cuyo director es Federico Berrueto, para medir la rentabilidad de algunos personajes adscritos al partido tricolor rumbo a los comicios concurrentes del año próximo. Ante la presencia de Amado Orihuela Trejo, compañero suyo de bancada parlamentaria y presidente estatal del PRI, Guerra Melgar arguyó que se trataba de una “encuesta oficial” contratada por el Comité Ejecutivo Nacional, entonces presidido todavía por Humberto Moreira Valdez, lo cual resultó falso de toda falsedad, pues el mentado estudio de opinión, en realidad, fue convenido por el propio Orihuela Trejo con Berrueto durante una comilona en el restaurante “Las Quintas” de Cuernavaca.
Desde luego, el resultado de aquel muestreo favoreció al dirigente priísta, pero su difusión molestó sobremanera al resto de aspirantes a la candidatura gubernamental, quienes a partir de aquel momento empezaron a cuestionar a Amado Orihuela por su perenne dicotomía: ser el árbitro de una contienda interna para la elección de candidatos a los cargos de elección popular que se disputarán el primero de julio del año próximo, y simultáneamente manipular a su antojo los recursos del partido tricolor para posicionarse y buscar la ansiada candidatura gubernamental. El delicado asunto, evidentemente, fue colocado sobre la mesa el pasado martes durante un encuentro de “Los 12” con Pedro Joaquín Coldwell, líder nacional del PRI, quien utilizó casi las mismas palabras de Enrique Peña Nieto cuando se le preguntó sobre la inconveniencia de mantener a Moreira Valdez al frente del Comité Ejecutivo Nacional: “El profesor Moreira deberá tomar su propia decisión para abonar a la unidad del partido”. Así las cosas, la posición asumida por Coldwell ante el “Caso Orihuela” se enmarca dentro de la casuística, pero conociendo la intransigencia del diputado local es seguro que permanecerá ahí hasta la segunda quincena de enero, cuando los líderes nacionales del partido tricolor repartirán el pastel de candidaturas al Congreso federal, a la presidencia municipal de Cuernavaca y, acertó usted, a la gubernatura morelense. A ver.
Aquellos hechos me sirven como preámbulo para comentar lo siguiente. La encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica contenía varios ejercicios de simulación con distintos personajes priístas y quienes, en los partidos opositores al PRI, también pretenden la candidatura al gobierno de Morelos. Respecto al Partido Acción Nacional, el senador Adrián Rivera Pérez ocupó el primer sitio como el político panista más conocido, pero el de mayores indicadores negativos, mientras que tres miembros del gabinete adamista proyectaron una mayor aceptación en las tendencias. Me refiero a Víctor Manuel Caballero Solano, entonces secretario de Salud; Demetrio Román Isidoro, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, y Alejandro Villarreal Gasca, secretario de Finanzas y Planeación (en ese orden). Hoy sabemos que Rivera Pérez se mantiene obcecado en el afán de conseguir la candidatura gubernamental, mientras Caballero Solano, por su parte, renunció anteayer para registrarse como aspirante al Senado de la República, y Villarreal Gasca, por el suyo, se abrió hace unos días como aspirante formal a la candidatura al gobierno de Morelos. Román Isidoro no se ha movido, quizás sabedor de que Villarreal será apoyado “desde la cúspide” una vez cumplida la misión de sacar adelante el Paquete Financiero 2012, lo cual sucedió este martes en el Congreso local. La renuncia del secretario de Finanzas se presentará de un momento a otro.
La empresa morelense “Consulting & Research Estadística Aplicada”, cuyo director general es Marcos Pineda Godoy, poco a poco ha ido posicionándose en el segmento nacional de las encuestadoras dedicadas a los estudios de opinión sobre partidos políticos. Y ayer difundió su más reciente ejercicio en torno a las preferencias del electorado hacia determinados personajes panistas. No transcribiré la metodología por falta de espacio, pero sí el resumen del trabajo. Entre una pasada encuesta pública (dedicada a políticos priístas) y la difundida la víspera, la intención de voto por partido se mantuvo estable: 32 por ciento para el PRI, 22 para el PAN, 12 para el PRD, 4 para el PT, PVEM y Movimiento Ciudadano, respectivamente, y 2 para Nueva Alianza y el PSD, registrándose un 18 por ciento de electores que manifestaron no saber o no querer contestar por qué partido votarían si hoy fueran las elecciones para gobernador.
Los aspirantes incluidos en este estudio fueron Adrián Rivera Pérez, Jesús Giles Sánchez (diputado federal), Alejandro Villareal Gasca y Víctor Manuel Caballero Solano. Rivera Pérez, según el estudio de Marcos Pineda Godoy, tiene una intención de voto de alrededor de 50 puntos entre quienes manifiestan conocerlo; sin embargo también cuenta con el mayor porcentaje de puntos negativos (51 por ciento de quienes manifestaron conocerlo), que lo colocan como el aspirante menos rentable para el PAN, entre estos cuatro, con un indicador de -6 puntos. “Entre los posibles candidatos puntean con una valoración positiva entre los entrevistados: Jesús Giles Sánchez, con un indicador de 47 puntos, y Víctor Caballero Solano, con 43, respectivamente. Pero al no aspirar a la candidatura dejan a Alejandro Villareal Gasca con 19 puntos positivos de rentabilidad, siendo el aspirante que podría competir contra Adrián Rivera Pérez por la nominación, teniendo con relación a este último la desventaja de no ser tan conocido, pero la superioridad de tener muchos menos puntos negativos en su contra”, añade la encuesta de Consulting & Research. Coincido con el hecho de que Villarreal no es tan conocido como otros, lo cual se resolverá durante la campaña, tal como sucedió con Marco Adame en la etapa previa a los comicios de 2006. A ver.