“Este fin de semana comenzaron oficialmente las campañas a gobernador de Morelos, Adrián Rivera del PAN, Graco Ramírez del PRD, Amado Orihuela del PRI y Julio Yáñez del PSD. Las fórmulas no lucen muy bien, ni en su mejor forma”. Y a continuación inicia el desglose.
Respecto a Adrián Rivera Pérez indica que el senador con licencia no luce fuerte por sí mismo. “Además –agrega- su partido está en la peor forma de los últimos 15 años desde que por primera vez el PAN ganó la presidencia municipal de Cuernavaca. La fórmula luce débil”. Pasa después con Graco Ramírez Garrido. “El también senador con licencia luce fuerte por sí mismo, ha dejado atrás las posturas radicales que lo caracterizaban y se dedicó a trabajar atrayendo los reflectores en varias ocasiones durante su gestión, lo cual lo ha posicionado positivamente…entre los que lo conocen recientemente. El PRD es un partido que en Morelos no se acaba de formar y (en su interior) siguen peleando de todo y por todo. La fórmula luce bien, pero por Graco Ramírez, no por el PRD”.
Ramón Zavala posteriormente analiza el caso de Amado Orihuela Trejo, diciendo: “El candidato de ‘unidad’ del Revolucionario Institucional ha logrado desencadenar, ayudado por Manuel Martínez Garrigós, una verdadera ‘Revolución Priísta’, pero al interior de su partido. El PRI, que luce a nivel nacional como el Partido a vencer, parece que en Morelos decidió ‘darse en la madre solo” y vaya que lo hace bien. Amado Orihuela no luce por sí mismo como un candidato fuerte; tiene dos meses para construir su imagen y ganar la preferencia de los votantes. El PRI en Morelos, que venía empujado por la fuerza nacional de Peña Nieto, se ha convertido en tierra de nadie y perdió totalmente este empuje que era gratis, solamente tenía que capitalizarlo. El problema fue que todos se vieron ganadores y con curul, alcaldía, regiduría, silla gubernamental etc. Y en vez de elegir a sus mejores exponentes (que los hay) se la pasaron peleándose. Creyeron tener ‘chamba segura’. Con todo, el PRI y Amado Orihuela (según las encuestas) son la fórmula a vencer, pero no por mucho, y conforme avance la campaña tenderá a caer ya que claramente está en su más alto grado de preferencias. Luce fuerte”.
Finalmente aborda la candidatura de Julio Yáñez Moreno, candidato gubernamental del Partido Social Demócrata: “El soñador de Julio Yáñez y su partido lucharán por mantener el registro, lo cual los hace proponer cosas imposibles. Y como saben que no van a ganar no están obligados a demostrar nada. ‘Transporte Público de a Gorra’, un titipuchal de guarderías, triplicar el presupuesto de la UAEM, todo con el mismo presupuesto que actualmente maneja el Estado. Lo bueno es que si no gana y el PSD desaparece, Julio se podría dedicar a ilusionista o merolico. Luce muy débil”. Concluye Ramón Zavala: “Como decía mi mamá cuando no me gustaba la comida ‘Po’s es lo que hay’. Todos nosotros, los votantes, debemos obligar a los candidatos a esforzarse para ganar nuestro voto; que propongan una verdadera estrategia a seguir y el Estado encuentre el rumbo que nomás no nos dejan ver por dónde pueda estar”. Servido.
Cambiando de tema me referiré a la campaña sistemática de ataques que está soportando Enrique Peña Nieto, candidato de la alianza Compromiso por México a la presidencia de la República (PRI y PVEM). La principal escalada de agresiones hacia la figura del ex gobernador mexiquense proviene del Partido Acción Nacional (PAN) simple y sencillamente porque su candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, no levanta, ni levantará el vuelo en la actual campaña preelectoral. Peña Nieto es el rival más fuerte, el candidato a vencer y quebrantar con tácticas mediáticas.
Respecto a ello es importante recordar algo que publicó el 30 de junio de 2009 el diario “Tribuna de Campeche”, confirmando lo que hoy observamos: la operación del español Antonio Solá a favor de una causa perdida. El rotativo señaló allá y entonces: “El español experto en guerra sucia, Antonio Solá, participa con el PAN en Campeche en la implementación de algo a lo que se ha denominado Plan Ave Azul, mismo que consiste en aplicar acciones de terrorismo político y electoral para impedir la inminente caída del PAN en esta entidad el 5 de julio próximo. Dicho plan incluye, entre otras cosas, usar guerra sucia y utilizar dinero del erario para comprar votos y voluntades políticas, amén de que abarcará también la difusión de información sobre el lado negativo de sus adversarios electorales y encuestas falsas donde supuestamente llevarían ventaja”. Etcétera, etcétera.
No necesitamos decir más sobre lo ocurrido en Campeche, porque infinidad de morelenses constatamos cómo se puso en marcha aquí el Plan Ave Azul durante los procesos electorales de 1997 y 2000. Lo que ocurre hoy en día, a cargo del español Antonio Solá, es el reciclaje de Ave Azul. El problema para Peña Nieto y el equipo que diseña su imagen y estrategias de comunicación política es cómo contrarrestar la ofensiva panista sin subirse al ring. Esto último (el conflicto público) es altamente codiciado por Vázquez Mota y los dirigentes nacionales de su partido. Me parece, pues, que los comités estatales de campaña creados por Peña a nivel nacional deben regionalizar las respuestas. Desde las estructuras territoriales locales consolidar el blindaje respectivo mientras las huestes de Coldwell responden, hasta cierto límite, los ataques panistas que, lo veremos pronto, serán contraproducentes.
Así las cosas, el coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto en Morelos, Jorge Meade Ocaranza, afirmó ayer que las acciones que se realizan en torno a la figura del candidato presidencial son propositivas y alejadas de las descalificaciones. Sostuvo que en la entidad, al igual que en la campaña nacional, “no se dará entrada a este tipo de temas” y subrayó que por cada denostación que se reciba habrá una propuesta que sume y que permita el desarrollo de los ciudadanos. A ver si es cierto. Y ya viene el Plan Ave Azul a nivel Morelos.