Dicha publicación es resultado del proyecto regional DIPECHO “Más educación, menos riesgo”, implementado por la UNESCO, Plan Internacional y Save the Children, con el objetivo de lograr el compromiso político y fomentar la ejecución de la seguridad escolar, a nivel mundial.
Según la Alianza Global para la Reducción de Riesgos de Desastres y Resiliencia en el Sector de la Educación (GADRRRES, por sus siglas en inglés), misma que impulsa la WISS, una escuela segura es “una instalación de aprendizaje cuya ubicación e infraestructura han sido evaluadas y consideradas resilientes ante las amenazas, que cuenta con accesos y salidas seguras, además de preparativos y respuesta educativa a emergencias”.
Con dicha iniciativa se ofrece asistencia técnica y experticia, además de que se apoya a los gobiernos en la implementación de escuelas seguras a nivel nacional y se promueven los logros y buenas prácticas para poder replicarlos en otros países y regiones.
¿Quién no recuerda el caso de la maestra Martha Rivera, que canta con sus alumnos en un video subido a las redes sociales, mientras hombres armados asesinan a cinco personas afuera de su jardín de niños, en Monterrey? El hecho ocurrió en el mes de mayo del 2011, cuando cerca de las 14:00 horas inició un tiroteo y 16 alumnos presentes en el salón de clases, con edades entre los 5 y 6 años, comenzaron a ponerse nerviosos.
La maestra les pidió entonces a los pequeños que se tiraran al suelo boca abajo, recordando lo practicado en los simulacros, y posteriormente les dijo en tono cariñoso que pusieran "su carita en el piso (…) no nos pasa nada"; acto seguido, comenzó a cantar para tratar de tranquilizarlos: "Si las gotas de lluvia fueran de chocolate, me encantaría estar ahí… ¡abriendo la boca para saborear!".
La GADRRRES detalla en el documento sobre la WISS que un plantel educativo debería combinar un plan de prevención de desastres, determinado por sus políticas de educación, con todos los componentes del “Marco Integral de Seguridad Escolar”, que incluyen instalaciones de aprendizaje seguras, es decir, la selección y evaluación de la ubicación de la escuela e infraestructura resiliente ante las amenazas, además de accesos y egresos seguros; de igual modo, los preparativos y la respuesta educativa a emergencias en las escuelas, y la Educación para la Reducción del Riesgo de Desastres y Resiliencia.
Los países que ya se han sumado a la iniciativa son: Argelia, Armenia, Brasil, Camboya, China, Costa Rica, Croacia, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Finlandia, Georgia, Honduras, Indonesia, Italia, Irán, Japón, Kajastán, Kirguistán, Lao, Líbano, Madagascar, México, Nepal, Nigeria, Panamá, Qatar, Sudáfrica, San Vicente y Granadinas, Tailandia, Túnez, Turquía y Turkmenistán.
Entre los objetivos de la WISS es interesante destacar los siguientes: el apoyo a los gobiernos para que el tema de la seguridad escolar sea una prioridad nacional, como parte de las estrategias nacionales de Reducción del Riesgo de Desastres hasta el años 2030; la construcción del conocimiento en base a las buenas prácticas, la experticia y los logros en la ejecución de las estrategias de seguridad escolar, para tal vez ser replicados en otros países y regiones; y el seguimiento al avance en la ejecución de la seguridad escolar en el mundo.
En nuestro país y de acuerdo con la Evaluación de Condiciones Básicas para la Enseñanza y el Aprendizaje (ECEA), elaborada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), 84 por ciento de las escuelas en México tiene al menos un riesgo para los estudiantes, en sus instalaciones.
La encuesta se aplicó del 3 al 14 de noviembre de 2014 al en mil 425 planteles, de 31 estados del país; de acuerdo con los resultados, 25.9 por ciento de las escuelas tiene cinco riesgos o más en sus instalaciones; 26.7 por ciento tiene entre tres y cuatro riesgos y 31.4 por ciento, uno o dos riesgos.
En un artículo escrito por David Chong Chong, de la Corporación Euro Americana de Seguridad CEAS México, se hace énfasis en que “los centros escolares conforman un entorno muy susceptible para que ocurran accidentes (…) con la mayor probabilidad ubicada en los grupos de menor edad, y/o de mayor tiempo de permanencia en la instalación, y/o de mayor número de alumnos por grupo”, además de que “en México no existen cifras y estadísticas confiables de la siniestralidad en los centros escolares, a diferencia de otros países como Argentina, en donde se tiene una tasa de 4 accidentes por cada mil estudiantes en un período anual”.
Destaca también que los programas de seguridad escolar tienen un beneficio que “se aplica inicialmente en un entorno de alto grado de sensibilidad social, los centros escolares, donde se ubica y permanece el objetivo de mayor interés emocional para las personas: las futuras generaciones”, además de que se desarrolla "un sentido de conciencia y sensibilidad social que fomente la cohesión y sobre todo la solidaridad comunitaria”. Coincidimos.