Erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países es un objetivo fundamental del programa de desarrollo de las Naciones Unidas, además de ser el elemento central de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El antecedente del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza tuvo lugar un 17 de octubre de 1987, cuando más de cien mil personas se congregaron en Trocadero, París -sitio en donde en 1948 se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos-, para rendir un homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre; ese día se proclamó que la pobreza es una violación de los derechos humanos.
Este año, la celebración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es especial, porque es el primero que se conmemora después de que se aprobó formalmente la nueva agenda para el desarrollo de la Asamblea General: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”; la Agenda contiene 17 objetivos, de los cuales el número uno, el primero de todos, es poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
La pobreza no tiene que ver únicamente con la falta de ingresos y de recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles; entre sus manifestaciones también se incluyen el hambre y la malnutrición, el acceso limitado a la educación, la falta de servicios básicos, la discriminación social y la falta de participación en la adopción de decisiones.
Según datos de las Naciones Unidas, 836 millones de personas aún viven en la pobreza extrema; alrededor de 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo vive con menos de 1.25 dólares diarios y la mayoría de las personas que viven con dicho ingreso pertenece a dos regiones: Asia meridional y África subsahariana.
Otras cifras señalan que uno de cada siete niños menores de cinco años en el mundo no tiene una altura adecuada para su edad; además, en el año 2014, cada día, 42 mil personas tuvieron que abandonar sus hogares en busca de protección debido a un conflicto.
Por ello se pretende que para el 2030 se reduzca al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños, de todas las edades, que viven en la pobreza en todas sus dimensiones; que se otorguen medidas apropiadas de protección social para todos; que se garantice que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos y acceso a los servicios básicos y a la propiedad, a las nuevas tecnologías e incluso a los servicios financieros.
También se busca reducir la exposición y vulnerabilidad de los pobres y de las personas que se encuentran en situaciones vulnerables a los fenómenos extremos relacionados con el clima y otras crisis y desastres económicos, sociales y ambientales.
En México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer el pasado mes de julio los resultados de la medición de pobreza 2014. Dichos datos corresponden a la estimación de la pobreza y sus componentes a nivel nacional y para cada entidad; a nivel municipal y de acuerdo con los plazos señalados por la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), los resultados se estiman cada cinco años, por lo que la siguiente medición de este tipo se realizará con base en la información de 2015 y se dará a conocer en 2016.
Las estimaciones de pobreza se calculan en nuestro país a partir de las bases de datos del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (MCS-ENIGH) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) entre agosto y noviembre de 2014.
De acuerdo con lo establecido por la LGDS, la medición de la pobreza incluye dos grandes rubros: el ingreso de los hogares y las carencias sociales en materia de educación, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y de cohesión social.
En 24 entidades federativas se observó una reducción del porcentaje de pobreza o de pobreza extrema. En ocho entidades aumentó el porcentaje de la pobreza y la pobreza extrema; Morelos es una de ellas, pasando de un porcentaje de 45.5 por ciento en el 2012 a 52.3 por ciento en el 2014.
Durante un evento llevado a cabo en Ginebra, en el año 2009 y en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el tema central de la lucha contra las “enfermedades olvidadas”, se proyectó un video sobre la leishmaniasis en Perú, producido por la Organización y que mostraba la absoluta relación entre enfermedad y miseria.
Al respecto, el filósofo español Fernando Savater señaló en aquella ocasión que la enfermedad más grave, la que más muertes causa, es la miseria entendida como “la falta de acceso a los demás y a la ayuda que colectivamente se puede prestar”; respecto al video, en el que se destacaba la “dignidad” con la que los enfermos soportaban la leishmaniasis, Savater apuntó: “Nosotros, el resto, somos los que deberíamos estar preocupados por nuestra dignidad”. Coincidimos.