En el ámbito internacional, el término de niño es aplicado por la UNICEF a todas las personas menores de 18 años; en México, conforme al artículo 5 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, son niños y niñas las personas menores de 12 años y adolescentes las personas 12 a 17 años de edad.
Es interesante conocer que de acuerdo con la información publicada por la Encuesta Intercensal (EI) 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México cuenta con una población total de 119.5 millones de personas, de las cuales 39.2 millones, que representan el 32.8 por ciento, están en la etapa de la niñez o la adolescencia.
De este grupo de población, 19.4 millones, el 50.6 por ciento son mujeres. En 2015, en México había 19.4 millones de niñas y adolescentes, cifra equivalente al 16.2 por ciento de la población total.
Por entidad federativa, hay 20 estados que tienen un porcentaje de niñas y adolescentes mayor al nacional; entre ellos destacan Chiapas, con 19.6 por ciento; Guerrero, 18.3 por ciento; Aguascalientes, 17.5 por ciento; Oaxaca, Puebla y Durango, con 17.4 por ciento, donde cerca de dos de cada 10 personas son niñas o adolescentes.
Entre las entidades que registran un menor porcentaje de este grupo de población se encuentran la Ciudad de México, con 11.9 por ciento, Colima y Nuevo León con 15.3 por ciento; Morelos y Yucatán, con 15.4 por ciento.
De igual modo y según datos de la Encuesta Intercensal 2015, 28.4 por ciento de las adolescentes de 15 a 17 años no han concluido su educación secundaria, además de que en 2014, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), 1.6 por ciento de las niñas y adolescentes en el país tiene alguna discapacidad.
Al respecto de tales estadísticas, cabe señalar que es interesante que en actos políticos, conferencias y eventos relacionados con las mujeres se utilicen de manera recurrente las palabras “empoderar” y “empoderamiento”.
En la vigésima tercera edición del Diccionario de la Real Academia Española, podremos leer que el verbo ‘empoderar’, del inglés empower, significa “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. En suma: conquistar derechos para tomar sus propias decisiones. Es interesante también señalar que el verbo ‘empoderar’ ya existía en español, como variante desusada de ‘apoderar’.
El término 'empoderamiento' se acuña en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (Pekín) en 1995, para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder; esta expresión, en la actualidad, conlleva también la toma de conciencia de la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas.
Además de que el tema del Día Internacional de la Mujer en este 2016 fue el llamado del organismo internacional a los gobiernos y activistas bajo el lema “Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género”, ya que con ello se busca mostrar los compromisos específicos que los gobiernos llevan a cabo para abordar las dificultades que impiden el progreso de mujeres y niñas.
Necesitaríamos realmente una imaginación muy poderosa para pensar en ese ‘empoderamiento 50-50’: aunque del 2016 al 2030 contemos con catorce años más.
En un evento especial de la campaña HeForShe, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, el 20 de septiembre de 2014, la Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, Emma Watson, pronunció un discurso en el que señaló que “tanto los hombres como las mujeres deberían sentir que pueden ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres de ser fuertes. Ha llegado el momento de percibir el género como un espectro y no como dos conjuntos de ideales opuestos”.
Y agrega: “Quiero que los hombres acepten esta responsabilidad, para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan vivir libres de prejuicios, pero asimismo para que sus hijos tengan permiso de ser vulnerables y humanos ellos también, que recuperen esas partes de sí mismos que abandonaron y alcancen una versión más auténtica y completa de su persona”. Coincidimos.