Los más destacados líderes de esas tendencias priístas, conscientes de que la unidad interna es básica rumbo a las elecciones concurrentes del primero de julio próximo a fin de recuperar la titularidad del Poder Ejecutivo (hoy a cargo del PAN), se hicieron a un lado y decidieron otorgar su respaldo al aspirante más popular, a la vez de que harán lo mismo para apuntalar la campaña de Enrique Peña Nieto en el Estado.
¿Creen ustedes, amables lectores, que este escenario corresponde al PRI en Morelos? ¡Por supuesto que no! De ser así estaríamos relatando un sueño guajiro. No, no, no. Se trata del contexto en que antenoche se llevó a cabo el relevo pacífico y pactado de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz en la presidencia municipal de Guadalajara, por Francisco de Jesús Ayón López, profesor de educación básica durante 15 años y quien, además, fue secretario de Prensa y Propaganda de la Sección 47 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Efectivamente: Sandoval Díaz fue proyectado el pasado 5 de enero por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI como candidato unificado a la gubernatura de Jalisco rumbo a los comicios que habrán de llevarse a cabo, también de manera concurrente, el primer día de julio venidero. El novel político es originario de Guadalajara, donde nació hace 35 años.
Entre una cauda de políticos, politicastros y politiqueros jaliscienses, Jorge Aristóteles dejó en el camino al senador Ramiro Hernández, a los diputados María Esther Scherman y Arturo Zamora, así como a Ramiro Hernández García, Miguel Castro Reynoso, Héctor Vielma Ordoñez y José Trinidad Padilla quienes, no obstante sus prolongadas carreras a nivel estatal y federal, desistieron en su intento por conseguir la misma candidatura reconociendo la competitividad del ahora ex alcalde tapatío. Tocante a la legisladora Scherman es importante comentar que anteayer fue integrada a la campaña de Enrique Peña Nieto. Desconozco el futuro político o administrativo de los demás aspirantes.
Regresando a la realidad morelense diré que a las 13:00 horas de este miércoles se esperaba “humo blanco” en torno al candidato definitivo y unificado del PRI-Morelos a la gubernatura. Yo mismo, al filo del mediodía, me encontré anteayer a Guillermo del Valle Reyes en una peluquería de la colonia Vista Hermosa indicándole que se le estaba haciendo tarde, pero me aclaró que su cita con Pedro Joaquín Coldwell, líder nacional del Revolucionario Institucional, y otros jerarcas del mismo partido, a la cual también asistirían Manuel Martínez Garrigós, ex presidente municipal de Cuernavaca, y Amado Orihuela Trejo, ex presidente del CDE del PRI, se había pospuesto a las 20:00 horas. Finalmente no pasó nada y todo mundo se quedó expectante en nuestra entidad. Los tres regresaron a Cuernavaca con cajas destempladas.
Hasta donde estoy informado, el Comité Ejecutivo Nacional se entrampó el mismo día con el “Caso Tabasco”, que es uno de los más importantes bastiones priístas sobre la “cuenca petrolera” del Golfo conformada por Tamaulipas, Veracruz, Campeche y dicha entidad, donde una coalición de izquierda muy probablemente postulará a la gubernatura al prestigiado ex priísta Arturo Núñez, “ex” de muchas cosas a nivel nacional. El encuentro pactado con dicha tríada (de ello han estado informados los 12 aspirantes a la candidatura morelense) serviría para darles a conocer el resultado de una reciente encuesta aplicada a nivel estatal por Consulta Mitofsky y el Gabinete de Comunicación Estratégica. La postergación de ese momento histórico a otro (quizás suceda en el transcurso de hoy) propició una impresionante cascada de rumores, la mayoría de ellos derivados de la desinformación, pero aderezada por quienes, de múltiples formas, han buscado ganar reflectores, captar la atención de los líderes nacionales priístas y aprovechar las circunstancias para sacar raja. Pretenden ser senadores y diputados federales o, cuando menos, el futuro presidente municipal de Cuernavaca. Varios anhelan alcanzar las jugosas jubilaciones contempladas por la Ley Estatal del Servicio Civil.
Aunque recientemente ponderé sus características institucionales, el más acelerado e insistente para aparecer ayer en escena fue Jorge Meade Ocaranza, “ex” de muchas cosas en Morelos, quien llegó al extremo de inventar que varios de los nueve aspirantes “no tomados en cuenta” (incluido él) también acudieron el miércoles a la sede nacional tricolor, reuniéndose con diferentes secretarios, lo cual nunca se realizó. Mientras tanto, otros aspirantes, algunos de ellos identificados con el grupo gobernante blanquiazul de Morelos, intensificaron los ataques dirigidos a los punteros en las encuestas, tal como varios de los políticos jaliscienses aludidos líneas atrás lo ejecutaron en su momento sobre la persona de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz para bajarlo. Al virtual candidato unificado del PRI a la gubernatura jalisciense hasta supuestas llamadas telefónicas con narcotraficantes y vínculos con los líderes de la siniestra Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) le inventaron. Soportó sobremanera el “fuego amigo” y sus vicisitudes no fueron una coincidencia con hechos reales acaecidos en la capital morelense, sino la comprobación de que la política no conoce escrúpulos, sino porquerías. Así las cosas -y cual debe ser- un sedicente grupo de comunicación volvió a manejar el fastidioso tema de PASA y el “mapachegate”, lo cual fue secundado, también hasta el fastidio, por algunos “trolls” a través de las redes sociales. Hasta propalaron una nueva “terna” por ese medio generando estrepitosas carcajadas en Sevilla, España. En fin.