La madrugada de este sábado, entre las 02:08 y 03:15 horas, el Centro de Trauma de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán, fue bombardeado en repetidas ocasiones y resultó gravemente dañado; según uno de los últimos balances realizado por la organización humanitaria, doce trabajadores de MSF y siete pacientes, entre ellos tres niños, murieron; también hay 19 miembros de la organización heridos, cinco de ellos en estado crítico, además de 18 pacientes y familiares.
Durante la semana que concluye, MSF había tratado en total a 394 heridos y, cuando se produjo el ataque aéreo del sábado en Afganistán, tenía a 105 pacientes y familiares en el hospital, además de 80 miembros del personal internacional y nacional, ha referido la organización en un comunicado.
¿Qué es la organización Médicos Sin Fronteras? Médecins Sans Frontières (el nombre original) fue fundada en Francia en 1971, por un grupo de médicos y periodistas; algunos de esos médicos fueron testigos del genocidio de la minoría Ibo, pues trabajaban en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Según señala la organización en su página web, “este grupo se sentía frustrado ante la obligación de guardar silencio que exigía el CICR a sus miembros, sobre lo visto y hecho en Biafra”.
Quienes impulsaron en sus inicios el proyecto de MSF, observaron que el escenario internacional se transformaba y ello exigía que se adaptara la ayuda humanitaria a las nuevas necesidades: ya no sería suficiente atender a las víctimas, sino que se deberían denunciar las violaciones de los derechos humanos, crear corrientes de opinión a través de los medios de comunicación y profesionalizar la ayuda.
Se dieron entonces a la tarea de “constituir una organización que, además de brindar asistencia médica sin discriminación por raza, religión o ideología política, pudiese dar testimonio fiel de las condiciones de vida de miles de personas en situación de crisis”.
¿Qué es un “daño colateral”? El concepto fue agregado en tiempo relativamente reciente al vocabulario castrense para señalar las consecuencias accidentales de las intervenciones militares; el término sugiere una desigualdad existente de derechos, ya que acepta a priori la distribución desigual de los costos que implica emprender dicha acción.
Zygmunt Bauman, sociólogo polaco, en su libro “Daños colaterales: Desigualdades sociales en la era global”, traslada el concepto de "daño colateral" a las víctimas de una sociedad movida por afanes egoístas y desmedidos de lucro; la mayor parte de esas víctimas son quienes se encuentran en las mayores condiciones de pobreza y marginalidad.
Y en medio de una globalización que escapa a todo control, un daño colateral implica, a decir de Bauman, “asumir tácitamente una ya existente desigualdad de derechos y oportunidades, y pensar que esos daños no son lo suficientemente importantes como para justificar los gastos de prevenirlos ni tenerlos en cuenta a la hora de planificar”.
La visión que tiene Bauman de la sociedad contemporánea no es totalmente pesimista, sino generadora de opinión: en la fase de globalización desenfrenada que hemos alcanzado, se requiere renovar los factores esenciales de solidaridad humana, en un marco de “creación de opinión y de formación de voluntades”.
Para Bauman, el llamado Estado social, una de las grandes conquistas del pasado siglo, ha dejado de ser viable y sólo lo que él llama un "planeta social", basado en organizaciones y asociaciones no gubernamentales que deberán actuar a escala universal, puede asumir las funciones que aquél ha venido cumpliendo.
Y en este inicio del mes de octubre, una de esas organizaciones no gubernamentales ha sido golpeada duramente. Tal como lo apuntó Bart Janssens, director de Operaciones de MSF: “Estamos profundamente consternados por el ataque, por el asesinato de nuestro personal y de los pacientes, y por el duro golpe que se ha infligido a la asistencia sanitaria en Kunduz".
La organización humanitaria también asegura en un comunicado que ya se habían proporcionado las coordenadas precisas del hospital a la Coalición de la OTAN y a los militares afganos, para evitar ataques; apunta además que el ataque provino de las fuerzas de dicha Coalición.
El ejército de EEUU confirmó, en otro comunicado, que se produjo un ataque aéreo a las 02:15 horas, y aseguró que estaba dirigido contra individuos "que estaban amenazando" a las fuerzas militares, reconociendo que "puede haber habido daños colaterales en unas instalaciones médicas cercanas".
Ante tal postura, la respuesta de MSF fue contundente: "Este ataque es aberrante y una grave violación del Derecho Internacional Humanitario", según afirmó Meinie Nicolai, presidenta de MSF: "Exigimos la total transparencia de las fuerzas de la Coalición. No podemos aceptar que esta horrible pérdida de vidas simplemente sea descartada como 'daños colaterales' ".
No estamos en Afganistán. Sin embargo, a nuestro alrededor crece la desigualdad social y se incrementa el sufrimiento humano, relegado al estatus de 'colateralidad': No perdamos el sentimiento de solidaridad que nos lleva a indignarnos contra el término “descartable” y actuemos, en la medida de nuestras fuerzas, para reducir la marginalidad.