434 116 2164.
“Hay tanto bien y tanto que amar en este mundo que a veces no puedo comprender como la gente encuentra tiempo para odiar… creo que la vida es corta y que debemos aprovecharla lo más que podamos”.
Seis meses después, la procuraduría del estado de Guerrero en voz de su titular, Iñaki Blanco Cabrera, señaló que en las inmediaciones de la playa Majahua, municipio de La Unión, en Guerrero, se localizaron restos humanos dentro de bolsas negras, además de una motocicleta con una calcomanía de “trotamundos” en el tanque de la gasolina; luego de realizar exámenes de ADN (ácido desoxirribonucleico), confirmaron la identidad de Harry Devert.
En una publicación titulada “Confirmación” y firmada por la madre de Harry Devert, Ann, en la página de Facebook “Help Find Harry” -“Ayuda para Encontrar a Harry”, activa desde el 6 de febrero de 2014 y que tiene más de 29 mil likes- se precisa que el ADN de Harry se recolectó de la colilla de un cigarro y que pese a que ella la había tocado -antes de darse cuenta de que sería un elemento de gran importancia en las investigaciones-, el laboratorio de Servicios Periciales-PGR en la ciudad de México pudo llevar a cabo un perfil completo del ADN de Harry.
Tiempo después, Ann recibió la confirmación de que los restos localizados en Guerrero eran de Harry. El ADN de los mismos coincidía “en un 99.9963 por ciento” y dicha confronta se había realizado “comparando un espectro de 24 marcadores, en contraste con los 15 principales marcadores (“chief markers”) que utilizan la mayoría de los laboratorios”; la comparativa de 15 marcadores que se llevó a cabo en el laboratorio de Servicios Periciales en Guerrero, en un primer estudio, mostró una coincidencia del 99.9875 por ciento.
En la segunda edición (2009) del “Manual de Interpol sobre el intercambio y la utilización de datos relativos al ADN” se indica que “el ADN puede utilizarse como prueba por diversas razones científicas básicas. El ADN está presente en todas las células (excepto en los glóbulos rojos) y, a efectos del análisis de ADN, es único en cada individuo (excepto en gemelos idénticos). El análisis de las células halladas en el lugar del delito permite extraer el perfil de ADN presente y determinar la secuencia única de una persona concreta (…) Se pueden encontrar células que contienen ADN en muy diversas fuentes de indicios biológicos”.
“No hay duda de que es Harry, mi amado hijo”, publicó Ann en la red social ya referida. “Extraño saber que él está vivo (…) extraño saber que él vendrá a casa y me contará sobre sus aventuras”; “¡Ma! ¡Todo es un milagro!” (me dijo en mi cumpleaños)”.
Y continúa: “Aún estamos AQUÍ. AHORA. ¡VIVOS! El padre de Harry, George, seguramente estuvo cerca de él, en el momento final, para arroparlo en un abrazo, besar ambas de sus mejillas y darle la bienvenida a su nueva aventura”, finaliza Ann.
En la ciudad de México se llevó a cabo un servicio privado para Harry Edouard Devert en la funeraria J. García López, durante la tarde del 30 de julio y la mañana del 31; posteriormente sus restos fueron cremados. El pasado sábado 16 de agosto, familiares y amigos de Harry se reunieron en la mañana para recordar a Harry Devert, en el parque Chester -entre las avenidas “Maple”, “Walnut”, “Birch” y “Chestnut”- de Pelham, Nueva York: un lugar especial para el aventurero, el “trotamundos” enamorado de la vida. Dicha conmemoración también se realizará en Francia, posteriormente.
Harry pasó sus últimos días en el santuario de las mariposas en Michoacán, México, y aunque su intenso amor por la vida podría convertir su prematura muerte en algo trágico, Devert no estaría de acuerdo: “Dudo que exista alguien que, en su lecho de muerte, haya lamentado perseguir una pasión, perseguir un sueño; imagino, de hecho, que debe de ser lo contrario”, escribió en su momento.
Escribir sobre la vida de cada una de las personas que han desaparecido como consecuencia de la violencia no es sencillo. Afirmaría que es una labor imposible. Imposible porque con cada día que pasa somos cada vez más insensibles ante el dolor. Años atrás, cuando a los fotógrafos de nota roja se nos cuestionaba por “apretar el disparador de la cámara fotográfica ante una escena de muerte”, tal vez la justificación era que dicha cámara era “una barrera” entre lo que sucedía y lo que debía documentarse.
Hoy esa barrera está rota. Debemos aprender de nuevo a ser sensibles ante el dolor, para cambiar la realidad actual. En palabras de Harry Devert: “Todo lo que tengo es esperanza. Sueño, busco, amo y vivo”.