Avasallando a Enrique Peña Nieto, abanderado de la Coalición Compromiso por México (PRI-PVEM), quien obtuvo 293 mil 965 sufragios (34.59 por ciento). En tercer lugar quedó Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional, con 156 mil 431 unidades (18.4 por ciento), y en cuarto sitio se ubicó Gabriel Quadri de la Torre, del Partido Nueva Alianza, con 19 mil 823 votos (2.22 por ciento). Las boletas nulificadas fueron 19 mil 823, es decir un 2.33 por ciento del total de la elección. Hubo, según el IFE, una participación ciudadana de 65.28 por ciento, la más alta en la historia morelense.
Las cifras demuestran que López Obrador volvió a triunfar en la tierra de Emiliano Zapata Salazar, y lo hizo con más simpatía a su favor. En 2006 el controversial político tabasqueño consiguió aquí 303 mil 902 votos, frente a 220 mil 184 del panista Felipe Calderón y los 107 mil 767 del priísta Roberto Madrazo Pintado. Y como todo tiene precedentes, allá y entonces se gestó la reciente debacle del Partido Revolucionario Institucional, instituto político que experimentó una pincelada de triunfos en 2009, pero sin repetirlos en 2012 por razones estrictamente nacionales. No necesitamos ser doctos en el análisis políticos para precisar que la corriente de Andrés Manuel López Obrador en la zona centro de la República Mexicana propició que Morelos se pintara de amarillo durante la reciente jornada comicial. Podrán atacarse y desgarrarse las vestiduras los personeros al servicio del PRI y el PAN en la búsqueda de culpables, cuando la realidad nos indica que la ciudadanía propinó una tremenda felpa nacional a las estructuras gubernamentales emanadas del Partido Acción Nacional, amén de que, en el caso de Morelos, rechazaron un viraje a favor del Partido Revolucionario Institucional.
Me parece que Graco Ramírez Garrido Abreu, candidato triunfador de las izquierdas en nuestra entidad, fue favorecido sobremanera por la tendencia ganadora de Andrés Manuel. Sin subestimar jamás su trabajo desplegado aquí desde 1996 a la fecha (fiel a su estilo personal) y el hecho de que fue un buen candidato, el ex senador debería guardarle profunda gratitud a AMLO. Los datos no mienten. Graco Ramírez ganó la gubernatura con 326 mil 423 votos (43.3 por ciento del total de la elección), es decir casi 40 mil unidades menos que López Obrador. Marco Adame Castillo obtuvo la victoria en 2006 con 204 mil 304 votos, mientras la priísta Maricela Sánchez Cortés consiguió 157 mil 890 sufragios. El pasado 1 de julio de 2012, el priísta Amado Orihuela Trejo quedó en segundo lugar con 261 mil votos (34.7 por ciento), cifra bastante superior a la de Maricela; y Adrián Rivera Pérez captó 113 mil 944 unidades (un modesto y fatídico 15.1 por ciento), mientras el PSD de Julio Yáñez Moreno cosechó 31 mil 239 votos.
Sobra decir que el escenario social de nuestra entidad, a partir del domingo 1 de julio, es de polarización. Mucha pericia habrá de necesitar Graco Ramírez para promover la reconciliación, la cohesión social, un clima de confianza, la coordinación de esfuerzos y demás valores que perfilen a los morelenses hacia el desarrollo integral. Y respecto al futuro inmediato, el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, se comunicó ayer vía telefónica con Graco Ramírez a fin de felicitarlo por su triunfo en la pasada contienda electoral. El enlace ocurrió al filo del mediodía, cuando Calderón le reafirmó al virtual gobernador electo de Morelos su compromiso para trabajar, aunque sea un par de meses, de manera coordinada. Recuerden ustedes que Ramírez Garrido tomará posesión el 1 de octubre próximo, en tanto Enrique Peña Nieto hará lo propio hasta el 1 de diciembre. Un boletín emitido por la casa de campaña de Graco Ramírez, asimismo, señaló que el inminente mandatario morelense está a la espera de reunirse con Calderón Hinojosa para entregarle un catálogo de proyectos aplicables en Morelos a corto, mediano y largo plazo, amén de que buscará el fortalecimiento de todas las acciones ya iniciadas con respecto a la seguridad pública.
La próxima composición del Congreso local podría darse así: 13 curules para las izquierdas; PRI, tres diputaciones de mayoría relativa y 2 de representación proporcional; PAN, 4 diputaciones pluris; Partido Nueva Alianza, 3 curules pluris; PVEM, una de mayoría relativa y dos plurinominales; y el PSD, 2 pluris. El Congreso será un Coliseo romano. Luego les doy los nombres de los próximos legisladores de representación proporcional. Tocante a la gubernatura, el resultado se ligó a los votos conseguidos por los candidatos presidenciales. En el primer distrito federal, con cabecera en Cuernavaca, AMLO obtuvo 76 mil 054 votos (40.16 por ciento); Peña Nieto, 58 mil 962 (31.14 por ciento); Vázquez Mota, 46 mil 733 (24.7 por ciento), y Quadri, 3 mil 943 votos (2.08 por ciento). Total: 185 mil 692 votos en la elección presidencial. Pero en la elección del Ayuntamiento de Cuernavaca las cosas no estuvieron distantes y fueron por demás interesantes: el priísta Jorge Morales Barud tuvo más votos que Peña Nieto, es decir 64 mil 795 unidades (40.3 por ciento del total); José Luis Urióstegui Salgado, de las izquierdas, consiguió 52 mil 535 (32.7 por ciento), mucho menos que López Obrador; Marcos Manuel Suárez Gerard, 35 mil 107 (21.8 por ciento), es decir alrededor de 8 mil votos menos que Josefina; y Noel Salgado, del Partido Social Demócrata, 4 mil 205 unidades (2.6 por ciento). ¿Qué pasó en la capital morelense? No tengo el dato de la cantidad de votos logrados por Graco Ramírez, pero es obvio inferir que el electorado votó de manera diferenciada favoreciendo primero a Morales Barud y luego a Suárez Gerard (dos buenos candidatos), amén de que funcionó la estructura territorial edificada por Manuel Martínez Garrigós. Desde mi particular punto de vista, el actual dirigente estatal del PRI triunfó en la capital morelense, pésele a quien le pese. Respecto a los demás distritos federales comentaré después. Finalmente una recomendación a Graco Ramírez: aguas con Roberto Ruiz Silva, su posible secretario de Desarrollo Agropecuario, quien hasta ayer aparecía entre los funcionarios sancionados por la Sagarpa, de la cual fue delegado en nuestro Estado.