En la semana que termina se llevó a cabo la sesión de instalación de la Comisión Especial para el Seguimiento al Cumplimiento de la Agenda 2030, en la sede del Poder Legislativo local, en la cual se destacó la importancia de que los poderes Ejecutivo y Legislativo de Morelos trabajen de manera coordinada en cada una de las acciones a favor del desarrollo sostenible de la entidad.
Además, se hizo un llamado a tomar conciencia de lo fundamental que es preservar los recursos naturales en beneficio no sólo de los residentes actuales, sino de las futuras generaciones.
De igual modo, esta semana se efectuó la primera sesión plenaria del Consejo Estatal de Población (Coespo), en la que acordó empatar el Plan Estatal de Desarrollo 2019-2024 con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptado en 2015 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En este espacio dominical hemos comentado al menos en un par de ocasiones, en los años 2016 y 2017, acerca de la Agenda 2030, al incluir temas como el del cambio climático y el del papel crucial que los océanos desempeñan en el sostenimiento de la vida.
Destacamos en su momento que en noviembre del 2016 entró en vigor el Acuerdo de París, cuyo objetivo es una mayor y más rápida acción frente al cambio climático; cabe recordar que la 21a sesión de la Conferencia de las Partes (COP) y la undécima sesión de la Conferencia de la Partes, en calidad de reunión de las Partes al Protocolo de Kyoto (CMP), tuvo lugar del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2015 en París, Francia.
La conferencia de la ONU sobre el cambio climático concluyó con la adopción de un acuerdo histórico para combatir el cambio climático, además de los objetivos de impulsar medidas e inversiones para un futuro bajo en emisiones de carbono.
El tema principal del acuerdo universal es mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los dos grados centígrados, además de impulsar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura incluso más, por debajo de 1.5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales, para con ello evitar puntos de inflexión climática ante los que ya no tendremos ningún control.
Y para lograrlo se necesita la participación de gobiernos, autoridades locales y regionales, empresas, inversionistas y actores, en todos los ámbitos de la sociedad y, por supuesto, en todos los países; sin embargo, las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y las temperaturas medias no hacen más que subir, lo que subraya la urgente tarea que hay por delante.
No hay que olvidar tampoco que a partir del 2009, la ONU designó el 8 de junio como el Día Mundial de los Océanos; el concepto fue propuesto por primera vez en 1992, en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, como una manera de crear conciencia sobre el papel crucial que los océanos desempeñan en el sostenimiento de la vida y las distintas maneras en que las personas pueden ayudar a protegerlos.
Del 5 al 9 de junio de 2017, en Nueva York se llevó a cabo la Conferencia de los Océanos, la primera de las Naciones Unidas sobre este asunto y que representó una oportunidad para que el mundo revierta el deterioro de la salud de los océanos y los mares con soluciones concretas; también se promovió el avance del objetivo 14, que es parte de la Agenda 2030 adoptada por los 193 estados miembros de la ONU en 2015, y que consiste en un llamamiento para conservar y usar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.
En este espacio también señalamos en fecha pasada que en Marrakech tuvo lugar la primera reunión del órgano de gobierno del Acuerdo de París, conocido como CMA: una reunión que fue momento de celebración pero también de reflexión sobre la tarea pendiente, además de que representó una oportunidad para que los países desarrollados presentaran su hoja de ruta para movilizar los 100 mil millones de dólares anuales para 2020 de ayuda a los países en desarrollo.
Las jornadas temáticas del programa general de la conferencia sobre el cambio climático, en aquella ocasión, incluyeron los siguientes temas: Día de la Tierra, Día de los Agricultores, Día de los Jóvenes y las Generaciones Futuras, Día de las BINGO, Día de la Educación, Día de Género, Día de África y Día de la Justicia Climática.
“La humanidad recordará este 4 de noviembre de 2016 como el día en que los países levantaron una barrera ante los inevitables desastres del cambio climático, y como el día en que comenzaron con determinación a caminar hacia un futuro sostenible. Hoy entró en vigor el Acuerdo de París sobre el cambio climático, resultado de la negociación climática internacional más compleja, profunda y de mayor importancia realizada nunca”, señaló Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la CMNUCC, y Salaheddine Mezouar, presidente de la COP22 y Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de Marruecos, en un documento que hace referencia a dicha fecha.
Tristemente, la Organización Meteorológica Mundial confirmó en su momento que en 2016 se batió un nuevo récord en la concentración atmosférica de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, que en 2015 ya superó por primera vez concentraciones de 400 partes por millón; por supuesto, para resolver el problema también hacen falta grandes flujos de inversiones y -según ha estimado la ONU- para lograr un desarrollo sostenible se necesitan entre cinco y siete billones de dólares anuales, de los cuales una buena parte debe servir para financiar la transición a una economía mundial baja en carbono y resiliente.
La conferencia de la ONU sobre el cambio climático realizada en Marrakech fue un nuevo comienzo para la comunidad internacional y es imprescindible que en los próximos 15 años se lleven a cabo reducciones sin precedentes de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como esfuerzos para construir sociedades resilientes ante los efectos, cada vez mayores, del cambio climático; no olvidemos que este año, en el mes de septiembre, se celebrará la Cumbre sobre el Cambio Climático.
El ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, aseveró en algún momento que “lo que algunos llaman la crisis ecológica del planeta, es consecuencia del triunfo avasallante de la ambición humana; ese es nuestro triunfo y también nuestra derrota”. Coincidimos.