Por lo menos en Morelos la sociedad tendría uno que pugnara por corregir los defectos de nuestro Estado. Y la gente tendría un canal para hacerse escuchar y defenderse ante las injusticias del sector público”. He aquí algunos de los conceptos expresados por Don Mario.
“Nacido en Cuernavaca durante la década de los veinte casi a la par que el Partido Nacional Revolucionario (antecesor del Revolucionario Institucional), el ingeniero Mario Estrada Elizondo, presidente y director fundador del periódico La Unión de Morelos, está más allá del bien y del mal, pues ha visto casi de todo: desde la existencia de un maravilloso paraíso en la capital morelense, libre de polución, pasando por el desarrollo económico nacional con los bemoles de las grandes transformaciones tecnológicas; el incumplimiento de la garantía constitucional de libre expresión; el predominio de la corrupción en esferas públicas federales y estatales, y el derrumbamiento de los gobiernos emanados del propio partido tricolor, hasta la alternancia en el poder y el inicio de la transición hacia la democracia. Ha constatado, además, los diferentes procesos de industrialización y degradación ecológica en toda la entidad morelense, pero particularmente en su amadísima Cuernavaca, donde lo mismo nacieron, crecieron y desarrollaron sus hijos, que sus nietos”.
“Sin embargo, don Mario Estrada Elizondo, según lo expresa en sus propias palabras, es optimista ante el futuro: ‘Nunca he perdido la fe en México y mucho menos en Morelos. Todo lo que hemos logrado como familia está aquí. Todo se lo debo a Morelos. Durante décadas hemos pagado el precio de ser el ‘patito feo’, pero ahora, con gente de ideas más amplias y altura de miras, con mayor apertura de conciencia y democratización, tendremos un Estado maravilloso. Lo lograremos siempre y cuando las autoridades respondan ante las necesidades de la sociedad”.
“Y envía un mensaje a la juventud: ‘Si aprende los principios morales de nuestra raza, podrá sobresalir. Lamentablemente, hasta en las escuelas están conociendo la deshonestidad. De continuar esta situación, nos llevarán a la ruina. Ustedes, los jóvenes, tienen el deber de exigir a las autoridades los cambios trascendentales que merece nuestra gente. Las autoridades no van a cambiar hasta que la gente las obligue’. Clama vigorosamente: ‘¡Que controlen el crecimiento demográfico y la urbanización anárquica! ¡Nos vamos a acabar! Las autoridades tienen que regular el crecimiento desproporcionado de las ciudades, de alguna forma u otra’”.
En un viaje retrospectivo sobre Cuernavaca y Morelos, el ingeniero Estrada explicó que, salvo honrosas excepciones, creció observando la incondicionalidad de los periódicos de los años veinte y treinta a los gobiernos emanados del partido en el poder. “Nos ocultaban muchas cosas que los ciudadanos teníamos derecho de conocer. La protección a los políticos, aunque era evidente, no se ventilaba a través de los medios”. “Mario Estrada lo experimentó en carne propia, en su carácter de empresario y disponiendo de intereses financieros en nuestra entidad, en Acapulco y parte de la Ciudad de México. ‘Fuimos víctimas de atracos por parte de funcionarios que usaban sus puestos para presionar, mientras nosotros no teníamos forma de defendernos. La justicia se dejaba influir demasiado por el tipo de noticias que circulaban’”.
“Al principio de los noventa la conciencia del mexicano y el morelense exigía algo veraz. Llegó el momento para tener un periódico a la altura de la nueva conciencia nacional. ‘Yo, que había viajado y estudiado en el extranjero, me percaté sobre la calidad de la libertad de expresión en otros países, mientras que en México era inexistente’”. En parte fue esa la razón por la cual nació La Unión de Morelos: “Vinimos a llenar una necesidad de los morelenses y los mexicanos, a quienes urgía un medio no comprometido con el gobierno. Por lo menos en Morelos la sociedad tendría uno que pugnara por corregir los defectos de nuestro Estado. Y la gente tendría un canal para hacerse escuchar y defenderse ante las injusticias del sector público”.
Recordando a pioneros de La Unión de Morelos, cuando escucha el nombre de Octavio López Padilla, don Mario Estrada lo evoca como un hombre bueno, de magníficas relaciones y conocedor del periodismo morelense, debido a que había editado un periódico llamado ‘Ecos de Morelos’, enfocado a las actividades agropecuarias. ‘Nosotros no sabíamos nada de periodismo y fue necesario acercarnos a quienes nos orientaran. López Padilla fue uno de ellos, poseedor de un carácter amable y accesible, y con experiencia en el ramo’”.
“Mientras don Mario se encargaba de las construcciones de la familia Estrada, su hijo Mario se dedicó a localizar y comprar maquinaria para imprimir periódicos, y Octavio López Padilla de encontrar valores periodísticos. ‘No todos fueron del tipo que yo quería, pues hubo quienes abusaron de ciertos hábitos del periodismo, como el influyentismo. Otros estaban en nóminas de dependencias estatales’”.
“Otro de los pioneros del periódico que estima don Mario Estrada es Oscar Davis Martínez, actual jefe de Redacción. Dice de él: ‘El señor Davis también posee una larga trayectoria en el periodismo. Empezó como comentarista en varias emisoras y siempre se ha caracterizado por su honradez. Respecto a la relación con nuestra empresa, el señor Davis siempre ha demostrado lealtad. Es lo que más le agradece la familia Estrada, pues nunca se ha prestado a presiones o tentaciones que pudieran llegarle como jefe de Redacción. Hemos comulgado y coincidido en que tenemos una obligación para con la sociedad y ser semillero para futuros reporteros con las mismas bases morales que ya expresé anteriormente”. Otra cualidad de Oscar Davis Martínez, según don Mario, “es su constancia, pues aún estando enfermo jamás ha faltado a su trabajo. A veces terminamos muy tarde, por diferentes causas; y si al día siguiente tenemos un desayuno a temprana hora, siempre llega a tiempo”.
“Don Mario Estrada Elizondo confiesa que al crear La Unión de Morelos nunca imaginó su actual liderazgo en el periodismo morelense. ‘No pensé ocupar el lugar que hoy tenemos gracias a la preferencia del público y el trabajo colectivo de quienes integran la empresa. La idea fundamental era salir ‘con la nariz fuera’, por problemas que siempre enfrenta una empresa al principio. Fue (y sigue siendo) muy difícil tener publicidad de los clientes, quienes hacen minuciosos estudios mercadológicos para contratarte’”. Luego le seguimos.