Cada uno de los 30 diputados de Morelos recibe mensualmente 54 mil pesos como “dieta” (o sueldo) y otro tanto igual de prerrogativas dizque destinadas a la gestoría social, independientemente de que disponen de varios asesores (el que menos gana cobra 15 mil pesos mensuales), seguro de gastos médicos mayores, lujosos automóviles, teléfonos celulares, viáticos para peaje y comidas y, respecto al caso de quienes se sienten galanes, hermosas edecanes y “asistentes”.
La Legislatura de Morelos inició funciones el primero de septiembre del año pasado. De entonces a la fecha se colocó como la menos productiva a nivel nacional, aunque dispone de un presupuesto de 282 millones de pesos para 2012. Es decir: cada uno de los puntos de acuerdo y exhortos, que no sirven de nada pues no tienen carácter vinculatorio, le han salido costosísimos a la sociedad morelense la cual, por su parte, debe soportar los antiguos vicios de los legisladores mexicanos, entre los cuales se encuentran la prepotencia, la arrogancia y el despotismo, defectos bastante usuales entre los diputados locales, sobre todo en aquellos que son herederos del poder concedido por caciques regionales (verbigracia, Julio Espín Navarrete).
Desde que comenzó la Legislatura los integrantes del grupo parlamentario del PRI se desgarraron las vestiduras enfrascados en pugnas internas con graves repercusiones en el trabajo legislativo de los demás diputados. Los conflictos fueron múltiples, dañando la imagen de todo el Congreso entre la sociedad morelense. Empero, nadie puso remedio a la situación y casi todos los legisladores tricolores pasaron a la historia como soberbios. Siempre se sintieron demasiado pagados de sí mismos, que es uno de los vicios más comunes y el más detestable, toda vez que el legislador, si es un representante popular, puede tener mil y un defectos, menos éste. Por el contrario, un legislador debe ser carismático, amable y humilde, pero con los legisladores priístas las cosas funcionaron al revés.
Sólo en medio de este deplorable escenario podemos explicarnos el papelón hecho anteayer por el diputado Javier Mújica Díaz, “representante” del VI distrito (Jiutepec Norte) en el Congreso de Morelos, al avasallar a quien fuera su suplente, Víctor Manuel Martínez Alonso, pretextando cualquier número de argucias legaloides diseñadas bajo los auspicios del presidente de la Junta Política y de Gobierno, Fidel Demédicis Hidalgo, con lo cual jamás estuvo de acuerdo el presidente de la Mesa Directiva, Jorge Arizmendi García. Este último legislador, por si no lo saben ustedes, vía oficio citó el miércoles al diputado Martínez Alonso a la sesión del jueves. Mújica, por su parte, adujo que estaba en su derecho, desde el día 16, para regresar a la curul del VI distrito jiutepequense. Puro teatro. La actitud del ex presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje fue de rapacidad, considerando que alguien rapaz se inclina hacia el hurto y el robo.
Pasemos a otros temas. El presidente Felipe Calderón Hinojosa, acompañado por el gobernador de Morelos, Marco Adame Castillo, recorrió ayer por vía aérea la zona de influencia del volcán Popocatépetl y por carretera varias de las poblaciones que podrían ser afectadas en caso de una erupción. Ambos personajes y su comitiva estuvieron en uno de los 43 albergues habilitados por el gobierno de Morelos en la escuela primaria “Santana Díaz Romano”, de Jiutepec. Con Calderón arribaron el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero, y la directora del Sistema Nacional de Protección Civil, Laura Gurza Jaidar. Y presentes en el recorrido también estuvieron el general Sergio García Vera, comandante de la 24va. Zona Militar, así como autoridades de las secretarías de Salud y Educación, la CEAMA, la Conagua y otras instituciones. Hasta el momento de redactar la presente columna, “Don Goyo” mantenía sus exhalaciones, lo cual es positivo. Mientras no se concentre la lava en el cráter y tapone el domo volcánico, no hay riesgo de una explosión de gran magnitud. Los morelenses que habitan la periferia lo han sabido muy bien desde tiempos inmemoriales.
Jesús Ortega Martínez es desde ayer delegado especial del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para apoyar diferentes actividades en la campaña de Graco Ramírez Garrido, candidato de la Coalición Nueva Visión Progresista por Morelos. A la presentación de Ortega acudió el líder nacional de dicho partido, Jesús Zambrano. Así, toda la corriente de “Los Chuchos” envió una señal de unidad en torno al senador con licencia, de quien dijeron se encuentra en un empate técnico con el priísta Amado Orihuela Trejo, candidato del PRI, el PVEM y el Panal. Este último estuvo ayer en Jiutepec, donde se reunió con importantes grupos de la sociedad civil teniendo como escenario el hotel Sumiya.
Cabe subrayar que ahí brilló por su mediocridad la candidata a diputada federal por el segundo distrito, Georgina Bandera, quien pasó sin pena ni gloria. No obstante, dice ella que será representante de Jiutepec, Temixco y Emiliano Zapata en la Cámara de Diputados.
En más de Graco Ramírez le comento a usted que varios líderes cetemistas de la región sur le patentizaron su apoyo. Me refiero a Fernando Rodríguez Sotelo, presidente de la Unión de Transportistas de la Región Sur-Poniente; Pedro Zavaleta, representante de los trabajadores al servicio del ingenio azucarero de Zacatepec; Gilberto Betanzos, presidente de la Promotora Deportiva Zacatepec, y José Luis Langarica, secretario general del Instituto Tecnológico de Zacatepec.