Pero más allá del aplausómetro y las consabidas exageraciones de quienes en las postrimerías de la campaña preelectoral rumbo a la “madre de todas las elecciones” (a desarrollarse de hoy en siete días) están presumiendo el músculo y despilfarrando centenares de millones de pesos aportados al erario por los honrados contribuyentes mexicanos, es importante alertar hoy sobre la realidad que representan quienes, en aras de conseguir la victoria el primero de julio, ya comenzaron a utilizar los antiguos métodos de los partidos políticos en justas electorales: la compra del voto, el condicionamiento del mismo, la implementación del carrusel, la entrega de dádivas, la estratégica distribución de teléfonos celulares para fotografiar cómo se votó y así poder cobrar los 500 o más pesos ofrecidos a cambio del sufragio, etcétera. Es la actividad desplegada por los famosos “mapaches” que, en cada jornada comicial, provocan conflictos postelectorales y comicios finalmente ganados ante las instancias judiciales correspondientes, en la mesa, pero no en las urnas. Me parece que la interferencia de tales sujetos, en caso de ser detectados por los partidos opositores, podría detonar de una grave crisis. Aguas.
Era obligado que Peña Nieto viniera a Morelos al que podríamos considerar ya como cierre de campaña de Amado Orihuela Trejo, aspirante gubernamental de la Coalición Compromiso por Morelos (PRI-PVEM-Panal). Recuerden ustedes que el abanderado a la presidencia vino el 16 de abril del presente año al Centro de Convenciones de Xochitepec a fin de tomar la protesta al ex alcalde de Mazatepec, con lo cual inició su campaña proselitista rumbo a la gubernatura. El auditorio principal del World Trade Center puede dar cabida a unas dos mil personas debidamente acomodadas. Y aunque ha sido frecuente la visita de enviados especiales del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para apuntalar dicho proselitismo en nuestra entidad, la realidad es que Morelos no aporta gran cosa en cuanto al número de votos el mero día de la jornada para la elección de presidente de la República. Aquí no se determina la victoria anhelada. Lo anterior contrasta con las cuatro veces que -por citar un ejemplo- ha ido Peña Nieto a Tabasco, la tierra de Andrés Manuel López Obrador.
Asimismo, es importante comentar que, probablemente, los estrategas tricolores llevaron al ex gobernador mexiquense a Cuautla por razones de agenda, porque la Plaza en Cuernavaca ya había sido reservada para López Obrador o porque la región oriente todavía es un bastión de la Unión Local de Productores de Caña en la zona de abasto del ingenio azucarero de Casasano, donde es palpable la fuerza de Félix Rodríguez Sosa, Guillermo del Valle, Andrés González y otros antiguos líderes del PRI con ascendencia entre la sociedad rural. Sin temor a equivocarme puedo afirmar que no tuvieron gran dificultad para atiborrar la Unidad Deportiva “Isidro Gil Tapia” como lo consiguieron ayer. Además, Cuautla se ubica en el tercer distrito federal que, junto con el segundo, aparece en un análisis del CISEN como “franjas electorales” donde podría ganar la Coalición Compromiso por México, mientras que en el primero, cuarto y quinto distritos habría sorpresas a favor de la corriente izquierdista.
Sobre la presencia de López Obrador en el centro cuernavaquense no puedo comentar nada, porque no tengo información. Lo haré después. Sin embargo, sí diré que Graco Ramírez Garrido Abreu, candidato gubernamental de la Coalición Nueva Visión Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano), encabezó ayer la firma de un convenio con organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles para comprometer la integración de un posible Consejo de Participación Ciudadana del Ejecutivo Estatal. Entre otras cosas se habló en torno a la elección del procurador general de justicia, cuya terna sería escogida por la sociedad civil; y en la misma condición se nombraría al secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública. Asimismo, Graco anunció una reforma integral a la operación de la Auditoría Superior de Fiscalización, hoy convertida en un inservible ente del Congreso local, y abordó el tema del combate a la corrupción en los tribunales laborales. Una vez más Graco logró reunir a personalidades con peso específico y efecto multiplicador, pero he de comentarles que ese consenso, demostrado ya con antelación, tiene efecto en el espacio urbano. Aquí quería llegar, amables lectores.
Dos espacios: el urbano y el rural. Dos personalidades con distinta esencia: Amado Orihuela y Graco Ramírez. Dos contextos sociales cuya polarización es inminente. Cada uno tiene sus características y no pueden medirse con el mismo rasero si de obtención de votos se trata. Empero, durante el proceso electoral de 2006 fue la zona metropolitana de Cuernavaca (junto con Yautepec y Cuautla) la que más votos aportó para el triunfo de Marco Adame Castillo. Y el PRI ha echado toda la carne al asador con la candidatura de Jorge Morales Barud en la capital morelense. Espacio urbano: alta densidad de población y extensión; emisor de servicios y dotado de infraestructura; precio del suelo alto; empleo insignificante del sector primario; dominan el sector secundario (la industria) y los servicios. Espacio rural: municipios no contemplados como expansión urbana; zonas no urbanizadas al menos en su mayor parte o destinadas a la limitación del crecimiento urbano, utilizadas para actividades agropecuarias, agroindustriales, extractivas, de silvicultura y de conservación ambiental. ¿Ya se entendió la polarización-balcanización que viene? ¿Quién se colocará a la cabeza de la reconciliación?